Es preciso enfatizar en que somos básicamente facilitadores, y como tales, es más importante en nuestras competencias el método, método pedagógico, que muchas veces los contenidos, que siempre son fáciles de re-aprender y asimilar. Saber enseñar y motivar el aprendizaje es una asignatura de la que nunca vemos más que el horizonte, porque no llegaremos nunca a ser lo que nos gustaría ser. Es un camino sin final, pero en el que disfrutamos extraordinariamente del mismo, y compartimos con estudiantes y otros profesores esa caminata interminable, pero extraordinaria que es el ser profesor.
Entiendo que un profesor ha de estar preparado como profesor, y eso quiere decir que sabe generar espacios de aprendizaje, motivados, interesantes, ágiles, flexibles, innovadores, libres, cooperativos, participativos, grupales, …. aprendiendo como el que más, siendo siempre el primero, el que llega antes, el que llega a su hora, el que se propone para participar, el que trabaja más, el que estudia y aprende más, …. o al menos, el que continuamente lo intenta.
Con los estudiantes tiene que ser más facilitador que profesor a antigua usanza. No sabemos el tremendo potencial de nuestros alumnos cuando les dejamos libertad y autonomía, cuando los ponemos con otros a hacer cosas, cuando les ayudamos a aprender, cuando los reconocemos en sus aprendizajes, cuando somos flexibles en nuestros programas, cuando pensamos que unas cuantas gotas o quizás más de necesidad y de interés por parte de ellos, …. sobre todo, añadir autonomía y libertad a sus actuaciones y querencias y facilitar espacios participativos, donde se respete y reconozca el trabajo bien hecho …. es fundamental.
Si, un profesor tiene que estar preparado en su materia, tiene que ser un buen especialista, si puede y debe intentarlo, y eso depende del nivel de enseñanza en que profese (más especialista en la universitaria y en la media y menos en la primaria), pero tiene que tener un modelo para enseñar, para generar espacios de aprendizaje, para facilitar el aprendizaje, y en ese sentido, precisamente en ese sentido es en el que manifiesta su humanidad, sus interrelaciones, su pequeñez y su grandeza, y sobre todo, tiene que pensar que trabaja con personas, no con robots, que lo importante en las personas son las relaciones sociales, y que generar espacios de interrelación e intercomunicación en el aula, si puede ser enfocado a proyectos o a investigaciones-aprendizajes es un gran avance en su trabajo y una forma de «conquistar» el interés de sus alumnos.