Leer esta letra, traducirla, oírla cantada …. y todo el gran drama de la emigración os invadirá … y sabréis más que leyendo muchos libros.

Unha noite na eira do trigo
ó refrexo do branco luar
unha nena choraba sin trégolas
os desdés dun ingrato galán.
I a coitada entre queixas decia,
«xa no mundo non teño ninguén,
vou morrer e non ven os meus ollos
os olliños do meu doce ben».

Os seus ecos de malenconía
camiñaban nas alas do vento
i o lamento
repetía:
«vou morrer e non vén o meu ben!».

Lonxe dela, de pé sobre a popa
dun aleve negreiro vapor
emigrado, camiño de America
vai o pobre, infelís amador.
I ó mirar ás xentís anduriñas
cara á terra que deixa cruzar:
» quen pudera dar volta – pensaba-,
quen pudera convosco voar!».
Mais a aves i o buque fuxían
sin ouír seus amargos lamentos;
solo os ventos
repetían:,
«quen pudera convosco voar!»

Noites craras de aromas e lúa
desde entón que tristeza en vós hai
prós que viron chorar unha nena
prós que viron un barco marchar!

Dun amor celestial verdadeiro
quedou solo de bágoas a proba
unha cova
nun outeiro
i on cadavre no fondo do mar.

La poesía es del gran Curros Enriquez, al que en la II República dedicaron un monumento en el Jardín de Méndez Núñez en el Cantón Grande de lo que hoy se llama A Coruña (antes, La Coruña). Creo que la música, también preciosa, la hizo Cesário Alonso Salgado. Vale la pena escucharla.

emigracion galega.jpg

Me gusta la versión de Pucho Boedo y Los Tamara … tal vez porque eran de la calle San Luis, aunque entiendo que es una poesía para ser cantada a capella y siendo uno emigrante con otros gallegos que compartan pensión, como hice yo hace ya más de cincuenta años en la pensión Lara del ahora llamado barrio de Las Letras.

http://www.goear.com/listen/96ec07d/unha-noite-na-eira-do-trigo-pucho-boedo-los-tamara

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4 comentarios en «Emigrar»

  1. No sé porqué hoy después de comer, me invadió el espíritu y todo mi ser, un «eco de malenconía», uma saudade profunda, que hasta me hizo llorar al llegar a eso de «quen pudera convosco voar!». Ya se me ha pasado, al menos externamente, porque mi corazón todavía respira diferente a cómo lo hacía hace una hora.

  2. He intentado mostrar la traducción al español, pero no tiene sentido … estas cosas tienen que estar en su salsa, en su idioma … igual que una poesía francesa o inglesa traducida no son iguales, no tienen la misma intensidad … ni la misma poesía. Más que entenderla, hay que sentirla …. eso, primero, sentir y luego …. comprender.

  3. Ocurre como con todo, si nos paramos en los detalles, no avanzamos …. hay que saber tener una idea … y vivir con ella ….los detalles solo añaden obsesión y desviación a nuestros sentimientos y emociones. En cuanto uno entra en los detalles, la razón se impone en el ser, y dejamos de ser lo que somos …. para ser prisioneros de los detalles.

    Es lo mismo que ocurre en ciencia, hay que investigar detalles y datos para llegar a teorías o hipótesis o tesis o modelos, pero sin ser prisioneros de ellos, sino sabiendo transformar lo parcial en global y esto en sentido para alguna vez llegar a ver el horizonte, que no llegar al horizonte.

  4. Se puede hablar de la emigración como de tantas otras cosas, pero hay que haberla vivido o vivirla, para realmente saber lo que es … y aún así, el emigrante no se hace consciente de lo que es en la mayoría de los casos, pero siempre la siente, y siente la morriña o saudade, siente la falta, siente la idea que se quedó atrás, siente lo que ya nunca vivirá, siente el vacío de allí donde tiene que estar para sobrevivir, un vacío que es difícil de llenar … por siempre … o muy extrañamente.

    Tal vez el emigrante no pueda darnos una explicación de lo que es la emigración, pero lo sabe en su carne, en su experiencia, en su vivencia, en sus sentimientos, ….. y por tanto, sabe lo que otros sin ese experiencia no saben o no pueden sentir o sólo lejanamente, y casi siempre a través de una ideologización de la experiencia, pues al no ser vivida, necesitamos irritarnos radicalizando la experiencia no vivida, ahora transformada en ideología radical.

    La emigración, como todo, hay que vivirlo, y si no lo vivimos, mejor escuchamos lo que puedan decirnos aquellos que la viven o han vivido. Los que no la han vivido no pueden entender esa experiencia, ni siquiera con una biblioteca de grandes autores a su servicio.

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