No, no están locos: sólo son correas de transmisión del capital y del poder político.

Una banda de tecnocratas medio financieros-medio poder …. una banda impresentable, sin sentido, sin autoridad (autoritas), sin escrúpulos, sin realmente saber -creyéndose que saben, pero poco saben; si aún supieran que saben poco, sabrían mucho, pero se creen que han llegado al olimpo-. ¿Qué han hecho? Lo que les han dicho o han oído en las tertulias de los tea party neoliberales: nunca han estudiado más que lo que les han dicho, ni nunca han podido, por tanto, llegar a pensar de manera autónoma. Dicen lo que se dice; piensan lo que se piensa; saben que de esa forma van a ser recompensados con alguna pseudo-cátedra en alguna universidad USA de derechas y con un reconocimiento de los suyos, de los del merda-party que se ha copiado en este país.

No, no están locos. Saben que su futuro de ambición será cumplido si siguen las directrices del poder financiero y están a su servicio: tienen que conseguir que la tasa de salarios por unidad producida baje y baje hasta que el beneficio se amplie y amplie y de esa forma, se alcance el beneficio-recompensa de sus amos y que también será para ellos.

Están plenamente identificados con su papel. Han mentido, pero no importa. Han mentido conscientemente para conseguir un marketing político que les ha llevado al poder. Han mentido, porque tal vez se mientan también a sí mismos -aunque no creo-; han mentido porque no saben pensar y creen más que piensan, y mienten más que dicen. Son robots, mecanos, al servicio del poder financiero y de los poderes políticos que lo representan.

Y están muy desorientados, mucho. No saben de dónde sacar ese equilibrio financiero que no es posible, ni lo será, y los «mercados» -¡hay, los mercados, o sea los que viven de explotar al otro sin hacer nada, más que mandar!- ni siquiera les van a recompensar. Sus objetivos están claros: aumentar aún más los parados, y reconvertir a los que trabajan todavía en condiciones razonables en seres desheredados y perdidos en un mundo que no pueden entender, porque ellos han creado unas condiciones que ahora estos políticos les niegan. Quieren aprovechar las contradicciones entre los que no tienen para convertir un sueldo de 3 en un sueldo de uno, y se van a quedar tan tranquilos, porque a ellos no les llegará esa depresión que ya viven cinco millones de personas y sus allegados y que vivirán al ritmo que vamos seis millones en muy poco tiempo.

El ejército de reserva, decía Carlos Marx, los parados decimos ahora nosotros. El fondo que permitirá bajar los salarios y el nivel de vida hasta límites insospechados, porque cuando uno empieza la espiral hacia adentro, acaba en un agujero negro. Y si alguna vez se recupera, será porque la miseria nos ha invadido innecesariamente, porque «no era para tanto». Claro que no es para tanto. Todos podemos comprender que es preciso cambiar algunas cosas, pero no somos tan impresentables. Igual que los griegos -ahora totalmente marcados- no lo son, ni tampoco los portugueses o los irlandeses o los italianos. No. Es cierto que hay algunos rasgos lamentables sobre todo en nuestras elites: como es el hecho de ser unas ignorantes, de no valorar la educación ni el aprendizaje, de no saber ni siquiera gestionar, de vivir por encima de sus posibilidades, de tener propiedades que no dan trabajo a nadie; eso si es cierto, pero de su ignorancia no se puede vivir siempre. La clase trabajadora ha trabajado intensamente, ha tenido que hacer un gran esfuerzo para llegar adonde hemos llegado. Pero no las «supuestas» elites -vaya elites más lamentables y rácanas, más corruptas y ambiciosas, tan cutres y vagas-. Estas han despilfarrado el dinero haciendo un «pan y toros» continuo, en formato «pan y futbol» y haciéndonos perder la credibilidad derivada de los esfuerzos de muchos.

No estan locos, no. Sencillamente, son unos ignorantes que quieren medrar -como tantas veces ha sido en este país- a cuenta de hacer lo que dice el de arriba, de aplicar cualquier medida que sirva para escarmentar la alegría, la vida y la curiosidad de un país que no se merece a estas elites cutres. Unos ignorantes, porque no saben nada, señores. No se crean que porque son gobierno o ministros saben. Sería un error, igual que lo sería pensarlo de los anteriores: son unos ignorantes y hacen lo que les dicen, y haciéndolo hacen su agosto. Eso es, poco más.

Después, vienen unas medidas, que más da …. no pueden hacerlo de otra forma, porque no saben, ni quieren, ni les conviene …. eso es lo que les servirá para trepar y tal vez llegar a ser la aristocracia de este país, aún siendo unos ignorantes, que nunca dejarán de serlo.

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