Consumismo y capitalismo, hoy

¿Quién se atreve a decir que la crisis se soluciona comprando más? La respuesta es simple: El sistema capitalista mediante sus
resortes propagandísticos, sus media, bien pagados por la publicidad que les permite sobrevivir. También mediante la labor intermediadora y a su servicio del Estado, el cual mediante una política neo-liberal conservadora, los financia en sus problemas (véase bancos en quiebra o constructoras que hacen canales u otros), nos expropia a todos los demás utilizando nuestros recursos para regalárselos al capital, o bien propaga la especie de que los culpables de la crisis somos todos nosotros que no consumimos bastante, y el sistema no puede más que defenderse elevando precios y echando gente a la calle, o bien facilitando legislaciones o aplicaciones judiciales que permiten corrupciones, engaños como el de las preferentes u otras cosas para beneficio del capital, siempre todo bajo declaraciones públicas encendidas de la buena labor que hacen los principales agentes del sistema, es decir, los grandes empresarios. Al tiempo, las pequeñas empresas, motores evidentes del equilibrio y de la innovación, auténticas empleadoras y sobrevidoras en condiciones muy difíciles, son casi totalmente marginadas junto con la totalidad de la población, menos los dominantes, los propagandistas a su servicio, los capataces del sistema y por supuesto, los periodistas y políticos a su servicio.

A nadie con sentido común se le ocurriría cuando las rentas tienden a mermar y la capacidad de compra también, sobre en todos menos en las clases propietarias y dominantes y en sus capataces. Sólo el sector exquisito, de lujo, puede sobrevivir a la crisis actual, sólo los artistas que se han vendido al marketing selectivo pueden sobrevivir, sólo unos pocos. El resto de los sectores, máxime teniendo en cuenta que cada vez sus precios tienden a crecer tendencialmente dado el control monopolista dominante, cartelizado u oligopolista, que hacen que los precios sigan su escalada, mientras los salarios siguen su descenso. Sólo le queda una solución al sistema: adelantar el gasto a la renta recibida mediante el crédito hasta de generaciones futuras, de padres a hijos o hasta a nietos o biznietos, como ocurre con las hipotecas hasta a 100 años. Un endeudamiento que evidentemente tiene sus límites, o al menos, nos lo parece. Hay un punto en que el endeudamiento es tal que el sistema quiebra, aunque se apropie de todos nuestros bienes expropiándolos …. y ¿cuando los expropie todos y todo el capital, la riqueza sea suya, cómo podrán seguir creciendo a base de robo y explotación?. En mi opinion no tendremos que esperar tanto, pero no es el post para hablar de esto, sino del consumo y del consumismo en el capitalismo actual.

No, el consumo no es el problema del sistema. El problema del sistema se llama exceso de acumulación en pocas manos, apropiación indebida y explotadora de los demás, incluidos niños y todo tipo de personas, y lo que llamaba Shigeto Tsuru «presión para vender». El sistema puede producir mucho más de las rentas que genera, porque una buena parte de ellas quedan desviadas hacia la acumulación, y sólo una parte es preciso reponerla, el resto sale como renta y se convierte en nueva inversión que a su vez quiere más beneficios, por lo que con menos rentas generadas que productos para vender, el resultado es siempre de sobreproducciones, y eso significaría en un sistema competitivo, menores precios, pero en el sistema monopolizado significa que sólo hay unos que pueden vender bien y otros, la mayoría sobreviven malamente, y merced a que los bancos y el sistema financiero del capital les proporciona unas «migajas» de crédito, que les anticipa los ingresos, aún cuando estos probablemente nunca se recuperarán, lo cual significa que la mayoría de las pequeñas empresas tienden a la quiebra o casi. Estas, a veces, y como último recurso, se refugian en la llamada economía sumergida, pero poco a poco, también acaban sucumbiendo. Es bien cierto, que algunos de ellos sobreviven, pero cada vez en peores condiciones, excepto unos pocos, que pasa a ser una parte de la estructura de poder del sistema.

Pues bien, una amiga hecha en Linkedin ha escrito más ligeramente un artículo en su blog que yo quería recomendar porque entre otras cosas es el que me ha sugerido escribir sobre este embrollo, fácil de entender, pero sin embargo, un poco increíble, dadas las presiones mediáticas que sufrimos todos. María Luisa Toribio desde una perspectiva ecológica nos habla de esas contradicciones en que se mueve el consumo, y me gustaría publicitarlo, por sintético y bien escrito.

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *