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Se lo debo a una alumna.

Lo que menos me gusta del chiste es esa especie de «nostalgia recurrente implícita», como si antes cualquier cosa fuera mejor.

Pero vale la pena la reproducción. Hoy se identifica innovación educativa con innovación tecnológica o de la nueva tecnología, nada más tonto e ineficaz. Lo que importa es la persona, el ser humano y el desarrollo de sus capacidades. Aunque es verdad que viendo más artefactos, amplia sus conocimientos; lo es también que sólo los artefactos son causa muchas veces de su despiste, de su desinterés y de su búsqueda de nuevos artilugios que le hagan distinto, siendo igual igualito que los demás …. porque todos aprenden las mismas tonterías.

Otra alumna aludía en su reflexión a lo aburrida que puede ser una clase con un power point al servicio de un profesor. No es cuestión de ppt, ni de blogs ni de redes ni de mails, es cuestión de personas, interrelaciones entre ellas y entre los objetos, y reflexión profunda y articulada sobre lo que se aprende, hasta para darle la dimensión práctica que tanto escasea en el mundo de la enseñanza, que lleva a preguntarse muchas veces, y esto, ¿para qué me sirve?

Por cierto, el 90% o más de los proyectos de innovación educativa o de mejora de la calidad docente se centran en los artilugios …. dejando de lado al ser humano.

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