7. El mismo discurso aburre hasta a uno mismo. Cada día es un nuevo día, y si tenemos dos clases a la semana, hay que buscar que sean muy distintas … hasta que traten temas diferentes ….. ya bastante aburridos son los discursos cerrados. Pero, un pero, no se deje influir por la alternativa radical, consistente en que en vez de un discurso, hay una continua interrupción ….. un discurso es un discurso y ha de tener coherencia, sobre todo, estructuralmente, saber dónde se está y no perderse en vericuetos poco atendibles. Cada clase de la semana formas distintas de abordar el aula y el espacio, formas diferentes ….. no siempre lo mismo. Si tenemos, por ejemplo, dos clases a la semana, una más teórico-participativa y otra de trabajo independiente grupal …..
8. La independencia es muy importante en el aprendizaje ….. tener autonomía, buscar lo que a uno le va o necesita, intentarlo, emprender nuevas rutas …. la independencia del alumno es decisiva …. tiene que forjar su aprendizaje …. nosotros tenemos que ayudarle a que se encuentre cómodo y motivado en ese espacio que él ha elegido. Hemos de enfatizar en su libertad, pero también en el respeto, el respeto al maestro, el respeto al otro, el respeto a los demás ….. si respetamos al otro estamos muy cerca de la democracia y la participación, una democracia basada en la cooperación e intercambio, en la interrelación … y en la que todos somos importantes y en todos los momentos, no sólo cuando votamos. Se llega al respeto escuchando, escuchando activamente, viendo qué hay de positivo en el otro, y no en qué está equivocado. Por tanto, nada de juicios críticos, sino que primero hay que resumir, hay que comprender, hay que sintetizar, y luego, mejorar lo que uno ha recibido. Desde el respeto se ve con claridad la libertad y la independencia de cada uno. El respeto no significa no criticar, sino criticar en lo que es adecuado, pero no decir «estoy en absoluto desacuerdo». Eso es imposible.
9. ¿Por qué nos aniñamos cuando tratamos con niños y hasta nuestra voz es diferente y lo que nosotros interpretamos por infantil? Tal vez en alguna medida esa forma de sentimiento tenga justificación, pero tratar a un alumno como si fuera un «des-experienciado» o «dis-cente» o «joven» es inadecuado. Resulta que la sociedad le reconoce su derecho al voto a los 18 años, y nosotros lo seguimos tratando como una especie de «descarriado» que tenemos que «convertir» a la ciencia y al conocimiento. De verdad que no nos enteramos de la misa la mitad. Uno de los retos de nuestra sociedad, todavía demasiado en mantillas, es la responsabilidad. Y la responsabilidad tiene que ver: a) con quitarnos de encima de culpabilidad, siendo responsables de nosotros mismos, cosa especialmente importante en una sociedad que todavía se nutre de formas de comportamientos propios del nacional-catolicismo o de lo católico-apostólico-romano; b) que tengamos la suficiente independencia y sentido de libertad como para poder elegir nuestra ruta principal y accesorias, y para ello necesitamos confianza en nosotros mismos, que no se puede adquirir si somos tratados como jóvenes «rebeldes», «botellonistas» o no somos reconocidos como personas; c) que entremos en el mundo del intercambio, del igual a otro, de ser tratados con el mismo respeto que nosotros tratamos: no se aprende a respetar, si uno no es respetado: ¿cómo puede respetar un esclavo a sus amos, cuando «han nacido» amos y yo «esclavo» y me piden que sea como ellos no saben ni siquiera parecer que son?. Jugamos roles y esos roles tenemos que perfeccionarnos, pero no para convertirlos en «fosilizaciones», sino para hacer posible una mejor compartición, un compartir, que tiene mucho que ver con interactuar ….. y vivir la «igualdad» de oportunidades; d) posteriormente, necesitamos sentir que somos importantes …. que aún siendo todos pequeños, somos únicos, y que lo que podemos aportar es siempre necesario e importante …..; si no lo hacemos así, si no contribuimos a crear un espacio de aprendizaje responsable en el que todos participamos y aprendemos, difícilmente podremos llegar a ser responsables, nada más que a partir de la «mano dura» -evidentemente primitiva- o la «obligación moral» o «social», impuesta ideológicamente.
El profesor, el director, el facilitador, el coordinador ha de construir espacios de aprendizaje que sean libres, responsables y abiertos ….. y dar sentido a lo que se hace, y saber repasar y sintetizar lo que se va haciendo. Un espacio donde la tarea esté continuamente actualizada y presente, y dónde cada uno sea lo suficientemente independiente como para valorar que los demás son importantes en su vida, y uno mismo, aunque pueda mejorar, lo intenta cada vez.
Ya sé que mis discursos no son estío reitere de 140 caracteres … Soy como sé ser ….. Tal vez demasiado profesor, pero es mi profesión, la que me gusta.
Escribo como soy: espontáneo, expresivo, libre, …. Voy construyendo los argumentos …. Alguna vez llego a alguna conclusión provisional pero sé que es provisional, aunque en ese momento me gusta …. Por eso no la corrijo …….
Pienso que eso es coherente con mi metodología de trabajo ….. Se sabe que se sabe, pero no se sabe ….. Todo se construye como si fuera nuevo …. Se vive como nuevo …. Y se sabe que no lo es, aunque en cierta medida lo sea
Eso evita los narcisismos, los dogmas y otras formas de condicionar libertad y pensamiento ….
Claro que para muchos puede ser poco vendible, porque en lugar de destacar el descubrimiento o la innovación, se muestra humilde o no terminado …..