Ver televisión es profundamente aburrido y sobre todo, lamentablemente irrespetuoso para con el espectador y con todo el mundo. Estan locos, pero locos, locos.
Ver una película, excepto algunas de segunda que ponen en la idem, es un suplicio por los anuncios, y sobre todo, por su inoportunidad, totalmente falta de respeto y oportunista, cortando la película por cinco o seis minutos justo cuando se está en el desenlace principal del guión. Muchos ya hemos dejado de ver todas esas películas que, en su mayoría, ya hemos visto varias veces, pero ahora las tendríamos que ver con unos cortes … que convierten la película en una tortura que se dilata por tres horas, cuando el metraje no pasa de la hora y media. Este es un país donde las televisiones hacen «lo que les sale de los cojones», sin ningún tipo de control o respeto por el espectador. Lamentable, lamentable.
Item más. Los programas son inmundos, de tercera, en su gran mayoría, excepto algunos de animalitos y cosas así, que son pocos en términos relativos. Muchos de los de la dos son infumables, a pesar del supuesto talante cultural que los adorna, y el tono de la dos es como el tono de radio nacional, parece que lo saben todo y que hablan desde un púlpito, como si fueran dioses y los que miramos y queremos saber, tontos. Y además, no se dan cuenta. Se nota hasta en el tono de los locutores … hablan «ex-cátedra» o parecido.
Leo una noticia que un programa que tuve la oportunidad de ver parcialmente una o dos veces, pero que no me gustó demasiado, se pone como ejemplo de que la gente no demanda este tipo de programas de calidad. El programa en sí no me pareció de excesiva calidad. La Hache me parece una buena humorista, pero no tanto como se le atribuye, ya cuando estaba en Canal Plus me parecía lamentablemente elitista. Pero si es cierto que es de un nivel medio aceptable. Y la quitan. ¿Por qué? Ellos sabrán, pero el proceso de idiotizamiento de los españoles sigue su curso, y todo lo que podía tener de bueno una buena televisión, se convierte en mediocre o malísimo, y lamentable en la mayoría de los casos. Y lo que es peor, enseña a generaciones de lo que no debe ser de ninguna forma, de discusiones, de gritos, de malos modos, de insultos, de engaños, de mierda, en toda la extensión de la palabra. Este país se ha convertido en un gallinero …. pero gallinero gallinero, una mierda.
El tema de la liberación de anuncios en las televisiones públicas estatales parecía que iba a permitir un salto de calidad, pero no son así los resultados. Los telediarios son aburridos y siempre desorientados sobre temas de interes o sociales y si se ven más es porque duran una enormidad, están todo el tiempo dando noticias. Hasta el tiempo se convierte en inacabable, debe durar más de seis o siete minutos de emisión … y todo para decir que en un pueblo desconocido hay probabilidad de granizo. Dejen esas cosas para las emisiones de teles locales y no cansen con sus reiteraciones.
En fin, menos mal que existe internet, menos mal que al menos podemos establecer redes de interconexión vivas con personas que vamos conociendo y que vale la pena contar con ellas. Personas que tienen problemas, que tienen expectativas, que buscan aprender y conocer, porque sino la tele nos mataría a todos. Es mejor que nuestros hijos se conecten al twenti o a facebook que tengan que aguantar cualquier serie impresentable que siempre dice lo mismo o un programa de esos que llaman sociales, pero que más bien son antisociales.
Y por hoy, no digo más.
Quiero destacar un tema que me hiere profundamente cada vez que me animo a ver una película en una tele con anuncios: es incomprensible que sin aviso puedan poner un anuncio y romper de forma totalmente imprevista el ritmo de la película, o peor, hacer que justo cuando está en lo mejor, salir con anuncios y sin avisar. Creo que es una agresión al espectador y no sé que coño hacen las supuestas autoridades no vigilando este tipo de comportamientos lamentables ….. Muchas veces, me han puesto de malhumor, y tengo que suponer que excepto para aquellos del sector del marketing y la publicidad, esto es una agresión. Si, una agresión …. parecida a la que se han acostumbrado a hacer los sistemas de teleoperación llamándote a la hora de comer o a la de cenar para colocarte cualquier producto. Algo que igualmente en otros países está regulado y no es permitido, excepto si el que lo recibe da su autorización. Es una intromisión de grados de agresividad insospechados y parece que nadie denunciamos este tipo de actuaciones irrespetuosas, invasivas y agresivas a que nos someten.