Burocracia que mata, burocracia que enfada, burocracia que altera, burocracia ……
Vengo alterado de una mañana llena de burocracia para la que no encuentro un calificativo, y me ha hecho reflexionar sobre nuestras instituciones y su burocracia. Hace tiempo que pienso que en la universidad los que mandan y dan una malísima imágen de la universidad son los burócratas, todo el aparato burocrático. No sólo trabajan poco en términos relativos, sino que hacen que las cosas simples se transformen en complejas y nunca se llegue al final del recorrido necesario para hacer cualquier cosa. No me extraña que seamos «el culo del mundo», es que hay mucha burocracia y muchos burócratas que no saben más que fastidiarte, que imponer condiciones inaceptables y que poner pegas a todo lo que tu haces o más bien, pretendes hacer. Parece imposible, pero es cierto. Al final, las cosas realmente no funcionan por la burocracia. Estoy seguro de que nuestros médicos públicos son buenos o muy buenos, pero la burocracia de la sanidad es mala o muy mala, y al final, no sé si consciente o inconscientemente, los primeros están «protegidos» (sic) por el sistema burocrático que no hace más que poner dificultades para prestar una atención sanitaria en buenas condiciones. Es decir, parece como si la burocracia sanitaria -y podría decir otras muchas- acaba poniéndote malo, enfermo, y al final, cuando llegas agotado al médico, probablemente también después de alguna espera de más, más que enfermo estás a punto del infarto o de la depresión o de la histeria o de cualquier cosa.
Si utilizáramos correctamente la tecnología disponible no necesitaríamos prácticamente burocracia ni en la sanidad ni en casi nada. Pero no se quiere utilizar porque saben los burócratas que perderían poder y hasta probablemente un puesto de trabajo que sólo sirve para poner pegas a los ciudadanos. ¡Qué espectáculo tan bochornoso he vivido hoy toda la mañana y me/nos hemos vuelto sin resolver realmente el problema mínimo que queríamos resolver! Hemos vuelto cansados, deprimidos, cabreados y en cierta medida, enfermos. No es preciso contar los detalles porque me altera hasta recordarlos, pero me creerán si les digo que ha sido un auténtico esperpento, donde el poder de unas funcionarias -pagadas por nosotros- nos manejaban a su antojo y ponían todo tipo de pegas y problemas, y no facilitaban en absoluto la solución de algo que no necesitaría ningún trámite, y hemos comprobado que no lo necesitaba. Sólo la voluntad lamentable de esas burócratas han impedido que algo sencillo, fácil, inmediato, que no tenía que ser un problema para nadie, acabase siendo el cabreo que todavía tengo.
Ninguna sociedad puede funcionar si son los burócratas los que ponen límites y barreras para que no funcione, y si tienen tanto poder que sin ellos, no puedes dar un paso, porque todo hay que comprobarlo de manera claramente ineficiente e innecesaria. Y esta sociedad parece muerta, y lo que es peor, mata, tiene mal chakra, a partir de la burocracia imperante.
Si me fijo en mi universidad, los estudiantes siempre están mostrando sus quejas por cómo lo trata la burocracia, y los profesores empezamos un cuatrimestre y no sabemos ni el número de alumnos que tenemos, ni tampoco quiénes son, ni casi nada de nada. Es más, los alumnos dicen cuando ha pasado más de quince días o hasta un mes, que no les han completado la matrícula y que no pueden venir a las clases porque no están asignados a ese grupo. Puede ser que parte sea una disculpa de estudiante, pero seguro que la realidad de la mayoría es que la burocracia les impide llegar a tiempo a clase, saber dónde están asignados y empezar el curso cuando empieza el curso. Por otra parte, hay tantos conserjes en todas las facultades, la mayoría de ellos en sus garitas haciendo juegos de ordenador o de cartas, y prestan tan pocos servicios y están tan poco disponibles. La pizarra casi siempre hay que borrarla uno mismo, para conseguir los elementos de proyección muchas veces no encuentras a la persona y has de ir lejos para perder cinco o diez minutos de clase, no hay elementos disponibles para pintar o garabatear en la pizarra, a veces, no hay tizas, otras el aula, no se sabe por qué, está cerrada; en fin, tantos y tan poca eficiencia. Eso confirma lo que siempre digo: cuando no hay nada que hacer, todavía uno vaguea más. Si tienes trabajo, ni tienes tiempo para protestar, ni para hablar, ni tomar un cafetito de una hora, y además, haces algo productivo. Pero, les aseguro, quiénes tienen la sarten por el mango y el mango también son los burócratas, hasta en las elección del Rector, en que en los últimos tiempos han sido decisivos, para volcar por uno u otro candidato, eso que llaman en términos políticos, llave. Han sido la clave-llave para que saliese uno y no otro. La burocracia domina, domina totalmente el espacio de mi universidad. No sé si es así en otras, y espero que no sea, pero en la mía, seguro.
Sé que esto puede ser injusto, como toda generalización, porque yo he sido más de una vez tratado correcta y eficientemente por la burocracia, pero este país necesita re-organizarse, necesita integrarse, darse sentido a sí mismo, y con tantos trámites repetidos y burocráticos nadie puede avanzar. Hasta montar una empresa es un gran problema y no dura menos de dos o tres meses. No puede ser. Tantos trámites burocráticos ni siquiera son propios de la ineficiencia del sistema, sino de la maldad encubierta en el sistema de poner obstáculos a los demás para que no sigan en su camino. Y en este sentido, y ya lo he comentado en este blog, me parece que esto es un gran defecto nacional: prefieren no dejarte pasar, y ocurre en el tráfico de Madrid; nadie se aparta del carril izquierdo y todo es para que no les pases, es decir, sea como sea, no debes pasar. ¿Hasta que punto eso refleja lo que es la burocracia en este país: sea como sea, hay que poner pegas y pegas para «no dejarnos hacer», «no dejarnos pasar», «no dejarnos vivir». Lo dicho, Madrid me mata.
Todavía cuatro horas después de la burocratitis que he sufrido, sigo sufriéndola …. estos burócratas nos enferman. Habría que explicarse por qué es así.
Las razones son múltiples:
la primera y más importante, es el imperio de la mediocridad. La burocracia es mediocre, por no decir, ignorante. Es profundamente mediocre, y en su mediocridad actúa para reprimir que nadie pueda superar esos límites mediocráticos (perdón por el palabro, no era mi intención).
En segundo término, la burocracia se siente poco reconocida, lo cual es más que razonable, porque hay poco esfuerzo por su parte, y al saberse un impedimento, tiene que hacer alarde de poder, de autoridad para generar frustración e insatisfacción en el ciudadano.
En tercer término, la burocracia se sabe inútil y constantemente tiene que hacer gestos parta mostrar su utilidad, precisamente poniendo pegas a lo que tu intentas o quieres pasar.
En cuarto lugar, la burocracia es alexithímica, es decir, no muestra sentimientos ¿los tiene?, estoy casi seguro de que no sólo no los muestra sino que efectivamente acaba no teniéndolos. No sabe comprender que la justicia es la desigualdad y no pasar por el aro de la uniformidad que vigila.
En quinto lugar, la burocracia es controladora, es subordinada, dependiente, secundaria, se sabe tanto unas cosas como otras, y consecuentemente, pretende no mostrar lo que es, porque no le gusta, y se viste de traje nuevo, pero todos la vemos como vieja y «solterona».
En sexto lugar, lo importante en la burocracia es el control, es el dominio, es el poder. Un amigo mío me dijo cuando me quejé del trato que daban en la frontera de USA los norteamericanos, que los que más ahinco ponían en controlar y vigilar eran los que acababan de obtener la nacionalidad norteamericana (curioso, muy curioso). Probablemente pasaron penurias varias para llegar a ser USA y ahora son los primeros en exigir a los otros lo que sea con tal de compensar sus agravios, con sus propios agravios. Un poder sin control, sólo para satisfacer la frustración de los burócratas.
Podría decir más cosas, pero sólo estoy escribiendo por pura terapia, para quitarme de encima el peso de un poder ignorante que te afecta a pesar de ser una mierda pinchada en un palo. Claro que en este país atrasado en tantas cosas, tener que soportar a la burocracia es demasiado para el body.