Esta semana una de las píldoras que les leí a mis alumnos fue de Marco Aurelio. Empieza agradeciendo …. agradeciendo a todos aquellos que le han ayudado a ser lo que era. Les decía como comentario que saber agradecer es empezar a crecer …. uno crece cuando agradece lo que tiene sentido agradecer.
No se trata de agradecer para quedar bien, sino para reforzar y recordar lo que ha sido positivo en la vida de uno. ¡Cuantos de nosotros se olvidan de lo que han aprendido y de quién lo han aprendido! Y, sin embargo, ¡cuántos maestros han rozado o inundado nuestras vidas, cuántos! Muchos y muchas veces piensan que su pensamiento es diferente, que ellos «lo han creado», que …… cuando recordando los orígenes de cómo llegó a nosotros, no sólo nos hacemos un gran bien para cada uno, sino que deconstruimos la memoria y la historia de la humanidad. Me recuerda aquellos seres humanos de Ray Bradbury en «Farenheit 451» que se convertían en hombres-libro para conservar esa literatura que era quemada por la inquisición de turno. Deconstruir la memoria, no sólo es vivir desde la humildad de «no saber» y querer saber, sino también contribuir a que los demás sean conscientes de lo mucho que nos hemos beneficiado de sus esfuerzos por conocer …. de lo que otros nos aportaron.
Y esto, tal vez, es más importante hoy, cuando con el «copiar y pegar» nos olvidamos fácilmente del origen de los pensamientos, de sus interrelaciones, y de la bondad de recordarlos y rememorarlos.