En Madrid no llueve. Bueno, no es que no llueva, es que no llueve mucho, ni siquiera cuando llueve lo hace con fuerza. Casi siempre que llueve en Madrid es porque el viento viene del sudoeste o del sur, son lluvias relativamente cálidas que normalmente suavizan las temperaturas. Los vientos del oeste o del noroeste llegan poco a Madrid, tienen que ser muy fuertes las borrascas. Borrascas que llegan a las islas británicas, al continente europeo, al noroeste y norte de la peninsula, pero ….. esas borrascas «mueren» casi siempre antes de Madrid o «pasan por encima» …….. Madrid, ya lo he dicho, está muy protegido del oeste al norte, por lo que las borrascas pegan en esa cadena montañosa y o bien se quedan, o bien «se desvían» hacia arriba … y les caen las lluvias a sitios más al este de Madrid o más al sur, pero «dan un salto».

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Hoy llueve, por eso se me ocurrió escribir. Estos días también, pero poco. Hasta los andaluces están anegados; también los gallegos y los del norte y estos hasta han sufrido ya nevadas impresionantes … aquí ha nevado a mediodía … y poquito y ya.

Pero resulta que en Madrid cuando «caen dos gotas» …. parece que es una catástrofe y salen una y mil veces los bomberos llamados por los vecinos. Sólo hay algunos lugares específicamente peligrosos por haber hecho casas en «rieras» castellanas … a veces llamadas cañadas, pero aún así «nos inundamos poco». Y cuando caen las dos gotas, se forman atascos impresionantes …. la gente está tan poco acostumbrada a la lluvia que extrema las precauciones hasta límites desesperantes e insospechados. Ni idea de lo que es estar mojada la carretera o la calle, y de ahí, un miedo insuperable a la lluvia. Pienso que en Galicia o en el Norte, un diluvio universal no les hubiera afectado, pero en Madrid una pequeña tromba de agua …. «nos pone de los nervios».

Cuando llueve en Madrid, llueve en España, al menos eso es lo que se desprende de los locutores del tiempo. Cuando anuncian que va a llover, están pensando en Madrid, no en el resto. Me resulta muy curioso, estos pronosticadores ….. ya le he oído a más de uno o una decir: «que ha empezado a nevar» cuando en la mitad norte de la peninsula estaban bajo medio metro de nieve. Por eso, también anuncian la lluvia cuando llueve en Madrid. Cuando lo cuentan de otros sitios, aún cuando se inunden y sea catastrófico, es una noticia …. lejana.

En Madrid llueve sobre todo en primavera, pero hacia la parte media, es decir, en mayo. Suele ser muy torturante para los que les gustan los toros que las corridas de San Isidro estén pasadas por agua, y en ese caso más abundante, porque son lluvias muy tormentosas, propias de haber subido demasiado la temperatura de pronto y evaporar localmente nubes tormentosas -de desarrollo vertical, que dicen los del tiempo y yo copio-. También siempre me fastidia la llamada feria del libro. Es más, prácticamente ya no voy ningún día, porque creo que hay una confabulación del cielo contra los libros …. al menos, en Madrid. Y sabiéndolo, podían programar la feria para otras fechas, pero nada, arre que arre siguen en las mismas fechas, y vuelve a tronar.

Los de Madrid no saben lo que es llover y por tanto, tienen miedo a la lluvia, y no disfrutan suficientemente de ella. Oir caer la lluvia es un gusto, un gran placer …. sobre todo, si uno está tranquilamente en su casita …. y ya no digamos si tiene el lujo de un fuego ….. o una mantita … si puede ser compartida. También es cierto que en sitios que llueve, llueve demasiado, y tampoco puede uno disfrutar de algo que es tan abundante. Las cosas mejor en cantidades adecuadas y para disfrutarlas, pero no demasiado abundantes. La abundancia siempre estropea todo, aunque hay muchos que no piensan así y siguen intentando ganar dinero a la lotería.

Los de Madrid no saben realmente lo que es un paraguas, y por eso, se ven unos paraguas tan feos …. tan urgentes, tan mínimos. No se complacen con el paraguas y por supuesto, nadie pone a la venta una gabardina o una trinchera, de esas que da gusto comprar en Londres o en Dublín. Las tiendas no venden gabardinas … y cuando las venden, son más abrigos …. porque aquí el problema es abrigarse y que ninguna superficie de la piel quede al descubierto. En el Norte nos protegemos de la lluvia, con paraguas o con gabardinas …. aquí los paraguas son muy ridículos y no hay gabardinas.

Si alguien entra en mi casa, ve enseguida un paragüero con al menos cuatro paraguas, todos ellos grandes, que puedan cobijar a dos o más personas. Me encantan los paraguas grandes, pero en Madrid casi nunca los uso, por lo que comprendo a los madrileños cuando tienen un paraguas de esos chiquitos que se pliegan … para llevarlo en el bolso. Lo cierto es que mis cuatro o tal vez, cinco paraguas -me encantan los paraguas- no me sirven de mucho, porque cuando llueve, es tan poco, que al final casi ni lo abres.

La lluvia tampoco se nota mucho en los «rios» o en los arroyos. Hay uno que corre paralelo a una calle que llega a mi casa, que nunca lo he visto con agua todavía. Creo que se llama el Arroyo de Pozuelo, o algo así. El «rio» (sic) Manzanares está embalsado, y previamente a su embalse, al menos cuando pasa por el viejo Parque Sindical …. es pequeño, y tan oscuro que parece el sitio adecuado para que las ratas lo pasen a lo grande. Del Jarama, ya ni hablo. Total, que la lluvia no es, no molesta, no influye, y no favorece el comercio y venta de paraguas y gabardinas … ahora sí, molesta mucho y ensucia los coches, por lo que al final hay que lavarlos en alguna gasolinera.

Y no se me ocurre más.

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3 comentarios en «Madrid y la lluvia»

  1. Como chove miudiño (Poema de Rosalía de Castro)

    Como chove miudiño,
    como miudiño chove;
    como chove miudiño
    pola banda de Laíño,
    pola banda de Lestrove.

    Misteriosa regadeira
    fino orballo no chan pousa
    con feitiña curvadeira,
    remollando na ribeira
    frol por frol, chousa por chousa.

    Semellando leve gasa
    que sotil o vento move,
    en frotantes ondas pasa
    refrescando canto abrasa,
    o que o sol ardente crobe.

    ¡Que inchadiña branca vela
    antre os millos corre soa,
    misteriosa pura estrela!
    Dille o vento en torno dela:
    «Palomiña, ¡voa!, ¡voa!»

    Como chove miudiño,
    como miudiño chove;
    como chove miudiño
    pola banda de Laíño,
    pola banda de Lestrove.

    ¡Como chove miudiño
    polas veigas de Campaña!
    ¡Cal se enxugan de camiño
    os herbales de Laíño!
    ¡Como a Ponte en sol se baña!

    Os que son nela nacidos,
    os que son dela mimados,
    lonxe dela están doridos
    porque van de amor feridos
    por quen fono amamantados.

    Polos fillos a nai tira,
    xorda, triste, plañideira,
    xeme, chora, e mais sospira,
    e non para, hastra que os mira
    ben chegar por derradeira.

    ¡Probe nai, canto te quero!
    ¡Nai tamén, ¡ai!, da nai miña!
    O teu chan de amor prefiero,
    a canto hai grande ou severo
    en toda a terra xuntiña.

    ¿Como non si ora estou vendo,
    nun paisax de prata e rosas,
    canto a vida foi querendo,
    cos meus ollos remexendo
    memoriñas cariñosas?
    Como chove miudiño,
    como miudiño chove;
    como chove miudiño
    pola banda de Laíño,
    pola banda de Lestrove.

    ¡Como chove miudiño
    polas veigas de Campaña!
    ¡Cal se enxugan de camiño
    os herbales de Laíño!
    ¡Como a Ponte en sol se baña!

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