Manifiesto para innovar (en el aprendizaje)

IV Encuentro de Intercambio de Experiencias Innovadoras
Manifiesto para innovar

Proponemos un espacio horizontal y democrático para intercambiar lo que hacemos, nuestras experiencias propias en el aula y fuera de ella, cosas que aplicamos y que han supuesto un avance maduro en el proceso de aprendizaje que propugnamos con nuestra tarea.

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No se trata de mostrar nuestros conocimientos sobre pedagogía aplicada o sobre teoría de la pedagogía, sino seguir siendo profesores interesados en hacer lo mejor posible nuestras tareas en el aula, y compartir nuestras experiencias con otros profesores, e intercambiar opiniones al respecto.
En este proceso es seguro que aprenderemos mucho sobre pedagogía aplicada y concreta, pero lo haremos a partir de nuestra propia experiencia , tal y como hacemos cuando planteamos una investigación, desde la realidad, desde la experiencia hasta la explicación de esa realidad. Por supuesto, en todo este proceso que llevamos emprendiendo desde hace más de treinta años, y donde se concilian gran cantidad de experiencias, de todas ellas se ha derivado un conocimiento práctico tremendamente útil para aquellos que quieren mejorar su forma de trabajo y para aquellos otros que empiezan ahora a ser profesores y a enfrentarse con la compleja realidad del aprendizaje-enseñanza.
Por tanto, no buscamos intercambio de erudición sobre pedagogía, sino las experiencias que cada uno han ensayado y puesto en práctica y reformulado y revisado en sus aulas y espacios de aprendizaje.
Nuestra pretensión es lograr alternativas viables y prácticas a los planteamientos actuales dominantes que se dan en nuestras aulas y que son derivaciones de un modelo demasiado tradicional. Para ello, estamos seguros que:
– compartir experiencias y situaciones vitales es decisivo;
– sentirse apoyado por otros que tienen problemas similares, también;
– forjar redes de interacción que permitan relacionarnos y cooperar, compartir lo que hacemos y lo que vamos encontrando por el camino; y
– sentir que otros estamos en situaciones similares, por supuesto.
Tal vez si nos refugiamos en lo que hemos llamado posiciones “naturales”-tradicionales es porque es lo que está en la cultura y en las experiencias que hemos vivido nosotros mismos en las aulas y en nuestras casas.
Por estas razones y porque pensamos que una gran parte del aprendizaje en el que nosotros también participamos es derivado de la acción vinculada y paralela a la búsqueda-investigación, y que vivir una experiencia es un aprendizaje más fácil y directo que otras formas de hacer. Y ya no digamos si compartimos el proceso y los resultados de la experiencia vivida con otros colegas que también lo intentan a su modo y que son fuente de contrastación y de aprendizaje continuos. Es lo que llamamos “aprender haciendo en grupo” , aprender haciendo, buscando, investigando, resolviendo, atreviéndose, emprendiendo, y compartir esas experiencias con otros que tienen experiencias similares, pero diferentes. Todo ello con una metodología grupal que nos permita atender a las leyes de formación y desarrollo de los grupos, lo que nos facilitará aprovechar realmente todas sus ventajas.
En definitiva, innovamos aprendiendo en nuestra experiencia , con las de otros, compartiendo espacios y probando continuamente nuevas formas pedagógicas en función del objeto, del sujeto activo y sobre todo, de los realmente importantes en todo este proceso, de los estudiantes, que son a quienes y por quienes tenemos que dirigir la mayor parte de nuestros esfuerzos.
Esta es la razón por la que desde la creación del primer grupo de colaboradores y profesores que han ido construyendo esta metodología, los alumnos han sido la principal preocupación de nuestros esfuerzos , y es por eso por lo que contamos con su análisis de necesidades desde siempre, desde el inicio de nuestros cursos académicos y a lo largo de seminarios y encuentros de diversa índole.
Esta también es la razón por la que estuvieron trabajando con nosotros ya en el III Encuentro de Intercambio de Experiencias, siendo extraordinariamente importante su aportación, y es por eso también por lo que hemos abierto las puertas a su participación –activa, claro, nada de escuchar sólo- en la definición y formalización de cómo podemos mejorar nuestro trabajo en relación con las necesidades que ellos sienten, y cómo su experiencia, que es la que entra en el aula y puede comprender más directamente lo que ocurre en ellas, nos permitirá mejorar nuestra forma de trabajo y hacerla más cercana a sus necesidades y consecuentemente a las necesidades sociales . Nosotros, los profesores, también.
Por eso, nos reunimos en un encuentro que nos interrelacione, que nos complemente, que permita transformar los roles fosilizados de cada parte, en relaciones fructíferas e intensas entre los dos polos complementarios y estratégicos de los espacios de aprendizaje:
alumnos y profesores.
Tenemos en nuestro pensamiento que otras instancias son importantes para el desenvolvimiento de estos espacios educativos, específicamente, la tarea de búsqueda e investigación –los investigadores- y la tarea de conformar una oferta amplia y renovada de documentación y biblioteca –los documentalistas-. Ambos tienen mucho que decir a la hora de renovar los sistemas de aprendizaje en las aulas y fuera de ellas. Por eso también los hemos invitado, para que nos cuenten sus experiencias, sus intentos de renovación, sus “luchas”, en definitiva, sus experiencias. Para de esta forma generar un espacio en que todos podamos ser partícipes de una realidad renovada de los procesos de aprendizaje.
La estructura del espacio de aprendizaje, pues, interrelaciona básicamente alumnos y profesores:
– los primeros contribuyendo con la expresión de sus necesidades, y como expresión última y directa de la necesidad social realmente sentida;
– los segundo, mejorando continuamente su proyecto, convirtiéndolo en un proyecto innovador en continua transformación de acuerdo con las necesidades sociales y del conocimiento e investigación.
Y sobre esa estructura de interacciones, como una superestructura de primer nivel, aparece la tarea investigadora y la de documentación. Ambas permiten dar continua actualización a los objetos de aprendizaje y contrastación social de lo que se ha hecho y vale la pena tener en cuenta en esos procesos, de los maestros y de la forma de acercarnos a ellos.
Lo hemos sintetizado en el siguiente gráfico:

Documentación (Hasta aquí)
Profesores (Proyectos innovadores)
Alumnos (Necesidades sociales)
Investigación (De aquí hacia delante)

Hemos creado una asociación para hacer más amplia y compleja esta interrelación. La Asociación Espiral para la Innovación Educativa es un espacio de aprendizaje más, un espacio para aprender y para innovar continuamente en procesos educativos y de aprendizaje.
Las experiencias aportadas al Encuentro, así como el proceso, síntesis y conclusiones del mismo esperamos que permitan concretar una publicación ad hoc que esperamos contribuya al proceso de innovación educativa.

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Un comentario en «Manifiesto para innovar (en el aprendizaje)»

  1. «No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: tú puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre…”

    Walt Whitman

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