«El sentido común es el menos común de los sentidos» #innovación @Espiral_Innova

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La depresión (crisis se le llama) se está trabajando con prisas, con discriminaciones y sin ningún sentido común #procomún

La prisa hace imposible salir de una depresión: paciencia, tiempo, pensamiento a largo plazo y comprensión de dónde estamos

Las discriminaciones suelen ser causa de depresiones, a peor distribución de la renta, más posibilidades de entrar en recesión

Ante una depresión, hay que comprender dónde estamos y por qué estamos dónde estamos: análisis y explicación ¿se ha hecho? no

Con urgencias, el sentido común pierde su sentido, y su #procomún y se convierte en interesado y «sálvese quién pueda»

De una depresión se sale con un gran esfuerzo y teniendo buenos amigos/as o haciendo otros/as que realmente lo sean ¿tenemos buenos amigos?

De la depresión «no te sacan»: tienes que salir tú mismo, y lo mejor es acompañado, bien acompañado. Una buena pareja favorece

O hasta mejor que una pareja, un grupo, un conjunto, y consecuentemente, un buen consenso. No se sale a «golpes de liderazgo»

Un excesivo liderazgo (caso del PP en Gobierno) es igual a muchos conflictos y pocos convencimientos: mucho lío, miedo y bajos resultados

Cuando hay problemas hay que saber colaborar, cooperar, consensuar, tener mano izquierda. La mano derecha sólo sirve para dividir y matar

Y eso nos lleva a una situación más primitiva, a luchas «sin cuartel», de «descalificaciones», de odios, de discriminaciones

Y finalmente, sólo queda el poder de las fuerzas de ¿orden? (sic) y al final, el ejército. Tenemos experiencia #innovación #cambiandoelmundo

Un regreso a los «tiempos dorados» de la dictadura, ¿bonito, no? sin duda, para los que tienen poder económico y político

¿No os gusta el discurso sobre la depresión que no la crisis? Tenía otro, pero lo he olvidado por inservible #intercomunicación

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6 comentarios en «Sobre el sentido común»

  1. Sin duda nos falta sentido común … aunque realmente, si es sentido tiene que ser común. En definitiva, nos falta sentido, es decir, perspectiva, es decir, horizonte, o sea, futuro. No vemos el futuro, y por eso no podemos tener sentido común. El sentido común se fragua en lo popular, en lo común, en lo que no es diferente, y está en todos nosotros, pero nos lo hacen olvidar o dejar a un lado, con tantas limitaciones como tiene esta sociedad. La misma educación no es más que una forma alienante de evitar que seamos, que seamos nosotros mismos, y que tengamos sentido común.

    Esta es una interpretación, pero hay otras.

  2. La depresión acentúa las urgencias, todo es urgente, y si todo es urgente, no hay nada urgente, porque la urgencia o la prioridad que es otra manifestación diferente del sentido, necesita tener una cierta prioridad, una jerarquía para ser realmente lo que es, urgente. Lo cierto es que la depresión acentúa nuestras prisas y urgencias, y eso impide abordarla con sentido común y con perspectiva humana. Todo se hace mecánicamente y hacemos lo primero que se nos ocurre, no lo que deberíamos hacer o lo que se haría con sentido común. Se necesita tiempo para recuperar el sentido común, se necesita tiempo y actitud. En las urgencias, ni tenemos tiempo ni actitud, porque lo queremos todo para «antesdeayer». Resultado: no salimos del fango, seguimos enfangados, mucho más tiempo del necesario.

    En este caso, estamos esperando que los USA o los Germany tiren del carro, pero es un carro muy pesado para unas economías que dependen demasiado de la guerra o del comercio mundial, cuando de guerras ya estamos todos enfangados y de comercio mundial y de su competencia, tenemos un problema, Houston, sobre todo con las Chinas, las Indias, la Corea, los Taiwanes, …..

  3. La depresión no se cura con pastillas ni con apósitos, sólo consigue que nos dependicemos de las pastillas, del besitran o como se llame correspondiente, pero al final, sigues igual, sólo que sientes menos. Tal vez esto de narcotizarse pueda ser una estrategia, pero no creo que funcione ni en el corto plazo. Desde luego, una estrategia es mirar para otro lado, como hacemos en España, pero tampoco creo que sea la solución. La depresión se cura con amor y no con tiranía. La depresión se cura siendo querido, y nosotros ni nos queremos a nosotros mismos. Somos una sociedad muy dura para los sentimientos, muy dura y muy ácida, es decir, además hacemos daño con nuestra acidez, y entonces viene el estómago, que ya saben que el dolor de estómago es terrible, dicen los que tienen úlcera que tal vez el peor dolor: más intenso, más desequilibrante, sólo podemos pensar en eso, en el dolor que tenemos. Malo para salir de la depresión: con dolor de estómago es imposible, ni siquiera se nos quita porque el dolor sea extremo, más bien se acentúa, porque nos sentimos una mierda.

  4. Claro que hay otra cosa con falta de sentido común que es la discriminación, la mala distribución de renta y riqueza. Nadie la puede mantener indefinidamente: hacer más injusta la sociedad tiene sus límites. Es una de las razones por las que he hemos entrado en recesión-depresión-crisis: el empeoramiento en la distribución de renta y riqueza. No es bueno para nada. Si el gran problema del sistema capitalista es justo que peca de tender a la sobreproducción y para ello tiene que adelantar las rentas de los trabajadores, para que vivan por encima de lo que ganan, fíjense uds. si además, acentuamos la presión sobre los salarios, los bajamos en términos reales, y el sistema laboral se hace tan libre para los empresarios, que hace esclavos a los trabajadores, que al aumentar su temor a perder el empleo, gastan menos o lo hacen con todo el cuidado del mundo: entonces, ¿quién va a comprar las mercancias que produce el sistema y que sin venderlas se vendrá abajo, porque aumentarán los stocks o las inversiones serán menos rentables o …..? ¿A que no tiene sentido común? Claro que no lo tiene, es una locura. Marx decía que era una contradicción, y yo añado, global, es decir, casi final, como cuando le dicen a uno que tiene una enfermedad final, pues miren por donde: el empeoramiento en la distribución de la renta, la acumulación en manos de cada vez menos de rentas y riquezas, conlleva la autodestrucción del sistema, por incapacidad para vender, por no poder realizar lo que han producido y por tanto, invertido para producir, y en consecuencia, ¿cómo se van a mantener las tasas elevadas de ganancia a que están acostumbrados los propietarios, cada día más acumuladores de capital? En fin, está claro que esto no tiene sentido común: seguir retrocediendo y empeorando la distribución de renta y riqueza sólo traerá miseria, guerras y destrucción. Hay un refrán que dice: LA AVARICIA ROMPE EL SACO. Aquí lo tienen aplicado.

  5. Sólo nos podemos acercar a la resolución del problema, sabiendo realmente donde estamos, sabiendo lo que estamos haciendo mal y hasta muy mal, y dándonos cuenta de que atacamos el sentido más común del universo: no se puede aumentar la explotación sin una respuesta de la naturaleza o del hombre-ser humano. Hay un punto a partir del cual todo se rompe, también los contratos sociales rousseaunianos.

    Mayor explotación no es la respuesta, sólo apuntalada por el egoismo de una minoría, el egoismo que rompe el saco.

  6. Entiendo porque se protegen con la religión o van tan paralelos a sus mensajes. La necesitan para que la gente imagine que «la idealización del amor y del miedo» hagan posible la continuidad de la explotación. Esta vez pienso que se han equivocado. No pueden seguir. Es el final. Coincido con mi maestro José Luis Sampedro: estamos en los últimos estertores de un sistema injusto que nos han hecho avanzar algo, pero que ahora se repliega en su decadencia hacia una mayor y mayor injusticia social, cuando la gente no está ni mucho menos dispuesta a aceptar esa tasa de explotación. El miedo no servirá esta vez.

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