«¿Cómo aprender a discutir y a debatir con una educación que impone? se pregunta Paulo Freire (La educación como práctica de la libertad»)

Y se contesta: «Dictamos ideas. No cambiamos ideas. Dictamos clases. No debatimos o discutimos temas. Trabajamos sobre el educando. No trabajamos con él. Le imponemos un orden que él no comparte, al cual sólo se acomoda. No le ofrecemos medios para pensar auténticamente, porque al recibir las fórmulas dadas simplemente las guarda. No las incorpora, porque la incorporación es el resultado de la búsqueda de algo que exige, de quién lo intenta, un esfuerzo de recreación y de estudio. Exige reinvención»

Y más adelante: «No sería posible, repetimos, formar hombres que se integren en este impulso democrático, con una educación de este tipo (tradicional). Y no sería posible porque esta educación contradice este impulso y hace resaltar nuestra inexperiencia democrática ….».

¿Podemos resituar este pensamiento en nuestra sociedad?

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