Si, parece imposible, pero es cierto. No queremos motivar a nuestros chicos a aprender, sino que queremos controlarlos, evaluarlos y frustrarlos, entre otras cosas, con manuales-clases inasequibles, lejanas y hasta cierto punto, sádicas.
Si, parece imposible, pero es cierto. No queremos motivar a nuestros chicos a aprender, sino que queremos controlarlos, evaluarlos y frustrarlos, entre otras cosas, con manuales-clases inasequibles, lejanas y hasta cierto punto, sádicas.