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· Una comunidad, un espacio de intercomunicación, donde todos aprendemos y enseñamos.

· Una comunidad en que aprendiendo investigamos, o investigamos aprendiendo;

· una comunidad en la que enseñamos aprendiendo y donde enseñamos investigando.

· Y lo hacemos individualmente, desarrollando nuestras habilidades de proactividad, de responsabilidad, de respeto, de conciencia de límites, de sentido de la realidad, …. etc.;

· y lo hacemos grupalmente y conseguimos, aprender, contrastar y avanzar seria y comprometidamente, de forma responsable, y aprendemos a asociar ideas, y a intercambiar experiencias y a abrirnos a los otros con nuestros conocimientos;

· y lo hacemos en forma social, ya que desarrollamos democracia, comportamientos de respeto, de solidaridad, de grupalidad, de límites, de escucha, de eficacia, de globalidad, de sentido social, en general.

Todo ello en el mismo paquete y haciendo lo mismo: un espacio complejo que sirve para muchas cosas al tiempo, un espacio que en muchos casos, transforma a las personas que lo viven y acaban trasladando sus aprendizajes a su comportamiento cotidiano, a su forma de relacionarse con sus padres y con su familia, con sus amigos, con sus parejas y con la sociedad en general.

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9 comentarios en «Comunidades de Innovación»

  1. Las comunidades no funcionan por amistad, sino por compartir aportando lo que se ha llegado a tener, pero mejorándolo en cada nuevo ciclo. Una comunidad no es un lugar de refugio o para mirones, sino para personas que aprenden que el otro es realmente importante en la vida de cada uno.

  2. Si la comunidad no aprende a partir de su propia acción, si no reflexiona sobre lo que hace, y comprende la importancia del otro y de su aportación siempre mejorada; si la comunidad se convierte en un lugar de ocio más que de búsqueda y de renovación, innovación; si se conforma con el «que me quede como estoy»; no es una comunidad de innovación, y por tanto, acaba disolviéndose en el conflicto interno o externo. La búsqueda del equilibrio nace del miedo a vivir, y todos los días tenemos que vivir en el desequilibrio y la renovación y el re-conocimiento. Buscar el equilibrio es una obsesión derivada del miedo a lo nuevo, y consecuentemente, del miedo a renovarse ….. no hay futuro en el miedo.

  3. No se puede pretender crear un grupo de innovación, una comunidad, y que dentro de cinco años siga siendo la misma y siga funcionando bien. Imposible. La vida es continuo cambio, continua renovación, y los grupos y las comunidades también se renuevan, para seguir vivos. Si no lo hacen, se desfasan, y acaban viviendo en la nostalgia del recuerdo y desapareciendo.

  4. Una comunidad no es algo idealizable, sino en la medida en que nos ayuda a: a) aprendemos haciendo; b) a aprender a compartir; c) a aprender a vivir; y d) a aprender a aprender.

    Toda idealización, también de la comunidad de aprendizaje como algo excelso y maravilloso, una especie de paraíso terrenal, no tiene sentido y es contraproducente.

  5. El idealismo es contrario a muchas cosas, aparte de una cursilada o una forma de caer en dependencias ideológicas por vaguería, por no querer hacer y adherirse a algo ya establecido o a un lider que lo representa. Sabemos que todo eso no son más que «supuestos básicos» (Wilfred Bion), que no nos llevan más que a seguir donde estamos o regresar, patologías psicosociales individuales y colectivas.

    No hay recetas terminadas, ni propuestas definitivas. Todo eso se construye en la misma práctica, en la misma búsqueda, en la investigación sobre lo que hay, en la continua búsqueda de uno mismo y de su sentido. Las «fórmulas mágicas» sólo sirven para que unos pocos se hagan con el poder de muchos, y disfruten de su pasividad, de su desinterés y de sus votos.

  6. El grupo de trabajo, como método que integra estratégicamente una metodología intrínsecamente democrática, como es el Mining-Aldebaran, permite formarse haciendo, a partir de nuestra propia búsqueda y acción sobre el aprendizaje y la vida en que nos movemos. Desde nosotros y desde los otros, y hacia cada momento aconseje, y sin dejar de tener un horizonte que oriente nuestros pasos, pero no los condicione.

  7. Hablamos de «otros valores», no porque sean diferentes a los de los demás, sino porque son recursos o mediaciones intermedias, y no finalistas en sí mismas. De esa forma, los valores no determinan la desviación o el pecado, sino que son parte de nuestro comportamiento favorable a seguir conociéndonos a nosotros mismos y a los otros. No hay pecados ni desviaciones en esta comunidad de aprendizaje, no hay desterrados o excomulgados, todos tienen su cabida en la medida de su interés y de su necesidad, que ellos mismos graduan ….. Participar en un ciclo es lo que permite avanzar. Cada ciclo es diferente y muchas veces, también los participantes. El aprendizaje es mucho más intenso y transversal y el crecimiento personal y profesional impresionante.

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