Nuestro horizonte y trabajo consiste en generar espacios para que se consigan las condiciones mínimas para cambiar.
Es difícil para los profesores hacerlo, porque están demasiado solos -o a veces, la mayoría acompañados, pero temen preguntar o contrastar lo que hacen, porque puede parece que «no saben» y la universidad se supone que no le gustan los que no saben, ya que se define como saber-, y no tienen forma de saber si lo que hacen es bueno o malo … sólo acaban sabiéndolo acumulando experiencia en sí mismos, pero claro, eso tarda mucho y a veces no se produce; y no se produce, porque el profesor se acostumbra a lo que ha visto, y normalmente lo que ha visto es algo tradicional, dentro de este formato casi escolástico que llamamos «magistral» -pero pocas veces lo es- que es lo más común.
Por tanto, el profesor está sólo o acompañado, pero como si no lo fuera; ha visto y sufrido unas formas de dar clase y las acaba reproduciendo; no se atreve a poner otras o si acaso hace pequeñas variaciones, porque la comunidad universitaria en lo inmediato puede ponerle pegas …. -por ejemplo, si se niega a hacer un examen cuando al que tiene que examinar es un alumno que no ha querido trabajar ni ir a clase, pero tiene «derecho» a hacer un examen: si lo suspendes te denuncia porque lo discriminas; y si lo apruebas no tienes problemas, por tanto, el profesor hace un examen que no quiere, y al final, se dice: que más da, me evito problemas y lo aprueba, aunque no ha pegado golpe-. Y ese profesor, acaba siendo un «como si», como si fuera sabiondo, gran profesor, atento y servicial, un encanto de profesor …. por fuera o para fuera, pero en el fondo es un solitario, un ser dependiente, que no sabe bien si lo hace bien o mal, y que tiene demasiada poca conexión con el mundo que le rodea.
Hace muchos años que me atreví a hacer las cosas radicalmente de otro modo: enfaticé de la teoría en su práctica, empecé por la experiencia y la vida, construí espacios de intercambio y participación donde los alumnos tenían libertad para elegir y para participar, y además, introduje el grupo de trabajo y lo canalicé hacia lo que siempre hacemos en la vida: ir descubriendo aquello que más necesitamos, y si puede ser haciendo algo por resolverlo.
De esa forma, aparecieron los grupos de action-research en el aula y ellos se dedicaban a deconstruir el conocimiento, a aprenderlo haciéndolo o re-haciéndolo, y todo ello en grupo. Cambiaron las formas, cambiaron los contenidos, aparecieron nuevas técnicas ad hoc con la metodología emergente. Al principio, empecé el camino en solitario, pero poco a poco fui montando un Grupo de Colaboradores, que funcionó desde mediados de los ochenta. Fue impresionante lo que cambió el aula, los alumnos y yo-nosotros mismos.
Publicamos un libro -«Experiencias en grupo e innovación en la docencia universitaria» (Editorial Complutense) en 2002 con nuestra experiencia innovadora y este Grupo de Colaboradores dió paso al Grupo Interdisciplinario e Interfacultativo -un grupo formado por casi veinte miembros de diferentes facultades y de dos universidades, UCM y UPM) con el que llevé esas metodologías a los demás. Hicimos muchas cosas pero …..
Tal vez los mayores avances se dieran precisamente en esos tres primeros Encuentros entre profesores los dos primeros y entre estos y estudiantes en el Tercero. Los encuentros realmente «reproducían» una parte del modelo y método general de innovación educativa: poner en común a profesores para que cada uno cuente su experiencia, después de haber adquirido un cierto conocimiento entre unos y otros, y sobre todo, hacerlo con profesores de no son de la misma materia, ni del mismo departamento y hasta de otras facultades, cuestión que facilita el intercambio y se puede hablar, por fin, de lo que lleva oculto en el interior de cada uno, mucho tiempo. Esos Encuentros han sido muy satisfactorios.
Por eso nos planteamos el Cuarto Encuentro -con un grupo de profesores muy renovado, y abarcando cuatro universidad en lugar de dos, y profesionales que ya no son directamente profesores, sino que trabajan en otras áreas cercanas, como la formación de organizaciones o similares: ahora ya somos la Asociación Espiral para la Innovación Educativa- y lo venimos montando desde hace dos años …. porque aunque queríamos continuar en la línea emprendida, queríamos conciliar y agrupar y compartir con otros grupos que podían ayudar al colectivo de profesores a mejorar su información y hasta a sentirse más reforzados para cambiar su modelo en las aulas.
Por eso, hemos pensado en cuatro o cinco espacios, los del III Encuentro, de profesores y alumnos, pero ahora montando ciclos de innovación y de difusión pre-encuentro, en los que mostramos nuestras experiencias propias y generamos un mínimo intercambio entre los profesores … y con los estudiantes, un ciclo de innovación para desarrollar proyectos de auto-empleo en grupo, que esperamos también les permita llegar al Encuentro más «avisados» y organizados.
Y hemos añadido una serie de espacios novedosos: primero, los investigadores y documentalistas. Esperamos sobre todo, investigadores jóvenes que junto al mundo documental pueden aportar sus competencias en lo que es tremendamente innovador, internet en su práctica de búsqueda, de aventura, de intercambio, de redes ….. pudiendo recibir información y técnicas, y también metodologías para introducirnos mejor en el mundo internet más actual. Por otra parte, ese grupo está lleno de necesidades que puede analizar como principio de su propio desarrollo.
Hemos añadido a los profesores de enseñanza media y profesional, porque sabemos que saben más de pedagogía práctica que en general los profesores universitarios, mucho más especializados y centrados en la investigación y en una enseñanza diferente. Ese núcleo de profesores aplican una pedagogía consciente, y cuando uno hace algo conscientemente, puede mejorar su práctica con relativa facilidad e ir mejorando hasta lo que está en los libros. Su participación es decisiva. También desde las experiencias de la universidad podemos aportar mucho a las enseñanzas medias y profesionales, sobre todo, algo que falta en esos campos en la medida suficiente, y es nuestra combinación identitaria entre investigación-docencia, que nos permite desarrollar un principio de renovación y nos confiere mayor libertad y autoestima. Es bueno combinarnos.
Además, hemos querido invitar a jóvenes emprendedores, a empresarios de pymes innovadoras, a profesionales que quieren mejorar sus formas de hacer, …. a un conjunto que puede «anticiparnos» como son y como van a ser los énfasis en las necesidades sociales y en las competencias profesionales -la mayoría genéricas o de comportamiento- que se están vislumbrando como necesidades sociales y que es preciso desarrollar plenamente en el trabajo porque no vienen preparadas desde las licenciaturas. Este mundo junto con el de los estudiantes -que son los únicos observadores de lo que ocurre en las aulas- puede definir claramente los puntos débiles de la función docente y cómo abordarlos.
En definitiva, tres nuevos espacios que van a correr paralelos con los dos ya experimentados en el III Encuentro. El resultado va a ser extraordinario. Nuestra idea es concienciar a partir de la experiencia, de la práctica del intercambio y el conocimiento. Nuestra idea es ayudar a liberarse a los profesores para así disfrutar más de su trabajo, sentirse bien y acompañados en una tarea tan bonita, pero al tiempo y a veces tan problemática e insatisfactoria. Contribuir a eso, contribuir a forjar otro horizonte, ese es nuestro interés.