Has propuesto hace meses en tu plan de trabajo, una tarea, una tarea en principio no muy relacionada con la materia de la asignatura, lejana en gran medida, pero ya tienes experiencia de otras veces, y sabes que es una experiencia muy gratificante y positiva para el proceso de aprendizaje. La experimentas por séptima vez.

Se trata de motivar a partir de algo muy cercano, muy propio de nuestra juventud, la música. En realidad, la música es un lenguaje joven. Ya sé, me dirán que música ha habido siempre y que es un lenguaje de todos, pero reconocerán que la música es y ha sido, también en nuestra juventud, una forma de diferenciación con los adultos, mediante lenguajes diferentes, una forma casi de vivir por una parte de la juventud, y también por casi toda. Es un lenguaje básicamente universal y con significados interpretativos normalmente jóvenes. Cuando los padres o abuelos queremos saber que está de moda, les preguntamos a hijos o nietos; ellos por lo menos saben lo que corresponde a su “tribu” y más. A nuestros padres, los Beatles o Elvis Presley les parecían extraños, no eran suyos, eran nuestros. Lo mismo ha seguido pasando desde que los medios de comunicación han ido extendiendo y mezclando las músicas. El MP3 ha supuesto el soporte eficiente de ese nuevo lenguaje. Y ya no digamos los Aries, Emule & Co. La música está disponible, la música es intercambiable, la música invade la realidad social.

Yo añadiría: la música es un lenguaje joven, la música es una interpretación desde lo joven, la música es en gran medida análisis del presente y anticipación a veces del futuro, como formato artístico. La música está en la cabeza de los jóvenes, sean de la clase social que sean, y hagan lo que hagan. Pero cada joven adora una música, según su etapa vital, y también en el contexto en que se desarrolla. La mayoría de las veces la música se oye, como un sonido, no tanto como un texto. Creo que son muchas las personas que les gusta la música, a veces conocen la letra, pero no se han parado a analizar el significado de esa letra y de esa música como conjunto y en sus partes. Más bien, les llega la aceptación desde lo emocional, desde el sentimiento, y luego la escuchan una y otra vez hasta que la aprenden y queda grabada para siempre. Es curioso como nos acordamos de la música que hemos cantado cuando éramos muy jóvenes ….. para siempre queda con nosotros. Yo cuando quiero ser gracioso, le digo a alguien, espera que te voy a cantar “una canción de moda” y saco del fondo de mi memoria una canción de mi época, cuando yo era joven. En definitiva, la música envuelve el mundo joven, a veces consciente y otras semi-conscientemente.

Música y Realidad Social es un programa de acompañamiento, complementario de lo que se hace en el aula. Es un programa para generar iniciativa, responsabilidad, y consciencia, y también para ensayar las propias opiniones y verterlas y que sean reconocidas individual y grupalmente. Música y Realidad Social consiste en proponer a los alumnos que se “apropien” de una música, de aquella que les llega al sentimiento, a lo más profundo, que la copien en un soporte, que la oigan, que busquen y/o traduzcan su letra, y que encuentren significados conscientes de lo que está diciendo el autor, y que significa o puede significar para el que la ha elegido o para los demás o hasta para el músico: qué interpretación social damos a lo que el autor dice, con qué la hemos asociado, con qué aspectos pensamos que se puede vincular. Es también un ejercicio de reflexión, de análisis y de interpretación: en definitiva, es una forma de investigación, sobre un objeto: la música sentida por cada uno.

Esa es la propuesta: ese es el ejercicio de investigación propuesto. Por supuesto, es un trabajo voluntario. Las primeras veces que lo puse en práctica la participación no fue superior al 20% del conjunto de alumnos. Siempre se mantuvo por debajo de uno de cada cuatro. Es algo voluntario. Este año, lo anuncié al principio del cuatrimestre, estaba en mi plan de trabajo diario, que todos los alumnos conocen. Luego, lo planteé a las siete semanas de empezar el curso y hemos tenido las reuniones de escucha y participación de los trabajos y músicas presentadas, aprovechando que era el último día de clase lectiva antes de las fiestas de navidad, y que normalmente en esas fechas suele haber una fuga amplia de alumnos, hicimos nuestras audiciones. Como viene ocurriendo, ha resultado un ejercicio muy satisfactorio.

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