Darle la vuelta a la tortilla: Empezar desde el otro (4)

Hay que empezar por los demás, por los que saben lo que necesitan, lo que quieren. Si empezamos con nuestras ideas casi siempre haremos cosas que no están adaptadas a las necesidades. Los alumnos, la sociedad, el ciudadano, las personas son el punto de partida de cualquier actuación innovadora. Y no es un criterio ideológico empezar por el otro, es sencillamente «el criterio».

Me pregunto: ¿Es tan difícil preguntarles (a los alumnos, a los ciudadanos, a los clientes) para que digan lo que les ha ido bien y lo que les ha ido mal?. No, y además, como hace tiempo que nadie les pregunta, excepto en los exámenes, seguro que se portan bien y te contestan, yo diría que hasta pueden desearlo. Este trabajo es una constatación de la afirmación anterior. Y, sin embargo, los ponemos “a caldo”, que si no estudian, que si no están preparados, que si no vienen a clase, que si se emborrachan, que si …….. Y seguimos sin preguntarles, como hacen tantas organizaciones empresariales, que hacen las cosas sin preguntar a los que se las compran.

Si no empezamos por los alumnos, preguntando lo que quieren, lo que necesitan, lo que echan en falta, …… y si no continuamos con ellos pidiéndoles ideas y trabajo para cambiar las cosas, las cosas no cambiarán nunca, y seguirán los mismos perros hasta con los mismos collares. Primero, los alumnos, nuestras auténticas y directas referencias. Son los protagonistas de este drama que queremos convertir en comedia o tragicomedia y divertirnos todos.

De verdad, ya sé que es evidente una vez dicho, pero ¿cuánto tiempo tardaremos en olvidarlo?. Los alumnos son los únicos que pueden aproximarse a saber lo que ocurre dentro de las aulas. El profesor implicado no va a airearlo o lo dirá a su manera; no es fácil que haya profesores invitados en la clase, por no decir, imposible; si viniese alguien de la inspección, podríamos portarnos bien. Los únicos que saben realmente lo que ocurre en el aula, y lo que padecen el aula, son los alumnos. Ellos tienen experiencias concretas, y te las pueden contar. Sólo es preciso que hagamos el esfuerzo de preguntarles, que lo hagamos con un propósito cierto y metodológicamente acertado. Los resultados son evidentes y pueden ser consultados hasta en internet, en sus blogs y en los blogs grupales de Sistema Económico Mundial.

El alumno está deseando colaborar, porque todas las personas se sienten valoradas cuando son preguntadas sobre temas que conocen. Pero además, lo que digo es científico: o es que podemos formular cualquier idea, así a vuela pluma, porque se nos ha ocurrido, y no ser analizados por los demás, contrastada nuestra experiencia con otras, utilizados nuestros métodos y viendo los resultados y comprobando que lo que decimos puede ser cierto. Pues si así es el conocimiento científico, ¿por qué no es así el conocimiento de nuestro trabajo?.

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