La cuarta clave-dimensión estratégica son las PYMEs. No las empresas en general, porque son las PYMEs las que pueden innovar, las grandes lo hicieron intensamente cuando fueron pequeñas o medianas, pero se han olvidado de hacerlo, hoy en día son burocracias monopolistas que difícilmente pueden arrastrarse, pero que saben conservar el poder que en su momento adquirieron, mediante sistemas sofisticados y complejos que aplican normalmente a partir de pequeñas empresas externalizadas o compradas que les renuevan la sangre vieja que contienen. Hay algunas excepciones, pero al final, el éxito las mata y su dinámica es pobre y conservadora.
Las PYMEs son otra cosa, es el mundo de la auténtica competencia y supervivencia dentro del sistema capitalista . El que no sabe sobrevivir, desaparece de la competencia, y en ese estado de continuas decisiones, se derivan los riesgos mayores y los productos y servicios innovadores proporcionados también en esa dinámica .
La mayoría de las PYMEs no tienen tiempo más que para sobrevivir y muchas veces no lo consiguen, pero todas se expresan en términos de innovación, mucho mejor que cualquier otra forma, la clave estratégica, la dimensión de la acción.
El colectivo de PYMEs tiene porvenir, pero muchas van a desaparecer en la competencia, por tanto, sólo algunas serán realmente innovadoras, y aportarán a la sociedad su granito de arena. Y lo hacen sobre todo testando continuamente sus propuestas .
Su táctica es “tirarse a la piscina” y arriesgar su posición: si aciertan –con pocos apoyos, ni estudios- pueden seguir; si fracasan, lo más seguro es que desaparezcan, aunque también es probable que lo que han dejado sea aprovechado por otra PYME para, tomando la antorcha y una nueva perspectiva, volver a intentarlo. Alguna vez se acierta y en el acierto, en el éxito está precisamente, la mayor parte de las veces, el fracaso de la innovación.
Han innovado, han sabido hacerlo, pero el éxito las agota, las va frenando y van perdiendo el camino que parecía que conocían, pero tal vez no han dedicado suficiente tiempo a convertir ese error o ese éxito en una reflexión, una investigación sobre lo que ha fallado y lo que ha funcionado bien, para poder repetirlo. Muchas veces, no pueden repetirlo.
De ahí deviene el concepto de re-invención, porque las PYMEs para seguir el camino de la innovación tienen que estar continuamente re-inventándose, y eso sólo es posible manteniendo el mismo espíritu de tirarse a la piscina, pero dotándose de nuevos recursos y métodos que les permita comprender cómo son las rutas que les han llevado al éxito, o qué tienen que evitar para volver a equivocarse .
Las PYMEs representan lo más avanzado de la innovación y el lugar de experimentación y dónde nos la jugamos de cara al futuro: la acción, la acción constante, la acción como fuente de aprendizaje, la acción como fuente de interrelaciones, la acción como renovación y profundización de nuestras raíces.
En definitiva, en las PYMEs se concluye nuestro modelo de innovación, mediante la aplicabilidad, el atrevimiento, y demás, pero también, donde incorporando más análisis y planificación, más racionalidad y reflexión, más conocimiento, nuevas formas y no sólo técnicas de hacer las cosas mejor, más calidad de vida, menos jerarquía y endiosamiento, y más participación, tienen un alto porcentaje de probabilidades de seguir siendo la bandera de la innovación, la bandera práctica, operativa y de creación continua de empleos.
Muy acertado tu analisis. En lenguaje vulgar, diariamos que el «laboratorio » de la PIME es su acción en la realidad. Pero pocos aceptan que la acción es una fuente de conocimieto. Creo que muchos creen que si lo aceptan, ponen en peligro el estudio, la teoria, la planificación, la investigación… Pero creo que es un error. Todo esto vale mucho si hay acción que abre camino al conocimiento. Ahi es donde creo que hay mucho espacio para Espiral, en ligar acción e innovación en el escenario de una pime. El metodo para ello ya lo estais parcticando. Me gustaria entrar en este juego.