El primer núcleo estratégico es el esfuerzo, derivado de la necesidad social, y no de la imposición o arbitrariedad.
El esfuerzo no se consigue a base de imponerlo, obligarlo, determinarlo, ni de explotar o esclavizar o exigir. El esfuerzo ha de nacer como una necesidad, probablemente ineludible, pero que el actor debe considerarla o acercarse a considerarla como tal. Por eso, la fusión de esfuerzo-necesidad social (o sentida individualmente, pero realmente social).
El facilitador, el maestro, el profesor ha de impulsar, inducir por el ejemplo, desde el primer momento. El ejemplo propio, vinculado al reconocimiento de los esfuerzos de los que participan en el proceso. Ejemplo-reconocimiento son dos recursos imprescindibles para avanzar. Dar ejemplo, reconocer -tengamos en cuenta que reconocer es re-conocer, o sea volver a conocer-.
Por eso el gran punto de partida es favorecer el esfuerzo en el participante, y relegar la supuesta «inteligencia natural», mostrada casi siempre como una imagen de lo que es. No he dicho desechar o eliminar, sino relegar, poner en su sitio.
Es claro que la «inteligencia natural» mostrada en participaciones públicas suele ser bien recibida por los profesores, que siguen la estela y participan en los intercambios que promueve «el que ya es». El profesor ha de evitar entrar en ese juego, y más bien reconocer el esfuerzo en llegar antes que «lo que ya se sabe».
Énfasis en el esfuerzo. Puede que ese esfuerzo no sea del todo «productivo», pero ya lo será. Del esfuerzo nace finalmente casi todo, y sin esfuerzo no somos, ni podemos llegar.
Por tanto, el primer núcleo orientador primario de nuestro trabajo como maestro es la combinación compleja de ejemplo-reconocimiento-esfuerzo.
Por eso lo encuadro; por eso lo pongo en el mundo de lo básico, de la madre, en el mundo del Este, del naciente, de lo que todos los días nos renueva con su calor.
Ah, y el esfuerzo significa acción, búsqueda, iniciativa, investigación, atrevimiento, pérdida de miedos al error, aprender haciendo, …… ; y el reconocimiento significa refuerzo positivo, consideración, aprobación provisional, comprensión, identidad …..
Por eso son tan importantes, decisivos diría yo, los primeros días de aula. El profesor ha de ser lo que es, pero ha de resultar visible en lo que es. Y ha de reforzar la idea de esfuerzo, de seriedad, de coherencia, de reconocimiento.
Caer el primer día en una discusión es un grave error; caer en una disgresión o una autocomplacencia, lo es también; saber administrar las palabras y hacerlo con un lenguaje no demasiado académico; mostrar lo que uno es básicamente, humano; sonreir, pero no reir; ser concreto, sin divagaciones; proponer claramente las cosas y asegurarse de que se es coherente en todo momento con lo que se pretende; …… dar ejemplo de esfuerzo y de cariño, de estar encariñado con lo que se hace, de amar lo que se hace y por quiénes se hace; nada de narcisismos vanos o ejemplos de otros años que puedan empequeñecer lo que podemos hacer -cada curso es diferente y aporta cosas diferentes- …….
Y sobre todo, dar de ejemplo de amor a lo que se hace, pero sin creer que es la única forma de hacerlo, ni la única ruta para llegar.
Contagiar el propio enamoramiento, pero más que por los objetos de estudio, por las personas que estudian y que trabajan.
Sentirlo, sentir que es un gran trabajo, que es una gran responsabilidad y que es una gran satisfacción: facilitar condiciones para desarrollar espacios de aprendizaje es una gran labor.
Tiene que importarnos más aprender a aprender, que aprender sobre esta materia. Tienen que ver nuestra ilusión por aprender. Y aprovechar todas las oportunidades que se manifiesten en el grupo de participantes que enfaticen en ese aprendizaje, en ese amor a aprender y a los demás.
Y si uno quiere enfatizar en el esfuerzo y en la acción consiguiente, ¿por qué no empezar haciendo cosas, en vez de hablando y divagando sobre lo que van a ser las cosas?.
Primero, la mayoría de las cosas que se dicen el primer día «caen en saco roto» porque sólo son palabras, y a estas se las lleva el viento, o entran por un oído y salen por otro. Necesitamos hechos. Si queremos enfatizar en el esfuerzo, ¿por qué no empezar trabajando? ¿por qué no proponer tareas abiertas subsiguientes? ¿por qué no empezar a construir el edificio por sus cimientos?
Y es indudable sus cimientos son el esfuerzo y el reconocimiento.
Supongamos que propongo un tema de trabajo el primer día, y cuando recopilamos lo que se ha trabajado, me dedico a criticar algunas de las cosas que se han dicho. Resultado: se acabó el buen feeling del curso. Tengo que reconocer, y para reconocer nada más fácil que elegir lo que es reconocible. Claro, no voy a reconocer lo que no es reconocible o incoherente con lo que yo siento o quiero. Es muy fácil, sólo hay que engancharse de lo positivo, y dejar de lado las disfunciones de lo crítico.
Los grupos, las personas son muy sabias. No es preciso que un profesor les diga lo que está bien o mal, ellos lo saben tan bien como él y el esfuerzo de negar produce inmediatamente fenómenos de solidaridad con el negado, y reduce el efecto del ejemplo. Póngase en positivo, reconociendo el esfuerzo y tirando para adelante. Nadie se va a morir porque no se diga «la verdad», porque hay muchas verdades posibles, de eso si estoy seguro.
Lo que yo llamo necesidad social está muy vinculada al esfuerzo, tal como indiqué más arriba. Le concedo gran importancia a esa necesidad.
Mis estudiantes trabajan en grupo sobre sus necesidades sociales, en ese primer día, sobre sus necesidades educativas, lo que les ha ido bien y lo que no, lo que les gustaría volver a encontrar o aquello que no querrían volver a vivir.
Esas necesidades expresadas en grupo representan muy bien lo que son las necesidades sociales realmente sentidas, o al menos se parecen mucho, en más de un 80%, si es que fuera posible saber exactamente cuáles serían las necesidades sociales desde una perspectiva educativa.
Es decir, si empezamos trabajando sobre las necesidades y preferencias educativas de nuestros estudiantes, estamos en el punto de partida para saber lo que sería muy positivo hacer y lo que podemos hacer.
Un buen punto de partida, y además, el grupo de trabajo sentirá que no sólo es «su problema», sino que es en gran medida «el problema social realmente sentido», con lo que cual se hará más implicada su participación.
En mi modelo de innovación escasez-necesidad es el binomio que constituye el punto de partida de los procesos innovadores.
El aprendizaje en sí es un proceso innovador, es un proceso de renovación, de deconstrucción de un conjunto, de un grupo o de una colectividad.
Empezar por el análisis de lo que pasa, de lo que es, de lo que ha sido y por tanto, es experiencia compartida, es una buena base para construir proyectos que mejoren ese punto de partida.
Al mismo tiempo, el análisis grupal de la necesidad educativa-social nos permite construir unas bases de investigación bien fundamentadas para continuamente seguir renovando y replanteando los proyectos educativos en que nos embarcamos.
Y aquí además podemos ver que estos análisis al ser aproximaciones a análisis estructurales y globales, lo que nos permite es «trasladarlos» hacia otras experiencias bien educativas o de otros tipos. Pero siempre pensando que lo que ese punto de partida hay que renovarlos continuamente, aunque creamos que estamos en el mismo sitio, cosa imposible por otra parte. Siempre hay nuevas determinaciones y nuevos horizontes, nuevos retos y nuevas posibilidades.
Pero es que además la experiencia se vincula directamente con las competencias artísticas.
Según uno va experimentando, va encontrando el sentido de lo artístico y de lo creativo. No son los «brain storming» los que generan creatividad, sino el esfuerzo convertido en experiencia, y esta siendo plena y analizada, comprendida y aprendida.
En todos esos vericuetos se encuentran los espacios de creatividad vinculados a los procesos innovadores, y a la aplicación del método científico a la propia experiencia.
No, no estamos buscando creatividad, pero la creatividad es una consecuencia inevitable de la experiencia reflexionada: ahí es dónde surgen ideas que valen la pena.
Por tanto, en el núcleo segundo, y después de partir de la necesidad social y de la primacía del esfuerzo querido, el profesor ha de conseguir que los estudiantes se tiren a la piscina, voluntariamente, pero sin pensarlo mucho, sabiendo que tienen un referente y un apoyo en la metodología que va a reforzar sus formas de experiementar y las va a comprender, reflexionar y hasta crear bases para el desarrollo de formas creativas.
El profesor ha de conseguir que el estudiante utilice su propia experiencia desde un principio para darle sentido a lo que hace, para que esa experiencia le permita pasar a fases ulteriores y no quedarse en mera rutina repetitiva o reproductiva.
Todo lo que se haga en el aula es experiencia…… Poco a poco, todo lo que haga un participante es una experiencia para él y para los demás, a los que intenta transmitir lo que está haciendo, e ir creando un ambiente de corresponsabilidad propio de los espacios en que nos sentimos que podemos aportar, porque tenemos las mismas oportunidades que otros.
(Esto último es muy importante, porque cualquiera siente que está en condiciones de igualdad con otro, cuando se trata de acciones y experiencias, pero no ocurre así si lo que se trata es de mostrar lo que se sabe teóricamente).
Es importante que nos demos cuenta que en este tipo de planteamiento, SIN EXPERIENCIA no es posible el conocimiento.
Por tanto, es preciso que el estudiante aborde las cuestiones planteadas, busque, analice, reflexione, escriba, …. y venga con su trabajo más o menos formalizado, y ahora lo trabajaremos en el aula. Las experiencias de cada uno constituyen el material para deconstruir la comprensión y los modelos teóricos derivados.
Por tanto, si el alumno no se tira a la piscina, y entra en el juego de la experiencia, no se puede sustituir la clase por un sucedáneo de representación del profesor, porque de esa forma evitaríamos que la vez siguiente la experiencia fuese todo lo importante que ha de ser.
Parecido al psicoanálisis lacaniano, si el paciente no habla, si no dice, se acabó la sesión o casi. No se puede sustituir la experiencia del paciente, que es quién tiene que hacer y decir, por la teoría del maestro.
Y vuelvo a rememorar: tirarse a la piscina, no es sencillamente eso, tirarse, sino que es preciso trabajar sobre la acción-experiencia, derivar de ella intentos de comprensión, esfuerzo, interrelaciones y con el ejemplo del profesor-facilitador muy presente.
Por tanto, tener una experiencia no es «tirarse a la chica o al chico», sino paralelamente comprender lo que se ha hecho y por qué, y cómo podríamos encontrar vías más satisfactorias, a partir del aprendizaje derivado de la experiencia misma.
En esta primera fase de «iniciación al esfuerzo», de ejemplo resaltado en actos y no en palabras, de búsqueda y atrevimiento, de reflexión sobre lo vivido, de pensamiento en sí y para sí, en esta fase primera se enfatiza en la acción individual.
Por varias razones:
– la primera porque así es como hemos hecho siempre las cosas, y por tanto, no podemos cambiar todo a la vez, es preciso que las personas sepan que hay que integrar su identidad para comprender al otro, y para colaborar y cooperar con otros. Una manera individual de hacer, más que conocida, pero sólo experimentada por algunos individuos del conjunto de manera sistemática. Ahora vamos a entrar en el juego, un juego en que lo innovador es que no va a ser un hecho aislado, sino que cada hecho aislado se convertirá en un espacio para compartir.
– Segundo, se empieza por el individuo y su particularidad porque si empezáramos por el grupo se podría producir demasiada desorientación por no estar acostumbrados -es preciso ir acostumbrándose a la metodología grupal, y no estamos en principio como conjunto preparados para ello-.
Tercero, se hace en grupo porque lo importante es que las personas entren en el juego de la experiencia y del esfuerzo, y si tuviéramos que resolver las barreras de incomprensión grupal que se han construído por todo el sistema educativo, sería imposible avanzar.
Cuarto, porque es más fácil pedirle a todos y cada uno, de forma individual que busquen, que encuentren, que reflexionen en su casa o donde quieran, que hagan las cosas a su modo. Luego ya habrá tiempo para ponerlas en común y empezar a compartir.
Pero al tiempo que les pedimos que hagan algo, que experimenten con lo que quieran, les estamos diciendo que construyan una plataforma pública, en este caso un blog, para ir vertiendo sus reflexiones en ella.
Todo este esfuerzo y énfasis en la experiencia y sus consecuencia confluye en dos líneas que van construyendo la plataforma o espacio de aprendizaje:
La primera línea es forjar espacios sólidos de interrelación, sobre todo a través del aula, lo que llamamos construir «el todo y las partes», enfatizando en las relaciones
Y, casi en paralelo, la segunda línea que es el desarrollo de la identidad de cada uno, a partir de espacios públicos compartidos, que de indiividuales tienden a convertirse en sociales o grupales. .
Trabajemos primero el primer punto, que en realidad es el TERCER NÚCLEO que es preciso reforzar: las relaciones, las interrelaciones, el espacio de interrelación o intercomunicación entre los participantes y los objetos de aprendizaje: Podríamos hasta decir, las buenas relaciones entre sujetos y entre sujetos y objetos, pero sería muy seco.
Este tercer núcleo pedagógico, o énfasis pedagógico se va a convertir en un espacio permanente, un espacio continuamente renovado y ampliado.
Le podemos llamar también: calidad de la intercomunicación o de la interrelación (en el gráfico para resumir le hemos denominada «el todo y las partes»). Y los resultados, todos los días renovados, van a ser una especie de «todo», de «memoria pública», de memoria de experiencias que estará al servicio de quién quiera trabajar con ella, cada vez más enriquecida.
Por tanto, un espacio de interrelaciones. Se parte de la premisa de que todo es interdependiente, las personas, los participantes, los que no están en el aula (el otro, los otros), los objetos de aprendizaje, que también somos nosotros mismos.
Todo interrelacionado, y más o menos siempre presente, porque el todo está continuamente en el análisis y comprensión de dónde estamos, que es el punto básico de cambio.
(si sabemos lo que ocurre, sabemos lo que tenemos que hacer, y por tanto, buscaremos fórmulas para hacer lo que es más conveniente: consecuentemente saber dónde estamos es principio de cambio o de innovación).
¿Cómo concentrar la atención en las relaciones? Lo primero que hay que decir es que no es un capricho, sino una realidad: hasta que llegamos a las relaciones no sabemos casi nada o muy poco. Las relaciones son un nivel diferente al análisis de objetos. Los objetos aislados casi no significan nada, pero analizando sus interrelaciones con otros objetos o con personas, las cosas empiezan a funcionar y a dar explicaciones sobre lo que ocurre.
Me produce entre risa y llanto oir cosas como esta: el consumo es el causante de la crisis económica. ¡Qué chorrada! a) el consumo no es una variable independiente; b) el consumo es básicamente una función de la renta; c) el nivel de renta y sus variaciones tiene que ver con los niveles de empleo, y con la calidad de los salarios; d) los niveles de empleo dependen de las inversiones, y siempre que cumplan determinadas condiciones, no todas las inversiones llevan a empleo y a incremento salarial; ….. etc. lo cual nos lleva a la conclusión de que es una chorrada decir que el consumo esta ralentizando el crecimiento ….. es una forma de no saber que tipo de relaciones existen y como se jerarquizan y organizan.
El sistema de enseñanza se basa en enseñar y mostrar cosas y definiciones, objetualizar la realidad, y verla fragmentariamente. Por eso, es un paso centrarse en las relaciones y en su importancia, porque hasta que llegamos a ellas, no entendemos muy bien.
Ahora, ¿cómo lo hacemos? Pues sencillamente, practicándolo. En el aula buscamos colectivamente, grupalmente, las relaciones entre los fenómenos y las personas, instituciones y otros. Al principio, en el aula utilizamos una técnica que llamamos Rosa de los Vientos, que nos permite ubicar en función de los vientos -aquí vientos serían énfasis, fuerzas, energías-, las realidades que vamos encontrando y trabajamos para interrelacionarlas en el tiempo, en el espacio y entre ellas. No sólo en relaciones de causa efecto, sino en relaciones complejas, que acaban conduciendo a más de una sorpresa, y sobre todo, a poder comprender las cosas en su complejidad, y no en su simpleza.
Fuera del aula, vamos forjando un blog de blogs, un lugar donde se puede encontrar a todos los participantes, que a su vez disponen de un blog donde van escri biendo sus aprendizajes y sus avances y los van poniendo a disposición de los demás. Este blog poco a poco va interrelacionando personas, hechos y objetos y dando sentido complejo a las interpretaciones de la realidad, en este caso, social.
Con esto se va creando un ambiente en el que el participante enfatiza en las relaciones, y «aparecen» en el discurso continuamente las interrelaciones entre variables que en principio, no parecían tener relaciones.
Lo estructural, o si uds. quieren, lo sistémico, se convierte en una forma de ver las cosas y las personas, a partir de no perder el conjunto, ni sus interrelaciones e interdependencias.
Es muy gratificante, cuando se da ese paso, que tiene mucho que ver con un avance paralelo en la percepción del otro, y en el grupo de trabajo, que contaremos en otros núcleos pedagógicos recogidos en el gráfico de más arriba.
Repasemos: esfuerzo-necesidad social, experiencia-reflexión e interrelación son los tres primeros núcleos.
Hemos percibido,
– en primer término, la importancia del ejemplo-reconocimiento,
-después de la inducción a atreverse, perder el miedo a equivocarse, a aprender haciendo, apoyándonos en el método científico que va aportando el profesor-facilitador, en función de las demandas percibidas por individuos y grupo de participación.
– y mas tarde, hemos incentivado la percepción de las interrelaciones, utilizando una técnica ad hoc (Rosa de los Vientos) para el aula, y una técnica propia de las TICs (el blog de blogs).
Todo esto y lo que sigue es un conjunto, una totalidad, y aunque me atrevo a determinar los pasos, uno detrás de otro, lo cierto es que según empezamos en algo, a veces, trabajamos en cualquiera de los otros elementos, aunque intentamos que se vaya construyendo ese conjunto, a partir de aportaciones que poco a poco van permitiendo la imitación y la mejora continuas de lo aportado.
De esta manera, tanto el esfuerzo, como el ejemplo o el reconocimiento, o la inducción a emprender, a tirarse a la piscina, o el método científico o las interrelaciones, están presentes a lo largo de todo el desarrollo del espacio de aprendizaje ….. y poco a poco por ejemplo e inducción se van incorporando al acervo de conocimientos y prácticas de los participantes. Lo mismo ocurrirá con los otros núcleos que tratemos a continuación.
Un cuarto núcleo le hemos denominado IDENTIDAD-REFLEXIÓN y es uno de los horizontes que nos guían en nuestro trabajo, el «conócete a tí mismo» de los griegos tiene que ser una pretensión de un profesor-facilitador, que los participantes den un salto en el conocimiento de si mismos y, casi consecuentemente, maduren en el conocimiento de los demás, y se sientan en líneas de vida y de trabajo cooperantes más que competitivas de ser el mejor.
Desarrollar la identidad y la capacidad-competencia reflexiva de los participantes es una de las consecuencias de mostrar con el ejemplo, dar reconocimiento, hacer evidentes las interrelaciones, percibiendo reiteradamente el todo y las partes, y sobre todo, de experimentar.
Cuando buscamos un empleo, nos piden experiencia. La experiencia es básica, experimentar, probar, atreverse, tirarse a la piscina, es una forja (¿de un rebelde?) del ser humano, también en su rebeldía e inconformismo. Experimentar es vivir.
Se aprende algo de las experiencias de los demás, pero mucho más de nuestra propia experiencia y de las experiencias que son compartidas, es decir, en grupo, con personas en las que confiamos. Esas experiencias nos hacen, nos construyen, muchas de las veces de manera inconsciente o preconsciente.
Como eso es más o menos así, buscamos que el que experimenta sea consciente de sus experiencias y de ser sencillamente experiencias, cosas que a uno le han ocurrido, complementarlas con experiencias que uno ha diseñado, planificado y vivido, y luego pensado, reflexionado y revisado, de tal forma que nos permitan aprender mucho más satisfactoriamente -porque si queremos aprender de algo será porque tenemos necesidad o ganas de hacerlo-, porque finalmente tendremos menos que corregir, y más de que sentirnos orgullosos, por el trabajo realizado.
Les aportamos muestras de frases, de poesías, de músicas, de ejercicios, de prácticas …. que les ayuden a ir llenando su acervo cultural y la variedad de lo que incorporan.
Les aportamos espacios de interrelación interpersonal para que conozcan a sus compañeros, que probablemente se convertirán en la mejor inversión de cara a su futuro y a su vida.
Les aportamos la idea de que se atrevan a buscar y a reflexionar, sobre lo otro, y sobre uno mismo, para ello, les vamos pidiendo cosas que les llevan a ello. Por ejemplo, se les pide que reflexionen sobre el ejercicio que han hecho en grupo el primer día, en el que determinaron las cuestiones satisfactorias de la educación recibida y los que no lo eran tanto, que piensen sobre ello, con calma, en su casa, y que lo muestren en su blog (y por tanto, en el blog de blogs, interconectado por el blogger roller).
Les pedimos que hagan una síntesis sobre cómo se relacionan con su blog y con el contexto virtual, que piensan de ello aplicado al aprendizaje, si les está ayudando o no.
Les pedimos que incorporen entradas en su blog sobre lo que estamos trabajando en vivo en el aula, síntesis, aportaciones, resúmenes de aprendizajes.
Les pedimos que reflexionen sobre lo que han aportado ellos mismos en su trabajo, que reflexionen sobre cómo han hecho las cosas, y cómo las harían si tuvieran que volver a repetirlas: que han aprendido haciendo.
Les pedimos que evaluen globalmente la experiencia, que digan que les ha aportado, en qué se podría mejorar en ocasiones posteriores, que nos ayuden a mejorarla.
No todas esas demandas son satisfechas, pero no importa, porque no se trata de evaluar sino de aprender. Precisamente por eso se piden más cosas, no para que se hagan como un ejercicio, sino para que cada uno se vaya convenciendo, al ver las reflexiones de los que las han hecho, que tal vez valga la pena entrar en el juego, y que ese juego, les ha ayudado a los que lo han practicado a darse cuenta de lo que son y de lo que pueden ser.
Nunca una queja del profesor porque alguien no haya hecho algo, sino sólo mostrar el resultado -y si es posible el proceso- de aquellos que sí lo han hecho. El ejemplo ante todo. Y el reconocimiento implícito en el que ha aportado, y a veces explícito, sobre todo al principio, donde los participantes necesitan refuerzos positivos. Si hacen algo, hay que reforzarlo y al tiempo, marcar nuevos horizontes.
Por ejemplo, alguien escribe sobre un tema tratado en clase o no, pero que ha encontrado y reflexiona sobre él, el facilitador le hace un comentario positivo, y le induce a buscar algo más sobre el tema o sobre otros temas que puedan estar vinculados.
Y en paralelo, montamos momentos de síntesis, de resúmenes, de integración. No se trata de acumular, sino de integrar, de saber más en la complejidad, con sentido global e interdependiente, enriqueciendo nuestras primeras simplificaciones.
Por eso, no es posible trabajar sólo en el plano personal o individual o bilateral. El espacio de aprendizaje tiene un horizonte más grupal y colectivo que individual, aunque los resultados sean diferentes para cada individuo y se busque evidentemente que cada uno avance en el conocimiento de si mismo y de las materias que trabaja.
Montar momentos de síntesis sucesivas y por supuesto, provisionales, permite seguir.
En la dinámica grupal, se suele utilizar primero una etapa de analisis e interacción, y cuando ésta se hace tan compleja que ya empieza a no ser fácilmente tenida en todas sus consideraciones, se monta un resumen-observación que permite interpretar lo que se ha hecho hasta ahí y volver nuevamente a empezar, pero teniendo algo recorrido. Pues lo mismo en el aula o en el aula virtual. Las síntesis e integraciones son básicas, aunque parezca que no sirven, y esas sintesis han de partir de los propios protagonistas, y ser sugeridas, si es necesario -porque muchas veces, son los mismos protagonistas los que las materializan y marcan el camino- por el facilitador-profesor.
En lo que hemos dicho hasta ahora , hemos querido empezar por la vertiente individual, con el gran horizonte de desarrollar la identidad de los participantes en la medida de lo posible, construída a partir de su propia acción-investigación-reflexión, pero un programa AHG no puede ser sólo un programa para aprender haciendo, sino que lo es y de gran importancia, que aprendamos haciendo EN GRUPO.
Por eso todo lo que antecede no se puede comprender si no se concibe como un espacio que desde el principio tiene un trasfondo que es el grupo de trabajo y que se ha ido forjando desde la primera acción, que ha sido grupal como hemos dicho.
Vamos a continuar el discurso en otra entrada, porque esta se está haciendo demasiado larga, y hay muchas cosas que destacar …. probablemente tendría que haber previsto todo esto, y haber hecho una entrada para cada núcleo pedagógico. Tal vez cuando termine, lo reeditaré de esa forma. Seguimos.
Mi querido amigo,no dejas de sorprenderme,que bueno tu análisis, si la educación fuera así, seriamos
gigantes,y no cabezudos….brutos cabezones.Me ha encantado,yo te propongo hacer algo práctico juntos.Tengo posibilidades de unir esfuerzos…..
La experiencia individual,y la interrelación de los conocimientos será el fruto de una nueva forma,incluso de vivir…. que en el fondo y la forma,se trata de compartir espacio-tiempo que nos ha tocado vivir…y el saber si ocupa un lugar de privilegios…..se te respeta y admira….saludos
El primer núcleo estratégico es el esfuerzo, derivado de la necesidad social, y no de la imposición o arbitrariedad.
El esfuerzo no se consigue a base de imponerlo, obligarlo, determinarlo, ni de explotar o esclavizar o exigir. El esfuerzo ha de nacer como una necesidad, probablemente ineludible, pero que el actor debe considerarla o acercarse a considerarla como tal. Por eso, la fusión de esfuerzo-necesidad social (o sentida individualmente, pero realmente social).
El facilitador, el maestro, el profesor ha de impulsar, inducir por el ejemplo, desde el primer momento. El ejemplo propio, vinculado al reconocimiento de los esfuerzos de los que participan en el proceso. Ejemplo-reconocimiento son dos recursos imprescindibles para avanzar. Dar ejemplo, reconocer -tengamos en cuenta que reconocer es re-conocer, o sea volver a conocer-.
Por eso el gran punto de partida es favorecer el esfuerzo en el participante, y relegar la supuesta «inteligencia natural», mostrada casi siempre como una imagen de lo que es. No he dicho desechar o eliminar, sino relegar, poner en su sitio.
Es claro que la «inteligencia natural» mostrada en participaciones públicas suele ser bien recibida por los profesores, que siguen la estela y participan en los intercambios que promueve «el que ya es». El profesor ha de evitar entrar en ese juego, y más bien reconocer el esfuerzo en llegar antes que «lo que ya se sabe».
Énfasis en el esfuerzo. Puede que ese esfuerzo no sea del todo «productivo», pero ya lo será. Del esfuerzo nace finalmente casi todo, y sin esfuerzo no somos, ni podemos llegar.
Por tanto, el primer núcleo orientador primario de nuestro trabajo como maestro es la combinación compleja de ejemplo-reconocimiento-esfuerzo.
Por eso lo encuadro; por eso lo pongo en el mundo de lo básico, de la madre, en el mundo del Este, del naciente, de lo que todos los días nos renueva con su calor.
Ah, y el esfuerzo significa acción, búsqueda, iniciativa, investigación, atrevimiento, pérdida de miedos al error, aprender haciendo, …… ; y el reconocimiento significa refuerzo positivo, consideración, aprobación provisional, comprensión, identidad …..
Por eso son tan importantes, decisivos diría yo, los primeros días de aula. El profesor ha de ser lo que es, pero ha de resultar visible en lo que es. Y ha de reforzar la idea de esfuerzo, de seriedad, de coherencia, de reconocimiento.
Caer el primer día en una discusión es un grave error; caer en una disgresión o una autocomplacencia, lo es también; saber administrar las palabras y hacerlo con un lenguaje no demasiado académico; mostrar lo que uno es básicamente, humano; sonreir, pero no reir; ser concreto, sin divagaciones; proponer claramente las cosas y asegurarse de que se es coherente en todo momento con lo que se pretende; …… dar ejemplo de esfuerzo y de cariño, de estar encariñado con lo que se hace, de amar lo que se hace y por quiénes se hace; nada de narcisismos vanos o ejemplos de otros años que puedan empequeñecer lo que podemos hacer -cada curso es diferente y aporta cosas diferentes- …….
Y sobre todo, dar de ejemplo de amor a lo que se hace, pero sin creer que es la única forma de hacerlo, ni la única ruta para llegar.
Contagiar el propio enamoramiento, pero más que por los objetos de estudio, por las personas que estudian y que trabajan.
Sentirlo, sentir que es un gran trabajo, que es una gran responsabilidad y que es una gran satisfacción: facilitar condiciones para desarrollar espacios de aprendizaje es una gran labor.
Tiene que importarnos más aprender a aprender, que aprender sobre esta materia. Tienen que ver nuestra ilusión por aprender. Y aprovechar todas las oportunidades que se manifiesten en el grupo de participantes que enfaticen en ese aprendizaje, en ese amor a aprender y a los demás.
Y si uno quiere enfatizar en el esfuerzo y en la acción consiguiente, ¿por qué no empezar haciendo cosas, en vez de hablando y divagando sobre lo que van a ser las cosas?.
Primero, la mayoría de las cosas que se dicen el primer día «caen en saco roto» porque sólo son palabras, y a estas se las lleva el viento, o entran por un oído y salen por otro. Necesitamos hechos. Si queremos enfatizar en el esfuerzo, ¿por qué no empezar trabajando? ¿por qué no proponer tareas abiertas subsiguientes? ¿por qué no empezar a construir el edificio por sus cimientos?
Y es indudable sus cimientos son el esfuerzo y el reconocimiento.
Supongamos que propongo un tema de trabajo el primer día, y cuando recopilamos lo que se ha trabajado, me dedico a criticar algunas de las cosas que se han dicho. Resultado: se acabó el buen feeling del curso. Tengo que reconocer, y para reconocer nada más fácil que elegir lo que es reconocible. Claro, no voy a reconocer lo que no es reconocible o incoherente con lo que yo siento o quiero. Es muy fácil, sólo hay que engancharse de lo positivo, y dejar de lado las disfunciones de lo crítico.
Los grupos, las personas son muy sabias. No es preciso que un profesor les diga lo que está bien o mal, ellos lo saben tan bien como él y el esfuerzo de negar produce inmediatamente fenómenos de solidaridad con el negado, y reduce el efecto del ejemplo. Póngase en positivo, reconociendo el esfuerzo y tirando para adelante. Nadie se va a morir porque no se diga «la verdad», porque hay muchas verdades posibles, de eso si estoy seguro.
Lo que yo llamo necesidad social está muy vinculada al esfuerzo, tal como indiqué más arriba. Le concedo gran importancia a esa necesidad.
Mis estudiantes trabajan en grupo sobre sus necesidades sociales, en ese primer día, sobre sus necesidades educativas, lo que les ha ido bien y lo que no, lo que les gustaría volver a encontrar o aquello que no querrían volver a vivir.
Esas necesidades expresadas en grupo representan muy bien lo que son las necesidades sociales realmente sentidas, o al menos se parecen mucho, en más de un 80%, si es que fuera posible saber exactamente cuáles serían las necesidades sociales desde una perspectiva educativa.
Es decir, si empezamos trabajando sobre las necesidades y preferencias educativas de nuestros estudiantes, estamos en el punto de partida para saber lo que sería muy positivo hacer y lo que podemos hacer.
Un buen punto de partida, y además, el grupo de trabajo sentirá que no sólo es «su problema», sino que es en gran medida «el problema social realmente sentido», con lo que cual se hará más implicada su participación.
En mi modelo de innovación escasez-necesidad es el binomio que constituye el punto de partida de los procesos innovadores.
El aprendizaje en sí es un proceso innovador, es un proceso de renovación, de deconstrucción de un conjunto, de un grupo o de una colectividad.
Empezar por el análisis de lo que pasa, de lo que es, de lo que ha sido y por tanto, es experiencia compartida, es una buena base para construir proyectos que mejoren ese punto de partida.
Al mismo tiempo, el análisis grupal de la necesidad educativa-social nos permite construir unas bases de investigación bien fundamentadas para continuamente seguir renovando y replanteando los proyectos educativos en que nos embarcamos.
Y aquí además podemos ver que estos análisis al ser aproximaciones a análisis estructurales y globales, lo que nos permite es «trasladarlos» hacia otras experiencias bien educativas o de otros tipos. Pero siempre pensando que lo que ese punto de partida hay que renovarlos continuamente, aunque creamos que estamos en el mismo sitio, cosa imposible por otra parte. Siempre hay nuevas determinaciones y nuevos horizontes, nuevos retos y nuevas posibilidades.
Seguimos con el núcleo segundo.
Pero es que además la experiencia se vincula directamente con las competencias artísticas.
Según uno va experimentando, va encontrando el sentido de lo artístico y de lo creativo. No son los «brain storming» los que generan creatividad, sino el esfuerzo convertido en experiencia, y esta siendo plena y analizada, comprendida y aprendida.
En todos esos vericuetos se encuentran los espacios de creatividad vinculados a los procesos innovadores, y a la aplicación del método científico a la propia experiencia.
No, no estamos buscando creatividad, pero la creatividad es una consecuencia inevitable de la experiencia reflexionada: ahí es dónde surgen ideas que valen la pena.
Por tanto, en el núcleo segundo, y después de partir de la necesidad social y de la primacía del esfuerzo querido, el profesor ha de conseguir que los estudiantes se tiren a la piscina, voluntariamente, pero sin pensarlo mucho, sabiendo que tienen un referente y un apoyo en la metodología que va a reforzar sus formas de experiementar y las va a comprender, reflexionar y hasta crear bases para el desarrollo de formas creativas.
El profesor ha de conseguir que el estudiante utilice su propia experiencia desde un principio para darle sentido a lo que hace, para que esa experiencia le permita pasar a fases ulteriores y no quedarse en mera rutina repetitiva o reproductiva.
Todo lo que se haga en el aula es experiencia…… Poco a poco, todo lo que haga un participante es una experiencia para él y para los demás, a los que intenta transmitir lo que está haciendo, e ir creando un ambiente de corresponsabilidad propio de los espacios en que nos sentimos que podemos aportar, porque tenemos las mismas oportunidades que otros.
(Esto último es muy importante, porque cualquiera siente que está en condiciones de igualdad con otro, cuando se trata de acciones y experiencias, pero no ocurre así si lo que se trata es de mostrar lo que se sabe teóricamente).
Es importante que nos demos cuenta que en este tipo de planteamiento, SIN EXPERIENCIA no es posible el conocimiento.
Por tanto, es preciso que el estudiante aborde las cuestiones planteadas, busque, analice, reflexione, escriba, …. y venga con su trabajo más o menos formalizado, y ahora lo trabajaremos en el aula. Las experiencias de cada uno constituyen el material para deconstruir la comprensión y los modelos teóricos derivados.
Por tanto, si el alumno no se tira a la piscina, y entra en el juego de la experiencia, no se puede sustituir la clase por un sucedáneo de representación del profesor, porque de esa forma evitaríamos que la vez siguiente la experiencia fuese todo lo importante que ha de ser.
Parecido al psicoanálisis lacaniano, si el paciente no habla, si no dice, se acabó la sesión o casi. No se puede sustituir la experiencia del paciente, que es quién tiene que hacer y decir, por la teoría del maestro.
Y vuelvo a rememorar: tirarse a la piscina, no es sencillamente eso, tirarse, sino que es preciso trabajar sobre la acción-experiencia, derivar de ella intentos de comprensión, esfuerzo, interrelaciones y con el ejemplo del profesor-facilitador muy presente.
Por tanto, tener una experiencia no es «tirarse a la chica o al chico», sino paralelamente comprender lo que se ha hecho y por qué, y cómo podríamos encontrar vías más satisfactorias, a partir del aprendizaje derivado de la experiencia misma.
En esta primera fase de «iniciación al esfuerzo», de ejemplo resaltado en actos y no en palabras, de búsqueda y atrevimiento, de reflexión sobre lo vivido, de pensamiento en sí y para sí, en esta fase primera se enfatiza en la acción individual.
Por varias razones:
– la primera porque así es como hemos hecho siempre las cosas, y por tanto, no podemos cambiar todo a la vez, es preciso que las personas sepan que hay que integrar su identidad para comprender al otro, y para colaborar y cooperar con otros. Una manera individual de hacer, más que conocida, pero sólo experimentada por algunos individuos del conjunto de manera sistemática. Ahora vamos a entrar en el juego, un juego en que lo innovador es que no va a ser un hecho aislado, sino que cada hecho aislado se convertirá en un espacio para compartir.
– Segundo, se empieza por el individuo y su particularidad porque si empezáramos por el grupo se podría producir demasiada desorientación por no estar acostumbrados -es preciso ir acostumbrándose a la metodología grupal, y no estamos en principio como conjunto preparados para ello-.
Tercero, se hace en grupo porque lo importante es que las personas entren en el juego de la experiencia y del esfuerzo, y si tuviéramos que resolver las barreras de incomprensión grupal que se han construído por todo el sistema educativo, sería imposible avanzar.
Cuarto, porque es más fácil pedirle a todos y cada uno, de forma individual que busquen, que encuentren, que reflexionen en su casa o donde quieran, que hagan las cosas a su modo. Luego ya habrá tiempo para ponerlas en común y empezar a compartir.
Pero al tiempo que les pedimos que hagan algo, que experimenten con lo que quieran, les estamos diciendo que construyan una plataforma pública, en este caso un blog, para ir vertiendo sus reflexiones en ella.
Todo este esfuerzo y énfasis en la experiencia y sus consecuencia confluye en dos líneas que van construyendo la plataforma o espacio de aprendizaje:
La primera línea es forjar espacios sólidos de interrelación, sobre todo a través del aula, lo que llamamos construir «el todo y las partes», enfatizando en las relaciones
Y, casi en paralelo, la segunda línea que es el desarrollo de la identidad de cada uno, a partir de espacios públicos compartidos, que de indiividuales tienden a convertirse en sociales o grupales. .
Trabajemos primero el primer punto, que en realidad es el TERCER NÚCLEO que es preciso reforzar: las relaciones, las interrelaciones, el espacio de interrelación o intercomunicación entre los participantes y los objetos de aprendizaje: Podríamos hasta decir, las buenas relaciones entre sujetos y entre sujetos y objetos, pero sería muy seco.
Este tercer núcleo pedagógico, o énfasis pedagógico se va a convertir en un espacio permanente, un espacio continuamente renovado y ampliado.
Le podemos llamar también: calidad de la intercomunicación o de la interrelación (en el gráfico para resumir le hemos denominada «el todo y las partes»). Y los resultados, todos los días renovados, van a ser una especie de «todo», de «memoria pública», de memoria de experiencias que estará al servicio de quién quiera trabajar con ella, cada vez más enriquecida.
Por tanto, un espacio de interrelaciones. Se parte de la premisa de que todo es interdependiente, las personas, los participantes, los que no están en el aula (el otro, los otros), los objetos de aprendizaje, que también somos nosotros mismos.
Todo interrelacionado, y más o menos siempre presente, porque el todo está continuamente en el análisis y comprensión de dónde estamos, que es el punto básico de cambio.
(si sabemos lo que ocurre, sabemos lo que tenemos que hacer, y por tanto, buscaremos fórmulas para hacer lo que es más conveniente: consecuentemente saber dónde estamos es principio de cambio o de innovación).
¿Cómo concentrar la atención en las relaciones? Lo primero que hay que decir es que no es un capricho, sino una realidad: hasta que llegamos a las relaciones no sabemos casi nada o muy poco. Las relaciones son un nivel diferente al análisis de objetos. Los objetos aislados casi no significan nada, pero analizando sus interrelaciones con otros objetos o con personas, las cosas empiezan a funcionar y a dar explicaciones sobre lo que ocurre.
Me produce entre risa y llanto oir cosas como esta: el consumo es el causante de la crisis económica. ¡Qué chorrada! a) el consumo no es una variable independiente; b) el consumo es básicamente una función de la renta; c) el nivel de renta y sus variaciones tiene que ver con los niveles de empleo, y con la calidad de los salarios; d) los niveles de empleo dependen de las inversiones, y siempre que cumplan determinadas condiciones, no todas las inversiones llevan a empleo y a incremento salarial; ….. etc. lo cual nos lleva a la conclusión de que es una chorrada decir que el consumo esta ralentizando el crecimiento ….. es una forma de no saber que tipo de relaciones existen y como se jerarquizan y organizan.
El sistema de enseñanza se basa en enseñar y mostrar cosas y definiciones, objetualizar la realidad, y verla fragmentariamente. Por eso, es un paso centrarse en las relaciones y en su importancia, porque hasta que llegamos a ellas, no entendemos muy bien.
Ahora, ¿cómo lo hacemos? Pues sencillamente, practicándolo. En el aula buscamos colectivamente, grupalmente, las relaciones entre los fenómenos y las personas, instituciones y otros. Al principio, en el aula utilizamos una técnica que llamamos Rosa de los Vientos, que nos permite ubicar en función de los vientos -aquí vientos serían énfasis, fuerzas, energías-, las realidades que vamos encontrando y trabajamos para interrelacionarlas en el tiempo, en el espacio y entre ellas. No sólo en relaciones de causa efecto, sino en relaciones complejas, que acaban conduciendo a más de una sorpresa, y sobre todo, a poder comprender las cosas en su complejidad, y no en su simpleza.
Fuera del aula, vamos forjando un blog de blogs, un lugar donde se puede encontrar a todos los participantes, que a su vez disponen de un blog donde van escri biendo sus aprendizajes y sus avances y los van poniendo a disposición de los demás. Este blog poco a poco va interrelacionando personas, hechos y objetos y dando sentido complejo a las interpretaciones de la realidad, en este caso, social.
De esta forma, el profesor ha de enfatizar en las relaciones más que en los objetos aislados. La forma en que se haga es cuestión de cada facilitador.
En mi caso, utilizo en directo la Rosa de los Vientos y en virtual, el blog de blogs y la interacción en el mismo a través de los comentarios.
Con esto se va creando un ambiente en el que el participante enfatiza en las relaciones, y «aparecen» en el discurso continuamente las interrelaciones entre variables que en principio, no parecían tener relaciones.
Lo estructural, o si uds. quieren, lo sistémico, se convierte en una forma de ver las cosas y las personas, a partir de no perder el conjunto, ni sus interrelaciones e interdependencias.
Es muy gratificante, cuando se da ese paso, que tiene mucho que ver con un avance paralelo en la percepción del otro, y en el grupo de trabajo, que contaremos en otros núcleos pedagógicos recogidos en el gráfico de más arriba.
Repasemos: esfuerzo-necesidad social, experiencia-reflexión e interrelación son los tres primeros núcleos.
Hemos percibido,
– en primer término, la importancia del ejemplo-reconocimiento,
-después de la inducción a atreverse, perder el miedo a equivocarse, a aprender haciendo, apoyándonos en el método científico que va aportando el profesor-facilitador, en función de las demandas percibidas por individuos y grupo de participación.
– y mas tarde, hemos incentivado la percepción de las interrelaciones, utilizando una técnica ad hoc (Rosa de los Vientos) para el aula, y una técnica propia de las TICs (el blog de blogs).
Todo esto y lo que sigue es un conjunto, una totalidad, y aunque me atrevo a determinar los pasos, uno detrás de otro, lo cierto es que según empezamos en algo, a veces, trabajamos en cualquiera de los otros elementos, aunque intentamos que se vaya construyendo ese conjunto, a partir de aportaciones que poco a poco van permitiendo la imitación y la mejora continuas de lo aportado.
De esta manera, tanto el esfuerzo, como el ejemplo o el reconocimiento, o la inducción a emprender, a tirarse a la piscina, o el método científico o las interrelaciones, están presentes a lo largo de todo el desarrollo del espacio de aprendizaje ….. y poco a poco por ejemplo e inducción se van incorporando al acervo de conocimientos y prácticas de los participantes. Lo mismo ocurrirá con los otros núcleos que tratemos a continuación.
Un cuarto núcleo le hemos denominado IDENTIDAD-REFLEXIÓN y es uno de los horizontes que nos guían en nuestro trabajo, el «conócete a tí mismo» de los griegos tiene que ser una pretensión de un profesor-facilitador, que los participantes den un salto en el conocimiento de si mismos y, casi consecuentemente, maduren en el conocimiento de los demás, y se sientan en líneas de vida y de trabajo cooperantes más que competitivas de ser el mejor.
Desarrollar la identidad y la capacidad-competencia reflexiva de los participantes es una de las consecuencias de mostrar con el ejemplo, dar reconocimiento, hacer evidentes las interrelaciones, percibiendo reiteradamente el todo y las partes, y sobre todo, de experimentar.
Cuando buscamos un empleo, nos piden experiencia. La experiencia es básica, experimentar, probar, atreverse, tirarse a la piscina, es una forja (¿de un rebelde?) del ser humano, también en su rebeldía e inconformismo. Experimentar es vivir.
Se aprende algo de las experiencias de los demás, pero mucho más de nuestra propia experiencia y de las experiencias que son compartidas, es decir, en grupo, con personas en las que confiamos. Esas experiencias nos hacen, nos construyen, muchas de las veces de manera inconsciente o preconsciente.
Como eso es más o menos así, buscamos que el que experimenta sea consciente de sus experiencias y de ser sencillamente experiencias, cosas que a uno le han ocurrido, complementarlas con experiencias que uno ha diseñado, planificado y vivido, y luego pensado, reflexionado y revisado, de tal forma que nos permitan aprender mucho más satisfactoriamente -porque si queremos aprender de algo será porque tenemos necesidad o ganas de hacerlo-, porque finalmente tendremos menos que corregir, y más de que sentirnos orgullosos, por el trabajo realizado.
Les aportamos muestras de frases, de poesías, de músicas, de ejercicios, de prácticas …. que les ayuden a ir llenando su acervo cultural y la variedad de lo que incorporan.
Les aportamos espacios de interrelación interpersonal para que conozcan a sus compañeros, que probablemente se convertirán en la mejor inversión de cara a su futuro y a su vida.
Les aportamos la idea de que se atrevan a buscar y a reflexionar, sobre lo otro, y sobre uno mismo, para ello, les vamos pidiendo cosas que les llevan a ello. Por ejemplo, se les pide que reflexionen sobre el ejercicio que han hecho en grupo el primer día, en el que determinaron las cuestiones satisfactorias de la educación recibida y los que no lo eran tanto, que piensen sobre ello, con calma, en su casa, y que lo muestren en su blog (y por tanto, en el blog de blogs, interconectado por el blogger roller).
Les pedimos que hagan una síntesis sobre cómo se relacionan con su blog y con el contexto virtual, que piensan de ello aplicado al aprendizaje, si les está ayudando o no.
Les pedimos que incorporen entradas en su blog sobre lo que estamos trabajando en vivo en el aula, síntesis, aportaciones, resúmenes de aprendizajes.
Les pedimos que reflexionen sobre lo que han aportado ellos mismos en su trabajo, que reflexionen sobre cómo han hecho las cosas, y cómo las harían si tuvieran que volver a repetirlas: que han aprendido haciendo.
Les pedimos que evaluen globalmente la experiencia, que digan que les ha aportado, en qué se podría mejorar en ocasiones posteriores, que nos ayuden a mejorarla.
No todas esas demandas son satisfechas, pero no importa, porque no se trata de evaluar sino de aprender. Precisamente por eso se piden más cosas, no para que se hagan como un ejercicio, sino para que cada uno se vaya convenciendo, al ver las reflexiones de los que las han hecho, que tal vez valga la pena entrar en el juego, y que ese juego, les ha ayudado a los que lo han practicado a darse cuenta de lo que son y de lo que pueden ser.
Nunca una queja del profesor porque alguien no haya hecho algo, sino sólo mostrar el resultado -y si es posible el proceso- de aquellos que sí lo han hecho. El ejemplo ante todo. Y el reconocimiento implícito en el que ha aportado, y a veces explícito, sobre todo al principio, donde los participantes necesitan refuerzos positivos. Si hacen algo, hay que reforzarlo y al tiempo, marcar nuevos horizontes.
Por ejemplo, alguien escribe sobre un tema tratado en clase o no, pero que ha encontrado y reflexiona sobre él, el facilitador le hace un comentario positivo, y le induce a buscar algo más sobre el tema o sobre otros temas que puedan estar vinculados.
Y en paralelo, montamos momentos de síntesis, de resúmenes, de integración. No se trata de acumular, sino de integrar, de saber más en la complejidad, con sentido global e interdependiente, enriqueciendo nuestras primeras simplificaciones.
Por eso, no es posible trabajar sólo en el plano personal o individual o bilateral. El espacio de aprendizaje tiene un horizonte más grupal y colectivo que individual, aunque los resultados sean diferentes para cada individuo y se busque evidentemente que cada uno avance en el conocimiento de si mismo y de las materias que trabaja.
Montar momentos de síntesis sucesivas y por supuesto, provisionales, permite seguir.
En la dinámica grupal, se suele utilizar primero una etapa de analisis e interacción, y cuando ésta se hace tan compleja que ya empieza a no ser fácilmente tenida en todas sus consideraciones, se monta un resumen-observación que permite interpretar lo que se ha hecho hasta ahí y volver nuevamente a empezar, pero teniendo algo recorrido. Pues lo mismo en el aula o en el aula virtual. Las síntesis e integraciones son básicas, aunque parezca que no sirven, y esas sintesis han de partir de los propios protagonistas, y ser sugeridas, si es necesario -porque muchas veces, son los mismos protagonistas los que las materializan y marcan el camino- por el facilitador-profesor.
En lo que hemos dicho hasta ahora , hemos querido empezar por la vertiente individual, con el gran horizonte de desarrollar la identidad de los participantes en la medida de lo posible, construída a partir de su propia acción-investigación-reflexión, pero un programa AHG no puede ser sólo un programa para aprender haciendo, sino que lo es y de gran importancia, que aprendamos haciendo EN GRUPO.
Por eso todo lo que antecede no se puede comprender si no se concibe como un espacio que desde el principio tiene un trasfondo que es el grupo de trabajo y que se ha ido forjando desde la primera acción, que ha sido grupal como hemos dicho.
Vamos a continuar el discurso en otra entrada, porque esta se está haciendo demasiado larga, y hay muchas cosas que destacar …. probablemente tendría que haber previsto todo esto, y haber hecho una entrada para cada núcleo pedagógico. Tal vez cuando termine, lo reeditaré de esa forma. Seguimos.
Estela López me ha puesto en la estela de esta educación prohibida:
La Educación Prohibida – Trailer Oficial HD from La Educación Prohibida on Vimeo.
Mi querido amigo,no dejas de sorprenderme,que bueno tu análisis, si la educación fuera así, seriamos
gigantes,y no cabezudos….brutos cabezones.Me ha encantado,yo te propongo hacer algo práctico juntos.Tengo posibilidades de unir esfuerzos…..
La experiencia individual,y la interrelación de los conocimientos será el fruto de una nueva forma,incluso de vivir…. que en el fondo y la forma,se trata de compartir espacio-tiempo que nos ha tocado vivir…y el saber si ocupa un lugar de privilegios…..se te respeta y admira….saludos