¿En misa o en un concierto?

Las instituciones acaban siendo ocupadas y desmanteladas de su libertad cuando un partido como el mal llamado Popular se hace cargo de su gestión y dirección.

Un ejemplo: hoy fui a un concierto de la nacional, en el auditorio. El director, lo aseguro, era plenamente regresivo: todo lo que había propuesto tocar era composiciones tristes, depresivas, como los recortes de Rajoy. Ya para concluir ¿gloriosamente? no se le ocurre otra cosa que tocar la decimotercera de Shostakovich, una especie de misa que no lo es, pero no será por las campanadas típicamente ortodoxas, ni tampoco lo será por la tristeza, sino y sobre todo, porque era como un gregoriano, monocolor, sin matices. De pronto, todos rugían, de pronto, todos se apagaban en un silencio sepulcral. Una vez había oído la 13ª y después de los dos primeros compases, la apagué. Es un ejemplo del catolicismo-ortodoximo más cerril, más regresivo posible.

Por cierto, desde que están los «buenos» en Rusia, la esperanza de vida ha bajado en más de cinco años; la pobreza se ha hecho algo cotidiano y extendidísimo y las fortunas han sido totalmente acrecentadas como en la mejor época de los zares.

Uno tiene que saber cuando critica, cuales son las alternativas posibles. Si yo critico a Castro, por ejemplo, tengo que saber que Batista fue un gangster vestido de gang que permitió a los gangs USA ubicarse en la isla, prostituirla, convertirla en un lupanar, y en un sitio similar a Las Vegas, eso que le gusta tanto a la expresidenta de la comunidad y al nuevo también. Repito: si yo critico a Castro tengo que compararlo con las experiencias reales en el mismo lugar, en este caso Cuba, y no con las imaginaciones de los supuestos liberales, que en realidad nunca, nunca han sido liberales, sólo en palabritas del niño jesús.

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8 comentarios en «¿En misa o en un concierto?»

  1. No es posible ver con tranquilidad un telediario de la 1, ni un reportaje de la 2, ya que parece que siempre tienen mensaje implícito, y siempre el mismo: miedos al cambio y mensajes católico-apostólico-romanos-opus dei-legionarios de cristo a cada momento.

  2. No es posible casi pasear sin encontrarte con la derechona, con esos peinados repeinados y revirados de melenas que no van al viento, sino lacadas en un esfuerzo de levantarse, pero sin hacerlo. Esos pelos sucios o que parecen sucios, que encuentras en ministros, y ministras, esas pintas antiguas, como de otra época, ya he dicho varias veces que cuando se encuentran con los otros europeos, dan pena, y dan espectáculo. Seguro que los otros se comentan entre ellos lo atrasados que vamos en modas y en peinados. No sólo no hablamos inglés, sino que en vez de ir al menos a comprarnos algo a Zara e ir a la moda, se ponen unos trajecitos antiguos tipo Milano o similar, que dan pena. Y pueden costar lo que cuesten, es que no aciertan una. ¿Donde ha quedado Armani o Adolfo Domínguez? ¡Qué antiguos!. Claro que no se puede llevar un traje de Armani con una corbata, y menos si es una de rayas o de esas resplandecientes, brillantes de una especie de seda que no lo es. Por supuesto, sería una herejía vestirse de Adolfo con esas pintas … no funcionaría. Para eso es preciso ir a los Milanos o a Springfield si no se tiene tanto, o cosas así. En el barrio de Salamanca hay muchos de ellos, y casi todos ponen la banderita española ¿franquista a veces? en sus publicidades y escaparates.

  3. Industria y comercio nacionales de esas/os que ni siquiera exporta, y no porque no le gustaría, sino porque nadie les puede comprar fuera del barrio de salamanca_ ¿a quién se le iba a ocurrir pagar tanto por una demodé tan demodé?

  4. Porque los trajes los pagamos nosotros …. aunque aún pagados, no es cuestión de dinero, sino de gusto, y el gusto está en principios de siglo XX, ¿un siglo de atraso? Si, más o menos un siglo. Y el ingenuo de Zapatero que decía que habíamos superado a los italianos y que ya estábamos cerquita de los franceses. ¡Qué país, qué país! lleno de fantasía y falto de realidad. Si al menos fueramos algo humildes, no nos creeríamos que somos la monda, cuando lo que somos es la merde, por expresarlo en francés que suena mejor.

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