Dicen que Madrid es una ciudad que nunca duerme, no puedo comparar, pero siempre que he ido por ese mundo, me he encontrado con ciudades «que nunca duermen», como El Cairo, o Londres, o París o …..
Es cierto que algunas parecen más dormidas, pero hoy en día dados los porcentajes de turistas que hay, sobre todo en fines de semana, en las grandes ciudades, la mayoría «no duermen». Madrid tiene tradición de «tomar los churros» a primera hora de la mañana, tradición que parece venir del fin de año, y que se ha llevado a derroteros fuera de la tradición, es decir, casi siempre. Hay una especie de obsesión con «tomarse los churros», es decir, con no volver a casa antes del amanecer.
Madrid empieza la noche -¿cuando?, es difícil marcar una hora- hacia las dos de la madrugada. Es una locura porque los que queremos ir antes ….. hemos observado muchas veces que no es lo mismo, porque «no hay nadie» hasta las dos de la madrugada …. aunque se puede esperar y perder el tiempo en chiringuitos diversos hasta esa hora, si es que uno no espera en su casita …. y no quiere gastar más de lo que ya se gasta. Puedes irte a cenar …. normalmente a partir de las diez y media, pero también más tarde ….. a mí me han propuesto ir a cenar a la una de la madrugada a un sitio chic. También puede uno calentarse yéndose de tapas y haciendo mucha silla …. esperando por la hora definitiva. O si le gusta el jazz puede irse a un espectáculo a partir de las diez o diez y media -cosa excepcional, supongo que porque el jazz en directo suele hacerse por personas que se han acomodado a los horarios norteamericanos-. También se puede ir a escuchar un concierto, de ocho o diez hasta las diez o doce, como un formato intermedio. Igualmente, puedes irte al teatro o a un musical, que yo no considero teatro ….. e igualmente puedes ir entre las nueve y media y las once para salir algo menos de dos horas más tarde …. eso te pone en la calle, y pasarás todavía una o dos horas tomando algo por ahí, en algún sitio, hasta poder ir al baile en cualquiera de sus formas …. -muchas veces «el baile» no lo es tal, sólo es un pub o un chiringo que sirven copas y que ahí uno se encuentra con la tribu o con los amigos, como uds. quieran decir-. Lo cierto es que en todos los pasos, y por muy poco consumidor que uno pueda ser, hay que desembolsar una pasta para hacer la noche de Madrid.
La noche de Madrid es, como casi todas, cara, a no ser que hayas seleccionado tan bien que encuentres o vayas a «chollos» o te inviten, cosa que ocurre algunas veces.
En las zonas de copas parece que no se duerme. Bueno, tengo que reconocer que yo no recuerdo haber estado hasta más tarde de las tres, tres y media en alguna de esas zonas …. -y llegar a mi casa destrozado-, por lo que no sé que ocurre más adelante. Creo que después de los bailes vienen unos after hours que son igualmente sitios de copas y baile, tal vez con algo más de anfetas …. ni idea ….. no me gusta hablar de lo que no he vivido.
A las dos de la madrugada hay muchas calles en Madrid que se atascan, es decir, que hay tal aglomeración de coches que resulta difícil circular o se circula a paso de tortuga. Es sorprendente que entre la una y media y las dos y media de jueves a sábado ocurra eso. En el fondo es un espectáculo, y cuando me ha tocado vivirlo, porque yo ya volvía para mi casa, siempre me ha sorprendido. Y pensaba: «han salido ahora de casa, ahora, qué habrán hecho hasta ahora, habrán dormido, habrán visto la tele, que han hecho …..». Por falta directa de experiencia, me resulta difícil comprenderlo, porque yo si estoy en casa, y hago cualquier cosa, a las doce o así …. me quedo dormido, sobre todo, si veo algo en la tele …..pero también si estoy leyendo un libro ….. las doce o doce y media es mi hora límite, por eso me resulta difícil comprender cómo pueden esperar hasta esas horas y renacer en el momento de salir y poner cara de «ir a pasarlo bien». No lo he vivido, y siempre me sorprende.
Madrid tiene sueño por la mañana, y no me puede extrañar. La gente no gusta, en general, de levantarse. Tiene que hacerlo, pero no lo hace con ganas, con ilusión, y eso que los amaneceres en Madrid son muy bonitos y alegres, un sol impresionante que ayuda a levantarse y despejarse y sentir las ganas de vivir. Pero la gente, en general, no gusta de levantarse …. se «enlegaña», se amodorra, se le pegan las sábanas. Por la mañana, ir a la oficina en coche tiene sus riesgos, dado que mucha gente «va cabreada». Si vas en el transporte público, se ve a más de uno …. dormitando en su asiento o con una cara sin mirada fija y activa, sino perdida en el paisaje. No, Madrid no es una ciudad de madrugones, sino de tomarse los churros al amanecer e irse para la «piltra» y dormir a pierna suelta.
Por cierto, hemos copiado rápidamente una costumbre que no sé de donde vino -más que costumbre es una acción de marketing, comercial-, de pasar una noche blanca, es decir, en blanco, visitando sitios y museos que se abren a todo el público durante toda la noche o parte de ella. Ha tenido mucho éxito, pero en general, todo lo que se haga después de las dos de la madrugada, tiene éxito.
Comidas a las doce y media o una de la madrugada, copas a las dos, discos desde las dos, ……. Para hacer posible todo lo anterior, mucha afluencia de gente de fuera, sobre todo de provincias limítrofes o de toda España. El fin de semana, y ya desde el jueves, aunque mucho más el viernes y sábado, te encuentras a muchas personas de fuera, y que vienen a Madrid a ver lo último, un espectáculo musical, una comida, un sitio que les han recomendado, un paseo de día y una noche sin sueño o con poco. Y luego está la masa de estudiantes, que nunca duermen, o los «guiris» que tampoco, cuando se han acostumbrado a estos ritmos.
Total, que el fin de semana es un mundo de sueños, con mucho sueño, pero poco descanso. Unos amaneceres somnolientos y unos atardeceres inacabables, junto a unas noches que no tienen fin. Tengo que reconocer que no soy muy experto, pero había que hablar de algo que atrae al foráneo de manera especial, las noches de Madrid.
Todo esto tiene que ver con la innovación. Estoy seguro de que no es posible innovar a este ritmo, nos perdemos lo mejor de nuestra existencia productiva e innovadora, los primeros momentos del día, sobre todo, si somos privilegiados y nos levantamos junto con el amanecer solar. Esas horas son las más importantes, las más organizadas, más creativas, ….. pero siempre que hayamos dormido bien, que no nos hayamos cargado de copas y que hayamos dormido lo suficiente. Levantarse bien es algo que tiene que ver con como uno se acuesta. Por tanto, pobre innovación en una ciudad como Madrid.
Alguien podría decir: Madrid es un sueño. Sin embargo, sería más correcto afirmar: Madrid no quiere dormir ……