¿Un callejón sin salida?

¿Pueden los intereses de las clases dominantes aceptar un cambio en las reglas del juego que no les siga favoreciendo de la forma en que ocurre ahora? …. Soy pesimista.

Entradas relacionadas

7 comentarios en «¿Un callejón sin salida?»

  1. Los parásitos más avanzados del reino animal nunca matan a su víctima, porque saben que ellos mismos morirían. Sólo los debilitan…

  2. La respuesta siempre está en la naturaleza. Por mucho que nos vistamos de seda, seguiremos siendo monos. Un abrazo 😉

  3. No se si la pregunta es la que deberia ser. Parece que viene a decir: ¿aceptaran esta gente que les canviemos el chollo presente?
    Dicho asi, es claro que no.
    Però podriamos preguntar: ¿y si pudieramos aprovechar ciertos cambios actuales para reconducir la situación ? ¿Tenemos los ojos abiertos para percibir estos cambios o ya formamos parte de la basura actual condenada al reciclaje? Saludos

  4. Realmente hay muchos intereses en juego, sobre todo, por parte de a) y en primer término, las clases económicas dominantes, con muchas variedades: los financieros, los rentistas, los grandes capitalistas, los directivos de grandes empresas, …….. etc.; b) los políticos que, en nuestro país, son una mafia de partido, es decir, un conjunto de personas que han profesionalizado lo de ser políticos, porque es una forma de medrar … -hay excepciones, pero sólo confirman la regla-, también divididos en diversos grupos y castas. algunas más cerca del primer poder, y otras un poco más lejos, pero aspirando en su mayoría a ejercer el poder, como medio para conseguir materializar su ambición; c) los mass media, los medios de comunicación, también con diversos grados de implicación, pero todos seguro implicados, porque necesitan o bien estar de un lado o bien del otro, no caben medias tintas -las medias tintas se diluyen en el pastelazo-, no pueden actuar de otro modo del que actúan, al servicio de los intereses de quiénes les pagan bien o les mantienen el puesto de trabajo; d) los pobres de espíritu que han llegado a algo, aunque sea poco, pero que lo quieren conservar; y así hasta niveles menos interesantes. Dentro de esas clases dominantes hay gente que hasta puede pensar que es preciso cambiar, pero no es normal. El cambio crea inquietud para los negocios y eso significa, excepto para los que se mueven en la especulación financiera, un riesgo importante, y «mejor quedarnos como estamos» ……

    Por el otro lado, tenemos muy fragmentada la oposición, aunque los últimos acontecimientos nos han animado, nos han hecho pensar que es posible cambiar, o al menos, que no sea tan evidente y aplastante el dominio de los intereses económicos y políticos predominantes …. y les demos una pequeña lección. Pero no hay que olvidar que los pueblos, en general, suelen ser más bien conservadores, a no ser que les ocurra, como decía Marx, «que no tengan nada que perder», y en Europa y en España, hay mucha gente que piensa que, aún estando muy mal, tiene cosas que perder y el miedo es el factor más influyente en estas dinámicas sociales: «El miedo a la libertad», decía Fromm, eso, el miedo a la propia libertad ….. Si somos capaces de pasar el «rubicón» de ese miedo primario, y parece que es así, las clases dominantes tendrán que ceder algo, pero hay que tener en cuenta que el proceso no es sólo en España, el sistema capitalista de explotación y su acentuación en los últimos veinte años, es un fenómeno universal, que tiene que ver con la globalización, y por tanto, el capitalismo tiene muchas salidas, porque si no se produce un fenómeno a escala global es difícil acabar transformando el espacio local o nacional. Y eso es lo preocupante, porque es relativamente fácil combinar y poner de acuerdo los intereses económicos, financieros o políticos o entre ellos, porque tienen a su lado los recursos para reunirse y llegar a acuerdos, como el Pacto del Euro, cosa que los demás sólo disponemos de internet y poco más, porque hasta las lenguas pueden ser en un determinado momento un obstáculo insalvable.

    En fin, habría mucho que decir sobre todo esto, y estas dinámicas actuales, que contemplo con cierta esperanza, no exenta de sentido realista, porque lo que si es para mí cierto es que moverse utópicamente no conduce más que a la desesperanza de no conseguir nada o tener esa sensación frustrante ….

Responder a Teodoro J. Martínez Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *