Porque no sabemos hacerlo, y sobre todo, porque no nos atrevemos.
Es indudable que lo que tenemos que hacer es aprender, aprender, aprender y todo ello, aplicando, buscando, testando, contrastando, proponiendo nuevas formas y experimentos continuamente. Es claro que el I+D resulta fundamental, pero que no se quede en eso, sino que sea básicamente activo, fluido y práctico ….. No vale eso de yo hago ciencia y tú ya harás el resto, no vale …. ya hace tiempo que hemos descubierto la acción-investigación y no podemos seguir viéndola como investigación-acción, sino que es preciso enfatizar, aún en nuestra forma de aproximarnos al conocimiento, enfatizar digo en la acción. Sin acción no hay realmente conocimiento, a no ser que sea para morirse en una biblioteca, y no ser parte de un centro documental.
Esta claro lo que tenemos que hacer, pero no «queremos tener tiempo» para hacerlo. No nos damos tiempo, tenemos demasiada prisa, demasiada urgencia, estamos estressados -eso siempre pasa cuando el río de la vida hace tiempo que ha pasado por nuestro lado y no le hemos hecho caso y ahora queremos remediarlo con «grandes cambios»-. Nunca los «grandes cambios» fueron buenos para nadie, y menos para quienes no saben ni siquiera seguir el curso de la vida, es decir, estar en el continuum de la vida …. y no en el oportunismo de cada momento. Por desgracia, esta cultura latina, llena de improvisaciones y de prepotencia -por pensar que aún así lo hacemos mejor que analizando y planificando- obliga casi siempre a situaciones de cambio y no a cursos o ciclos de mejora continua. Y lo cierto es que de pronto no podemos ser otros, sino que seguiremos siendo los mismos, si no tenemos paciencia para imitar aquello que ya otras culturas han asimilado y hacen ….. bueno, no todo, solo lo necesario, pero sin miedo.
En definitiva, no hacemos lo que tenemos que hacer por prisas, por falta de paciencia y de continuidad, y por no dialogar continuamente, cuando nos va bien y cuando nos va mal ….. porque cuando nos va mal, el diálogo es mucho más difícil. No lo olvidemos. Ahora tenemos un país al que va mal …. y no sabemos que hacer, excepto «meter cinturón» y apretar …. Si seguimos sin mirar al horizonte, seguiremos haciendo las cosas como siempre, es decir, mal, muy mal. Aunque es más que probable que a algunos les vaya mucho mejor con lo de apretar el cinturón a los que no pueden ni siquiera protestar, pero más acumulación de riqueza, no significa que las cosas vayan bien …. sólo que los dirigentes viven mejor y se olvidan de que lo que tenemos que hacer es pensar en términos de estrategia y de futuro, y no en términos cortoplacistas y marginales.
Y …. lo privado nos lleva ineludiblemente al cortoplacismo. Keynes ya decía: «a largo plazo, todos muertos». Eso, el capitalismo sólo entiende el cortoplazo, por eso no puede planificar más que hasta mañana, y por eso los países que casi nunca planifican, siguen sin saber lo que es el diálogo con el río, es decir, con la vida.
Si, la privatización es cortoplacismo …. y en la sociedad actual, especulación …. incertidumbre …. dudas …. ¿crisis? …. tensiones. El ser humano tiene suficiente capacidad y potencialidad como para hacer su futuro, es decir, analizar, planificar, proyectar y aplicar y hasta contrastar, ¿por qué dejarlo todo en manos de «la mano invisible»? La respuesta es fácil: porque beneficia a los que tienen más …. nada más.
Son las reglas del juego del sistema capitalista …. el mercado es una buena regla del juego para el que más tiene … tiene la rara virtud de conseguir que el rico sea más rico y el pobre, más pobre …… ¡Bienaventurado el mercado, pues de él será este futuro incierto!