Parece ser que atribuyen a Confucio aquello de: «Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos». Pero … no es tan fácil decirlo como hacerlo. Casi siempre las personas exigentes consigo mismo lo son y muy radicalmente de los otros …. y los que no se exigen nada … tampoco piden nada … eso es más corriente. Hacer el esfuerzo de no exigir lo mismo al otro, igual que haces contigo mismo …. es una tarea de maestros.
Aunque …. muchos maestros tampoco son capaces de llegar a tales porque gustan más de exigir que de dar o autoexigirse. Sin duda, el principio sobre el que se monta la maestría es la de mostrar caminos, facilitar las cosas, ayudar, contribuir al desarrollo del otro …… Si hay mucha resistencia en el otro, casi siempre las cosas no acaban como debieran. Vivimos en una sociedad que exige, exige y hasta no sabemos del todo que es lo que nos exige. Siempre tenemos que estar alerta de lo que parece o quiere «el gran hermano» invisible que es el mercado …… A veces, es palpable lo que es demandado o exigido, pero otras muchas veces no somos capaces de desentrañar el asunto.
Demasiados evaluadores y poco nos gusta que nos evaluen ….. Y este país es especialmente especial en esto de estar continuamente evaluando al otro, criticándolo …… vemos fácilmente la paja en ojo ajeno …… ¿Es posible que eso tenga que ver con una falta real de identidad peresonal? Puede ser …. pero en todo caso, hay que empezar a exigir menos …. -no por ser mejor amigo o mejor camarada o más camarada, sino para evitar regresiones en los otros, o críticas- ….. y dar más. El agente del cambio no es la exigencia, sino que seamos capaces de dar ejemplo de lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Exigir, hasta cierto punto es muy fácil, pero dar nos cuesta …. no siempre lo que cuesta es mejor, pero en este caso, si.
¿Cuántas veces dejamos de hacer las cosas que tenemos o debemos hacer, porque atribuimos a otros la obligación de hacerlas?
¿Cuántos disgustos nos podíamos ahorrar si fuéramos nosotros mismos …. si hiciéramos lo que creemos que hay que hacer?
Estoy de acuerdo en aquello de que este país es un nicho de exigentes. Esto podría ser positivo si sirviese para mejorar. Pero no, se hace con ánimo destructivo, con ánimo de quedar por encima o con ánimo de control -es decir, ejercicio de un poder progresivamente autoritario.
Además hemos creado una sociedad donde siempre hay derechos con pocos deberes. Los alumnos tienen derechos, claro. ¿Y cuáles son sus deberes? Estudiar, pero no pasa nada si no lo hacen y repiten curso tras curso ocupando una silla que podría ser para otra persona. ¿Cuáles son los deberes de nuestros dirigentes (académicos o no académicos?) Gobernar, pero no pasa nada si no lo hacen apropiadamente, es decir, siguiendo un programa para el que han sido elegidos.
¿Quo Vadis España?
La gente cutre es muy exigente con todos ….. más que con ella misma.
Las personas tímidas también suelen ser más exigentes con los demás.
Y por supuesto es una cuestión de culturas …. suelo tener no más de un 5% de latinoamericanos en mis clases ….. casi todos agradecen mi trabajo. Sin embargo, del 90% español no pasan de manifestarse más de un 15%. Sin duda, su cultura está más presta a agradecer que la nuestra.