Para alcanzar estas condiciones de trabajo y de vida, se precisa utilizar recursos técnico-metodológicos propios del grupo de trabajo, como son:
– la observación –vinculada, por una parte, a la competencia o capacidad de escuchar y sintetizar lo escuchado en una memoria viva que sirva para continuar trabajando e innovando, y por otra, a la memoria y al discurso grupal-,
– la asociación de ideas (o interrelación, interacción entre los participantes a partir de los principios reseñados) y
– la dinámica grupal, construyendo o dando determinados pasos que dan efectividad al trabajo realizado y lo convierten en un paso más hacia la integración y la eficiencia del discurso (las formas de coordinación grupal y de análisis situacional, son las que continuamente reeditan el punto de partida de cada grupo y lo transforman potencialmente en un grupo innovador) .