«A economía ajuda a formar a nossa visão do mundo, mas não pode constituí-la. Porque as dimensões econômicas representam apenas um segmento do que somos. A riqueza explicativa, por outro lado, vem do fato de o poder e a dinâmica de transformação da sociedade se estruturaremm em torno de interesses econômicos. Quem não entende os processos econômicos acaba não entendendo coisas tão elementais como por que somos capazes de façanhas fenomenais como as viagens no espaço, mas somos incapazes de reduzir a tragédia de 10 milhôes de crianças que morrem anualmente de fome e outras causas absurdas, ou ainda de conter o ritmo de destrição ambiental do planeta» dice mi amigo Ladislau Dowbor en el comienzo de la parte I de su trabajo: «O Mosaico Partido».
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Como cuestión previa, el idioma y su no traducción al castellano. Pienso que nuestra sociedad ha de hacer un esfuerzo de comprensión con aquellos idiomas de raíz similar, como el portugués, el catalán, el gallego, el italiano y hasta el francés. Este país está demasiado ensimismado en «la lengua del imperio», que tal vez por imperial nos ha impedido abrir nuestras cabezas al menos a los más cercanos. Los castellano hablantes son más proclives a intentar hablar inglés o hasta alemán, que a adentrarse en los caminos de los idiomas de raíz latina, y dejarse llevar por la complementariedad de sus formas lingüisticas. Y no es miedo, sino una forma de desprecio interior -y a veces, explícito- lo que induce a ser así. Pero es que esa forma de abordar el problema de la lengua, produce efectos indudables en la forma de ser y de comportarse en otras cuestiones, dado que la lengua es representativa y fundamental a la hora de «determinar» o forjar nuestras actitudes individuales y sociales. Por tanto, les recomiendo el libro de mi colega Ladislau Dowbor y en el original, por supuesto.
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El texto nos induce a considerar la economía como una forma de aproximación y no como la única, planteamiento que está en más de un economista. Igual que ocurre con otras formas de aproximación, que igualmente y tal vez por sus debilidades internas, sus miedos a no ser, acaban concibiendo su perspectiva como única, en lugar de compartida con otras formas de aproximación. La economía no constituye una concepción del mundo, sino una perspectiva importante, pero nada más, de una concepción del mundo.
La idea del determinismo económico o al menos de la gran importancia que tiene lo económico en lo social y hasta individual, esta remarcada en el siguiente párrafo, haciendo explícito que si no se tienen los mínimos conocimientos de lo económico, es difícil comprender este determinismo o cuasi-determinismo: «quem não entende os processos econômicos, acaba não entendendo coisas tão elementais como ….»
Si, ¿cómo es posible que el crecimiento económico haga posible llegar a la luna y otras «hazañas» espaciales y sin embargo, no sea capaz de abordar la hambruna y la pobreza?
Resolver la pobreza no ofrecería ninguna ventaja al sistema económico, porque sin pobres el sistema funciona peor y con más energía de respuesta. Por otra parte, no sería evidente lo importante de lograr un ascenso y movilidad social, haciéndolos deseables; ni tampoco permitiría reforzar la identidad de los en ascenso o ya bien situados. Tampoco respondería ante la necesidad de caridad por parte de «los hombres de buena voluntad» y el cielo sería más costoso. Y lo que tal vez sea más fuerte, abordar la pobreza podría aumentar los salarios medios del sistema y reducir el beneficio medio posible y esperable, lo que podía inducir a los inversores a retirarse a otras aventuras.
Sin embargo, las «hazañas» espaciales nos permiten probar nuevos artefactos que tienen una aplicación casi inmediata en la guerra, en la identidad de los poderosos y en los mensajes de gloria y de alegría que se imparten al pueblo. Además, ponen en funcionamiento legiones de expertos que piensan en cómo desarrollar nuevos artefactos y formas organizativas en situaciones relativamente críticas, y por tanto, constituyen un buen entrenamiento para la guerra y la tensión que ha de estar presente en el sistema, para evitar que la gente se aburra, por un lado, y se acomode, por otro. Por otra parte, la guerra es un buen sistema para reducir el gap estructural producción-demanda en el sistema capitalista, ya que es una aplicación que destruye rápidamente lo producido y conlleva una aceleración de la demanda de nuevos artefactos que a su vez pueden venderse a mejores precios, dada su escasez relativa.
Un sistema sin guerras o posibles guerras o tensiones no tendría sentido, o tendría menos sentido que un sistema que generara paz y se cargara el hambre, el cual sería muy aburrido y sin noticias resaltantes -¡qué haríamos con los medios, que aburrimiento, sin una guerra que poder comentar, sin una tensión final que resaltar, sin noticias que llevarse a la boca y a los ávidos lectores!- y sobre todo, ¿cómo haríamos para generar miedo en las poblaciones, y mantenerles en una situación de crisis continua y de miedos eternos?. El miedo es el gran recurso del poder, y si lo redujésemos -el miedo- podría ser peligroso para los diversos poderes, sean económicos, o financieros, o políticos, o sociales …. -todos los que están cerca del alpiste en la pajarera se verían fuertemente afectados-.
Un sistema capitalista en paz con la naturaleza sería igualmente un sistema que daría «mal ejemplo» de cómo tratar los conflictos y hasta nos induciría a una blandura en sus posiciones. ¿Va la naturaleza a ser más que nosotros? Ni hablar, ….. -y aquí viene el discurso de que como seres humanos somos el centro de la creación o lo más extraordinario jamás visto o algo así-: tenemos que dominar la naturaleza, ¿por qué se nos ha de resistir? y además, los desequilibrios ambientales son difíciles de prever, y en cualquier caso, somos suficientemente listos y dotados como para encontrar soluciones antes de que todo explote …. y la tensión no viene mal a nuestros propósitos, porque como dijeron nuestros grandes teóricos, nuestros marginalistas, lo único realmente importante es la derivada primera, si es positiva o negativa, es decir, el último añadido, el último momento, …. y en esos momentos es cuando se resuelven las cosas …. pero no podemos perdernos la tensión previa, porque sin ella los pueblos igual podían dedicarse a estudiar, a aprender, a comprender, a saber lo que realmente estamos haciendo, y a querer que las cosas fueran de forma distinta a cómo son, es decir, igual hasta nos piden que la democracia sea realmente democracia y no un simulacro.
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«A compreensão da economía, por sua vez, é apenas parcialmente um processo técnico. Conjugam-se e se articulam raízes emocionais, história vivida, meio social e também instrumentos técnicos e visiões teóricas. Os processos de elaboração intelectual não fluctuam no ar, não são isolados. O que é realmente interessante não é a caminhada científica em si, e sim como esta caminhada se cruza com os dilemas simples que cada ser humano enfrenta. Che Guevara escreveu em algum lugar que um político que não sabe parar para amarrar o sapato duma criança não entendeu grande coisa. No centro mesmo da nossa aventura humana estáo os valores, a nossa fragilidade ou generosidade individual, a nossa capacidade ou impotencia em termos de organizar uma sociedade que funcione«
Una economía o una ciencia sin motivación, sin pasión, sin emoción, sólo técnica, no puede ser más que el principio del fin. Probablemente por eso, la economía y los economistas funcionan tan mal, porque se abstraen y favorecen la abstracción y la separación entre lo que saben o creen saber y la realidad que les circunda. Las relaciones son básicas para entender -cualquier cosa-, si no somos capaces de interrelacionar nuestras formas de comprensión con nuestras formas de aproximación y aplicación, estamos fuera del mundo; si consideramos que ésta es la única visión posible de la realidad, estamos también fuera del mundo. Y para conocer, hay que convivir con el mundo, hay que ser parte de él, hay que sentirlo, hay que emocionarse, hay que construirlo y deconstruirlo en consonancia con nosotros mismos.
Ladislau Dowbor «O mosaico partido. A economia além das equações» Editora Vozes
Lo cierto es que la economía, en lo que podemos llamar el modelo dominante, es fría, abstracta y alejada de lo real. Por eso, se dice y muy bien dicho, que un economista es aquél que dice a posteriori bien lo que ocurrió, pero no le pregunten anticipadamente …. porque le pasa como a los hombres/mujeres del tiempo, nunca aciertan.