«En las fiestas no te sientes jamás; puede sentarse a tu lado alguien que no te guste» Es indudable que ya tengo mucho de «marxista».
Igual me pasa en clase, pero las razones son muy otras. Cuando hablo estoy de pie para ser visto, pero nunca detrás de alguna tarima, ni encima de ella. Cuando hablamos, me suelo sentar, para poder compartir en posición más democrática.