«Para recuperar nuestra plena humanidad, debemos reconquistar nuestra experiencia de conectividad con la trama de la vida. Esta reconexión -religio en latín- es la esencia misma de la base espiritual de la ecología profunda» Fritjof Capra dixit.
Y así concluye su libro «La trama de la vida», libro de cabecera donde los haya.
Sólo unos comentarios entrelazados sobre la frase:
-«…. recuperar ….». Si, recuperar … es más importante que aprendamos a recuperar que a cambiar ….. recuperando encontramos vías de cambio que ya han sido explotadas y otras nuevas que podemos vislumbrar o diseñar.
-» … plena humanidad ….» si, plena humanidad …. tenemos que adjetivar la humanidad para darle todo el sentido global que poco a poco vamos perdiendo. Humanizar es sobre todo tener en cuenta al otro, al ser humano, y no cosificar nuestras relaciones y convertirlas en conceptos, cosas u objetos. Humanizar es sentir, pero no sólo sentir, sino saber, un saber que siente o un sentimiento que fluye en una interpretación continua. Si tuviera que acentuar algo lo haría precisamente con el sentimiento, que es lo que vamos perdiendo, la sensibilidad, las aproximaciones al ser humano, y no las aproximaciones a las cosas. Estamos demasiado rodeados de cosas, y poco rodeados e implicados con los seres humanos que están a nuestra vista, pero no vemos. Por eso siempre estuve poco a favor de la «inteligencia emocional», porque prima la inteligencia sobre lo emocional …. yo le hubiera llamado -pero entonces sería ya otra cosa y otras aproximaciones y hasta otros métodos-, le hubiera llamado «sentimiento inteligente» o mejor «sentir con voluntad». Entre otras cosas, porque pienso que la igualdad de inteligencias es prácticamente un hecho y sin embargo, lo que nos distingue o es necesario comprender que se nos distingue …. es la voluntad, nuestro querer … nuestro querer ser …. como dice bien Ranciere de Jacotot.
«…. reconquistar …» el vocablo menos acertado de la frase … no hay nada que reconquistar, sólo hay que hacerse cargo de lo que somos o podemos ser.
» …. experiencia de conectividad ….» Por ahí van las cosas …. en la experiencia como algo que está por encima, sin duda, del conocimiento, porque sin experiencia no existe el conocimiento, y más en el plano micro, en el plano personal, pero también en el social y en el científico. Y concretándola en la «conectividad», es decir, en la interrelación entre personas, en las relaciones que nos hacen más y más a partir de la relación con el otro. Hoy en día tenemos recursos, pero los utilizamos muy mal. Vemos como en los espacios en red … todo consiste en «narcisismos» o publicidades o «auto-afirmaciones» de uno mismo, para que los demás sepan …. no hay interrelación con el otro, no hay diálogo, no hay más que círculos cercanos que confirman lo «guapos» y «listos» que somos ….. casi nada más …. y luego, sí, hay alguna información, al menos del que escribe …. nos cuenta algo de sí a través de dichos sobre sí mismo o sobre sus actuaciones, o lo que ha escrito …. o nos dice cosas indirectamente a través de sus propuestas de compartir música o vídeos o dichos o frases. Pero nada más …. la conectividad está bajo mínimos … sólo es meramente objetual. No hay sentimiento. Parecemos seres alexithímicos como decía Kets de Vries, mirándonos continuamente al ombligo y no mostrando sentimientos para nuestras aportaciones, sólo la necesidad de que el otro nos confirme o nos diga si «hemos salido bien» en la foto. Por supuesto, es un mundo de mentiras de amigos …… siempre se sale bien.
«…..esencia misma de la base espiritual ….» en definitiva, la esencia. Ya lo creo, interconectarse con el ser humano o entre seres humanos es la estructura de la sociedad … y eso es lo que nos falla más estrepitosamente ….. vivimos refugiados en grupos de conocidos o grupos de amigos, y ese es sencillamente nuestro mundo, un mundo excesivamente estrecho. Nuestras opiniones no están muy cualificadas porque los conocidos o los amigos se agrupan por cercanía hasta ideológica o de formas de ser, con lo que no conocemos más que un mundo unidimensional, como diría Marcuse ….. un mundo en el que vivimos y convivimos … un mundo estrecho, un mundo con fronteras, un mundo que no puede ofrecernos ser libres, pensar libremente, porque es más bien confirmatorio de lo que somos …… de nuestra «tribu» urbana. Y …. además «navegamos» sin bases espirituales. Podemos tener creencias … hasta demasiadas, pero poca espiritualidad, poca profundidad en lo que es complementario de la vida … y sobre la que también hemos de fraguar nuestro ser.
«…. de la ecología profunda.» Capra utiliza ecología profunda para hacer énfasis en lo que tendría que ser sólo un nombre, ecología o economía …. que a fin de cuentas tienen significados prácticamente idénticos …. pero necesita lo de «profunda» porque se ha manipulado demasiado la ecología como concepto o como ideología y la economía en los mismos términos ….. no puede hablar de ecología, como ciencia del vivir o de la casa, o de la economía como tratado del vivir o de la casa ….. tiene que añadir profunda. Y si, es cierto, necesitamos profundizar y no quedarnos en la superficie del sentido de las cosas y de las conexiones, tenemos que saber comprender lo que está más allá de lo que se nos dice o hemos aprendido en una buena o mala clase o en una información en internet …. y eso significa, sobre todo, que aprendamos a reflexionar con nosotros mismos, tarea que tenemos casi siempre muy olvidada por el hecho de nuestras prisas. Y para reflexionar sobre nuestro entorno, no es suficiente con pensar o hablar, sino que es preciso escribir, es preciso plasmar nuestras reflexiones en palabras, porque las palabras escritas al tiempo que terapéuticas, permiten materializar la reflexión y que no se quede en «meras ideas» que mañana mismo o hasta ahora mismo olvidamos.
Un consejo: leer «La Trama de la Vida» de Fritjof Capra. Está en Anagrama ….. espero que os guste.