Innovación social: otra innovación

Innovación social: otra innovación

¿Que propongo? ¿por que digo “OTRA INNOVACIÓN”? ¿Se plantea realmente un cambio de paradigma? ¿Estamos hablando realmente de otra forma de concebir la innovacion? ¿Podria ser el bosquejo de una concepción del mundo de la innovación? …. Son preguntas que me he hecho muchas veces y no siempre he sabido contestar.

Lo que si es cierto es que hablo de otro tipo de innovación, diferente de aquella a la que estamos acostumbrados a nombrar. Tan es asi que he ido creando un “cuerpo de conocimiento”, un área de conocimiento nueva, que por supuesto todavía no ha sido refrendada oficialmente, entre otras cosas porque la oficialidad va siempre algo atrasada.

Voy a ir desgranando en una serie de posts las razones por las que pienso que estoy hablando de otra innovación, aunque realmente todas son una y es difícil tratarlas separadamente, porque constituyen un todo, una estructura, una concepción del mundo diferente a la que normalmente tenemos cuando aludimos a innovación, esa i pequeña que aparece en la formula I+D+i, con nuestra manía de sumar partes en vez de concebir conjuntos.

Precisamente el primer punto que quiero tratar es precisamente este: fragmentación versus estructura.

Fragmentamos para especializar, y esta bien, pero segun vamos fragmentando y especializando vamos perdiendo el sentido de conjunto, hasta que llega un momento en que ya no sabemos en que tipo de bosque estamos, solo que nuestros arboles han crecido mucho y parecen -y no son- un bosque.

La innovación no se puede tratar como aplicaciones fragmentarias, tiene que concebirse como un proyecto global, un proyecto social, un proyecto para transformar la sociedad en sus diversas vertientes. Innovar es por todos y para todos, innovar es algo que cruza todo, o casi todo, al menos, aquello que es mas esencial en el conjunto. La innovación no es una suma de factores, como gusta tanto decir en este mundo que lo maximo que logramos es sumar, sino una integración, un conjunto, una forma de hacer las cosas, un estilo, una manera hasta de vivir.

Hace tiempo que uso de la metáfora del rio para comprenderlo. El rio no se puede fragmentar y el rio aquí significa la vida, no podemos tratarlo separadamente, porque al final nos quedamos sin el sentido del rio y de su correr hacia el mar, dejando vida a su alrededor. Cuando lo vemos fragmentariamente, rompemos sus equilibrios y por supuesto, el rio sera otro, configurara otra estructura, pero nosotros probablemente sigamos fragmentándolo sin demasiado sentido, solo para explotarlo. Y aquí surge una palabra fuerte que esta mas presente en lo que hacemos de lo que pensamos: explotación.

Cuando fragmentamos, acabamos explotando, acabamos rompiendo los equilibrios en que se mueven las cosas, y perdiendo, nosotros mismos, el sentido de lo que hacemos, porque ahora solo vemos sus partes, aunque lo que hemos explotado cobre un nuevo sentido estructural, global, casi sin que nos enteremos. Es lo que ahora nos pasa con el clima y los equilibrios derivados del efecto invernadero. Lo estamos transformando con modificaciones parciales, con variaciones que consideramos no substanciales, pero ahora empezamos a ver las consecuencias de muchas variaciones agresivas sobre esos equilibrios básicos. Esas modificaciones nos enrollan y nos impiden ver el bosque, sobre todo a partir de nuestro propio beneficio, no del beneficio social. Resultado: cambio climático, distorsión básica en los equilibrios donde podemos seguir viviendo. Consecuencias: poco previsibles y hasta poco comprendidas. La naturaleza, sin embargo, sigue manteniéndose en otro equilibrio o desequilibrio dinámico. Nosotros somos los que podemos padecer ese nuevo equilibrio-desequilibrio provocado por nosotros mismos. Pero la naturaleza seguirá, aunque en otros cauces. Es igual que desviar el río, el río sigue y recupera sus propias dinámicas, pero no es lo mismo para aquellos que gozaban de sus orillas y ahora no tienen orillas, ni tampoco para las faunas o floras ya establecidas. Todo ha cambiado para muchos.

No se si he sabido explicarme, pero en el fondo de todo esta nuestra incapacidad para mantener el sentido del conjunto, de la estructura, y que al modificar parcialmente sus partes y profundizar en ellas, perdemos el sentido global y nos adentramos en unas consecuencias no necesariamente previsibles para el conjunto, y para nosotros mismos.

Innovar no es entonces una especialidad, sino una forma diferente de abordar el conjunto, moviéndose en dinámicas sociales que van transformando y anticipando la sociedad que queremos. Innovar es crear conciencia del ser, es decir, conocer donde estamos, como vivimos y lo que podemos hacer para modificarlo, y las consecuencias de dichas modificaciones en el conjunto. No podemos abordar la innovación fragmentariamente, por ejemplo, como innovación tecnológica, o como aplicaciones tecnológicas, o como investigación científica, o como desarrollo y aplicaciones sociales, sino como un todo interdependiente, interrelacionado, y que asume sistemas interrelacionados e interrelacionables, y que como toda estructura, tiene un cierto grado de autorregulacion, y añadiría mas, esa autorregulación es dinámica, y eso quiere decir que la innovación se autodesarrolla a partir de si misma, y sino, difícilmente es innovación.

Y, en gran medida, todas estas fragmentaciones del objeto están vinculadas a la fragmentación (explotación) de los sujetos, en lugar de innovar desde los sujetos, desde los grupos, desde la sociedad, desde el análisis de necesidades, desde el desarrollo de capacidades de aprendizaje y de autodesarrollo-autogestión. Espero poder explicar en otros posts todos estas premisas.

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Y lo cierto y hasta contradictorio de todo esto es que innovar es hacer, y si no se hace, no se innova, ni tampoco se aprende a innovar. Y sin duda, eso produce modificaciones a veces solo deseadas en el plano individual (mi parte del bosque crece, pero …), pero hacemos pocas reconsideraciones globales de lo que esa acción modifica y reconfigura. Todas esas acciones individuales acaban produciendo que algunas partes del bosque crezcan a ritmos hasta desequilibrantes, y otras sin embargo, permanezcan enanas o hasta desérticas. El resultado de todo eso no es el deseable, solo es. Necesitamos dinámicas que permitan las primeras, pero no obvien el conjunto, prosiguiendo en una dinámica ecosistémica o ecoestructural.

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No tenemos que esperar a que los efectos sean casi desesperados para darnos cuenta de que el conjunto no es el mismo, y tenemos que dialogar con otra estructura, con otro rio. Actuamos cuando casi no tiene remedio o no lo tiene realmente. Producimos modificaciones no necesariamente queridas socialmente, aunque si individualmente.

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Tres ejemplos, Mondragon, Inditex y MRW, a los que tal vez se podría unir Zeltia-Pharmamar, pero no he encontrado un buen vídeo sobre este último. Cuatro ejemplos de innovación global, de proyecto innovador, de visión y horizonte estratégicos.

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Precisamente ninguna de ellas son fragmentos, sino totalidades interdependientes, cada una con su lenguaje común y al tiempo diverso.

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Y algunas de sus partes, tienen el carácter del todo, como es el caso de Irizar en Mondragón o Zara en Inditex.

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En el tema de la fragmentación, tiene un papel decisivo el estilo de dirección. Si es muy jerarquizado y autoritario, la fragmentación será una consecuencia necesaria y será difícil integrar o la integración se hará sin mucha motivación por los miembros de ese equipo. Las síntesis requieren de un estilo de dirección más innovador y fluido, más basado en el otro, y más pensado para hacer fluir la participación.

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Los estilos directivos jerárquicos se convierten en “inhibidores” significativos de los procesos innovadores. Estoy por afirmar, y me atrevo a hacerlo, que dado que el estilo de dirección dominante en nuestro país es excesivamente sensible a modelos jerárquicos y en cierto modo arbitrarios, es por lo que nuestro I+D+i no funciona eficientemente.

Supongamos un equipo de investigación, donde la mayoría de los beneficios sociales y hasta económicos son aglutinados por el lider del equipo. Pensemos sobre ello, hagan uds. sus reflexiones. No voy a decir nada más.

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La extrema autoridad tiene su validez en el corto plazo, en las situaciones críticas, en situaciones de corre-corre, donde uno se la tiene que jugar en poco tiempo. Pero ya en el medio plazo, y aún a veces en el corto, funcionan peor que otro tipo de estilos menos agresivos jerárquicamente.

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Del medio al largo plazo precisamos más que de líderes naturales, de sentido y holding respecto a los proyectos, que se sepa hacia donde se va y por qué. El proyecto guía la coordinación, que ahora es más coordinación que jerarquía.

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Un grupo casi no precisa de dirección, se mueve a partir del sentido de lo que hace, y de un sistema de contraste permanente que favorecido por cierto grado de autonomía-libertad de sus miembros, le conduce casi automáticamente hacia mejoras permanentes y sistemáticas.

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