Hoy un colega me dijo: «tenemos que hibernarnos, porque no hay oportunidades, nadie tiene un duro, y así, si no nos movemos, gastamos menos y podemos sobrevivir» Bueno, no es literal, pero es el sentido de lo que decía.
Me niego a hibernarme, y claro, al final, sólo puedo sufrir, porque no hay manera de conseguir nada ni apreciar las oportunidades en un mundo tan hibernado. Tengo tantas cosas avanzadas que tengo ciertas precauciones ante la posibilidad de que se haga obsoleta, sin haber sido utilizadas y difundidas ampliamente. Son muy buenas, pero nadie quiere invertir … si quiere, ya tiene el dinero en un paraíso fiscal o en algún otro país …… ¿quién se atreve a cambiar, quién se atreve a seguir el ritmo del río de la vida? Entiendo que no es fácil, y sin embargo, es el momento. Saber cambiar, saber transformarse a uno mismo y a su entorno tiene futuro, y tiene presente.
Yo seguiré resistiéndome a la hibernación.
Se pueden hacer tantas cosas …. tantas cosas …. una vida entera dedicada a experimentar y a derivar conocimiento práctico sobre innovación …. y ahora no es posible que no se aproveche todo eso …. No quiero hibernar.