Yo siempre estoy por la Calidad antes que el Beneficio. Con calidad se llega a beneficios, porque la calidad es un beneficio en sí mismo. Esto me lo ha recordado ver el otro día el Madrid-Barça. Unos intentándolo, queriendo crear, encontrando continuamente barreras; y en frente, otro que sólo buscaba el beneficio, sin importar lo que hacía, sólo ganar ….. o no dejar ganar. A los diez minutos de juego estaba enfadado, porque un equipo de la calidad individual de los jugadores del Madrid no puede jugar tan defensivamente, tan racanamente, sin importarle más que hacer goles de faltas -aquello que indudablemente tiene el peor nivel de calidad en el futbol, aunque sea el recurso de los más pobres-. No se puede ser tan rácano, siendo tan rico. Es como el sistema capitalista financiero actual: rácano hasta el tuétano. Esta claro que es un entrenador que nunca me ha gustado nada, porque no entiende de futbol, sólo de anti-futbol. Gastó lo ingastable con el Chelsea, con el Inter y ahora con el Madrid, pero es una auténtica desgracia para sus seguidores, y lo único que puede darles es títulos, es decir, beneficios, pero nada de calidad …… nada ….. es una pena.
Yo seguiré siempre prefiriendo hacer las cosas bien antes de dar prioridad a ganar dinero o llegar el primero. Espero que el miércoles se vea un partido de futbol y no unos que quieren jugar y otros que se meten en su medio campo y hacen de muralla a la expectativa, «langreando» como decía mi madre.
Esta claro que la belleza y la calidad casi siempre es incompatible con los resultados …. ¡que pena!
Ayer, en el partido, disfruté de algunos momentos. Todo el segundo tiempo del Barcelona, de gran futbol y que no materializaron de verdadero milagro; con la jugada del gol del Madrid, gracias especialmente a Marcelo, que es decisivo en el Madrid por las cosas que hace en ataque; y especialmente con una jugada de casi todo el Barcelona que se anuló por fuera de juego, pero que tal vez fue lo más bello de la tarde.
Hubo más de una cosa que no me gustó, pero por una vez no diré nada.
El primer tiempo demasiado táctico. Menos mal que los jugadores tienen un límite físico y cuando este empieza, los entrenadores pasan a un segundo plano.
He pensado después de ver varios partidos este año que podían cansar a los jugadores durante 45 minutos sin jugar en el campo, sino en el vestuario, y que luego saliesen algo cansaditos, para ver de verdad futbol, y no tácticas.
Es una pena ver a futbolistas tan buenos, tan sacrificados por las tácticas.
También he pensado que habría que reducir la incidencia de las llamadas jugadas de estrategia y ensayadas. No tienen demasiado valor y al final deciden demasiados partidos. Por cierto, los penalties más lejos, porque la mayoría en la jugada misma no son tan peligrosos como el hecho de que te piten penalty y aún encima en muchos casos, echan al jugador que ha sido sancionado, y es un castigo tremendo para el equipo castigado y para el futbol. Yo eliminaría los penalties tan favorables al que los tira, con excepciones significativas.
El sábado pasado, hubo un penalty claro a Villa en el primer tiempo, pero que el delantero ya había perdido el balón, porque en realidad, sólo tiene que llegar antes que el portero y de esa forma, le pueden pitar penalty a su favor. No tiene sentido. Los penalties en todo caso se podrían convertir en faltas directas sin barrera, desde donde ocurren, porque si te hacen penalty en una esquina del área, el peligro es casi nulo, y sin embargo, es lo mismo que si estás sólo delante de la portería, el portero esta tirado en el suelo, y un defensa viene desde atrás y te derriba. No hay proporciones, y como decían los sociologistas franceses, las proporciones son muy importantes.
Lo cierto es que se tiende a simplificar -y no a complejizar- el futbol, y eso le hace perder cualidades …..
Ah, otra cosa, que un jugador pida que le saquen a otro una tarjeta o que se alegre y se abrace por haber «conseguido» un penalty, debería estar castigado. Cuando estoy en el aula, si alguien dice a otro, que ese otro tiene que hacer alguna cosa, yo lo hago evidente y tiendo a «sancionar» con la palabra al que se ha querido evadir o reir del otro. Es algo que si hubiera unas mínimas normas basadas en la calidad y no en el beneficio, se comprendería mejor, pero lo cierto es que en el futbol como en todo en el sistema capitalista, el fin justifica los medios. Y aunque hayas engañado, lo bueno es ganar. Se pierden todas las formas para ganar …. es una cuestión de «vida o muerte», parece ser…… lamentable.
Me gusta el futbol, primero, porque lo he jugado, y no jugaba mal del todo. Todavía puedo tocar bien el balón. Segundo, porque es complejo y hay que vivirlo desde adentro para conocerlo. Tercero, porque es uno de los pocos deportes donde destacan los descendientes de la pobreza: es un deporte de los pobres, de las favelas o similares. Cuarto, porque es un deporte de grupo, donde se no se puede manipular excesivamente y jerarquicamente y convertir al grupo en equipo. Quinto, porque un sólo jugador no hace un equipo de futbol …… etc.
No me gusta, también por muchas razones: porque todo es oro e intereses económicos y es donde se refugian los seres más lamentables humanamente ….. los directivos … que ¡manda carallo! como son. No me gusta porque eso arrastra muchos intereses, y pienso que cada vez más habrá cosas amañadas e interesadas, como ya ha ocurrido y mucho. Tampoco me gusta el papel de la mayoría de los entrenadores, excesivamente mandones y jerárquicos. No me gusta tampoco, el futbol defensivo, y sobre todo, la gran contradicción de que un equipo sea o quiera ser de elite y sin embargo, se meta en su área con todos sus efectivos. Es altamente contradictorio: hay que dar la cara y jugar a ganar o perder, y no a no perder, cuando tienes recursos más que suficientes para ganar …… en fin, y otras muchas cosas que me callo.