Mi modelo: de la pirámide a la espiral

Mi modelo pedagógico, mi práctica pedagógica difiere en gran media del modelo de la pirámide de aprendizaje, trabajada en una entrada anterior. En este caso, sólo la he utilizado para reflexionar en alguna medida, y sin ser radical, sólo mejorando lo que encontré.

Quiero sólo hacer una puntualización que para mí es importante, nunca, digo nunca, utilizaría una pirámide para expresar mi modelo.

En el prólogo a «Manifiestos para la Innovación Educativa» (2009) soy muy claro al respecto, desechando las formas circulares y piramidales, como formas para comprender y desarrollar los espacios de innovación. Desde hace mucho, me he decantado por una espiral, en cierta medida, aristotélica, que se inicia en un centro y se va abriendo de izquierda a derecha y viceversa, y en sentido contrario a las agujas del reloj. Sería muy prolijo extenderme sobre el tema, pero pienso que las formas han de ser coherentes con los contenidos, y una espiral refleja mejor ese espíritu continuamente renovador y de devolver mejorado lo recibido sobre el que se fundamenta el modelo.

Nunca llegamos, pero nunca dejamos de aprender. Como decía Gandhi, «Aprende como si fueras a vivir siempre»: siempre aprendiendo, siempre buscando, siempre interrogándonos, siempre planteándonos nuevas preguntas, nunca satisfechos plenamente con lo que conseguimos, sino que aprendemos para vivir y vivimos para conocernos mejor y contribuir de la mejor manera posible a los demás. Hay muchas otras consideraciones, pero no quiero ser demasiado exhaustivo, también eso es importante, dejar que los demás contribuyan y completen nuestro mensaje, aún cuando muchas veces ya esté construido. Avanzamos cuando compartimos, cuando todos podemos contribuir a un todo, por eso, mis preguntas son abiertas, por eso empiezo por los maestros, por eso, empiezo por el grupo y a la piscina, a la acción, por eso el modelo es profundamente democrático-horizontal, y se fundamenta en la búsqueda de horizontes (no olvidemos que los horizontes nunca pueden ser alcanzados).

Mi modelo básico acaba siendo divulgado en «Experiencias en grupo e innovación en la docencia universitaria». Más tarde, teorizado en «Aprender haciendo en grupo» y en el prólogo e introducción del DVD «Metodologías y Experiencias», para después ser ampliado en «Manifiestos para la Innovación Educativa», con sus 42 manifiestos-métodos-técnicas de innovación social-educativa. Desde 2005, mi blog www.robertocarballo.com ha sido el referente más directo de las aportaciones sucesivas que en los cuatro Encuentros de Intercambio de Experiencias y la radicalización de las experiencias en el aula y fuera de ella, se ha ido produciendo un continuum de aportaciones y experiencias. Hace un año, y después de un IV Encuentro muy positivo que hicimos en 2012, trabajamos en un DVD «Aprendiendo de la Experiencia», que después de muchas vicisitudes por fin tenemos en nuestro poder. En él se da un paso de síntesis más.

Este año dedicaré el verano a construir una publicación que intente presentar la última síntesis provisional del modelo … que sigue vivo y desarrollándose. Pienso que este es el mejor momento del modelo, ahora todo fluye exponencialmente, y todo tiene sentido.

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Un comentario en «Mi modelo: de la pirámide a la espiral»

  1. Es probable que parezca que estás cuestiones son secundarias o hasta mágicas, pero no es así. Entiendo por Espiral, un espacio que se inicia en un centro y que se abre más y más ….. y nunca dejaría de hacerlo. Siempre quedarían cosas por hacer y siempre aprenderíamos más y más, moviéndonos cada vez más de lo más simple, los datos y las cosas, a lo más complejo, las relaciones, interrelaciones e interdependencias. Siempre existirían porqués para explicar, siempre tendríamos preguntas que nos llevasen a buscar nuevamente respuestas, siempre provisionales.

    La espiral expresa todo esto y aún más. La espiral expresa nuestro afán de saber y de caminar abriéndonos, pero también lo limitado de nuestros esfuerzos. Todo ello es una fuerza emergente y potente, y mucho mayor que si pensásemos que toda la verdad ya era conocida (un dogma, claro) y que el camino ya está trazado o predestinado u obligado ….. El conocimiento no es dogma, es aproximación sucesiva.

    Esto tiene un gran significado cuando hablamos de la formación de jóvenes, desde muy jóvenes hasta los más viejos. Y lo tiene más todavía en la conformación de formas culturales dominantes. Enseñar con dogmas, es enseñarnos en la fé; aprender con verdades provisionales, es intentarlo una y otra vez, y «sólo sé que no sé nada».

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