Siempre he pensado que innovación y creatividad están vinculados. Por mi formación, tiendo a ver la innovación en momentos previos, dónde el esfuerzo y las ganas de hacer, llevan a encontrar salidas creativas. Estoy seguro de que la creatividad puede ser hasta cierto punto independiente de la innovación, lo acepto, pero no acaba de convencerme. Siento que un creador tiene que experimentar mucho, que buscar mucho, que cometer muchos errores, que continuamente renovar sus planteamientos, y eso lo identifico con innovación, en tanto, ese momento mágico que hace que el creador se de cuenta de que algo es diferente y se puede mostrar, lo identifico más con creación ….
Crear pienso que es una dimensión especial, y como tal, no es común, ni ocurre porque uno de pronto se le ilumine una bombillita, sino porque ha hecho un gran esfuerzo de conocimiento, de interacción, de intercambio, de reconocimiento de uno mismo y del otro, de lucha consigo mismo, …. y eso en algún momento, no determinado, acaba conduciendo a acciones creativas o innovadoras. Es decir, acaban cambiando las circuinstancias.
Para mi la innovación es más normal, aprender a innovar es como aprender a vivir, aprendes según te esfuerzas, ves que algunas cosas funcionan y que otras no, algunas funcionan y a lo mejor en otro momento, no funcionan, uno se mueve más en una posición relativa, propia de ese “depende” que tanto me gusta de los gallegos, depende, si, depende … porque no somos dioses, sino seres que deconstruímos el conocimeinto en nosotros mismos, de volvemos a intentar, y a veces a repetir, pero es necesario para desarrollarnos como personas que saben los límites y tienen horizontes (saben adónde quieren ir), y en esa medida, se sienten pequeños, pero saben que pueden aportar su esfuerzo y que de ese esfuerzo van a salir resultados, resultados que mejoran la vida, que nos mejoran a nosotros mismos, o que pueden mejorar a los demás. Sin muchas más pretensiones, pero recorriendo caminos metodológicos que nos hacen revivir el gusto por vivir y por aportar. Y eso me parece más humilde, menos cerca de la “creación”, y más cerca de lo humano, de lo que es posible, pero es difícil, de lo que hemos hecho, y podemos repetir, y repitiéndolo podemos llegar a otro sitio. Como dice Melanie Klein seguimos en una “posición depresiva”, una posición de humildad dónde todos los días nos encontramos con que tenemos que recorrer un gran camino para llegar a algún sitio, y tampoco sabemos del todo adónde llegaremos. Esa incertidumbre, esa humildad, vinculada siempre a la necesidad (social) hace que podamos ser todos innovadores, y por tanto, es algo más democrático, menos elitista que es la “creatividad”, que parece que sólo algunos privilegiados -y que en muchos casos se identifican con el nacimiento y sus genes- pueden llegar a ser creadores.
Prefiero la humildad, el día a día, de la innovación. Aunque valoro el impacto de la creación. Y a ambos las vinculo, porque el resultado de los procesos innovadores es casi siempre creativo o a mi me gusta decir más humildemente, deconstructivo, re-constructivo.