Madrid, como capital, y como ciudad llena de funcionarios y sede de la monarquía, es una ciudad de privilegios.

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La posición en la pajarera del poder es importante a la hora de los privilegios sociales y de todo tipo. El enchufe es un formato social admitido y casi diríamos verenado como manera de «aprovechar las oportunidades» y la gente, en general, se siente privilegiada, y dice: «Te vas a enterar quién soy yo» o «Ud. no sabe quién soy yo» o expresiones similares, que denotan un excesivo alto concepto de la posición que se ocupa en la pajarera y las consecuencias que podrían derivarse de actuar legalmente sobre esa persona. La influencia de la monarquía, y de la corte, con los excesos derivados del poder absoluto en sí mismo añade un grado al menos a la cuestión del privilegio social. No estar bien situado o no tener quién nos «avale» es muy costoso para las carreras de los que se encuentran en tan poca privilegiada situación.

La cuestión de los privilegios está intimamente relacionada con la poca igualdad de oportunidades y con el pensamiento de que unos son más que otros. Para esto el poder, el de aquí y el de allá, han inventado palabras propias que favorecen o intentan justificar los privilegios hasta «científicamente», como es la extendida categoría de «talento». Ya he comentado en otras ocasiones que talento sólo se le atribuía a las actrices de Hollywood que tenían «muchos talentos», pero desde hace unos años, la clase ascendente, la nueva burguesía, los descendientes y parientes de los situados, se han sentido cómodos con la «gestión del talento», ya que podían tener así una buena justificación para sus privilegios ya obtenidos o por alcanzar. A falta de unas buenas tetas, como era en el caso de Hollywood, ahora son unos buenos padrinos, como sería en Nápoles o en Sicilia -que hay muchas más Nápoles y Sicilias en España de las que nos podemos imaginar-. Las familias normalmente se aglutinan en grupos de adscripción que en buena medida favorecen a sus integrantes, en distinta medida, pero siempre en la del grupo de poder que representan. No pertenecer a ninguno de estos grupos puede ser muy discriminatorio para los que son más independientes. La independencia tiene un gran costo, y no es fácil ser recibido, ser considerado o ser apoyado si no estás donde «debes estar». De esta forma, todo el mundo suele pensar en ser parte de esos grupos de poder que dan acceso a ventajas sociales y personales. Ser del Opus, por ejemplo, es un privilegio mayor, sobre todo si te mueves en las direcciones de empresas; ser de un gran partido político, sin duda es un buen respaldo para una buena carrera; ser de la clase aristocrática también te da acceso a muchos sitios; ser ……… Hay muchas pertenencias que hacen más fácil los accesos y los caminos hacia el privilegio. Y a muchas de esas les llamamos talento, cuando tendríamos que denunciarlas por discriminatorias. Pero si la monarquía tiene un papel tan importante en una ciudad-capital como Madrid, y está llena de situaciones privilegiadas en su misma conformación, ¿cómo no va a generar a su alrededor una imitación suprema y sublima de comportamientos? Imitar la monarquía siempre es una opción. La monarquía es inmune, la monarquía no rinde cuentas de lo que gasta, la monarquía no rinde cuentas de lo que invierte, de la monarquía no sabemos, a pesar de pagarla, hasta donde le ha llevado su situación de privilegio, aunque intuimos que bastante lejos, ……… Pero no podemos escandalizarnos porque la monarquía representa en su mayor nivel de privilegio, lo que es éste en Madrid y por tanto, indirectamente en el reino, o lo que es lo mismo, una monarquía con privilegios exagerados sólo puede nacer en una cultura de privilegios, y esa cultura ser la base no sólo de monarquías privilegiadas, sino de otras muchas opciones de privilegio que juegan en el mismo campo y hasta compiten o se refuerzan entre sí.

Otro ejemplo, es el futbol, generador a su vez de privilegios, de discriminaciones y de especulación. Y cuando digo especulación quiero decir algo que no tiene un fundamento en el esfuerzo, sino en la oportunidad y la información privilegiada, en el trabajo de pasillos para conseguir lo que se quiere. El futbol en Madrid genera privilegios y fomenta privilegios y discriminaciones en todos los ámbitos, bien sea directa o indirectamente. El poder «maneja» eficientemente el futbol y lo utiliza para conseguir lo que busca de manera oportunista.

Y la cultura dominante, con las múltiples justificaciones que sucesivamente se van reforzando entre sí, favorece la búsqueda del privilegio en sus diversas formas, y además, enfada al que lo busca cuando encuentra alguna dificultad no prevista. Esto impregna todos los órdenes de la vida. Por poner otro ejemplo, hay estudiantes que llegan con el curso ya más que mediado, exigiendo participar, con supuestos derechos adquiridos, en el curso en igualdad de condiciones con aquellos que vienen trabajando desde el principio del curso, y no sólo eso, sino que normalmente son los que provocan más problemas si es que tienes la debilidad de aceptarlos en esas condiciones lamentables. No sólo se creen en el derecho de llegar pasado el ecuador del curso o casi a final de curso, sino que les sienta fatal que se les diga que es discriminatorio, y mucho más que cuando les pones unas condiciones equivalentes a sus compañeros, protesten porque les parece mucho, o hasta denuncien esas actuaciones porque piensan que se les discrimina, cuando los auténticos discriminadores son ellos mismos, sin lugar a dudas.

El mundo del automóvil es también muy discriminatorio, en lugares de aparcamiento, en dobles filas permitidas, hasta en velocidades aceptadas para unos y no para otros, en fin ….. otra manifestación de privilegios.

Por cierto, resulta curioso el comportamiento de los conductores en Madrid obstaculizando a otros para no ser rebasados, ocupando el carril izquierdo. De ahí se deriva que en Madrid se llega antes si se conduce por los carriles de la derecha que si se va por el de la izquierda. Los que van a la izquierda, muchos de ellos, parece que quieren impedir que se les rebase, y parece que ir a la derecha no le gusta a nadie, aún cuando los madrileños, como ciudad y como provincia, sean mayoritariamente de derechas. Paradojas.

Un privilegio que se suma a todos estos y a muchos más de los que no tengo tiempo de hablar, es el de las autopistas. Sólo es preciso pagar en 60 kilometros de peaje en la radial A-6 que va hacia Galicia y eso se justifica por el túnel de Guadarrama -hoy túneles- que en su momento fue una obra extraordinaria, aunque hoy ya no lo sea. El resto de radiales nacionales son gratuitas ….. Sin embargo, las autopistas de la periferia son casi todas de peaje. Sólo hay que pensar en Catalunya, cuyo acceso ya desde Zaragoza es peaje, y luego dentro de la Comunidad tienen un alto porcentaje de peajes o en la del Norte entre Francia y ahora Asturias, también o en la que comunica Coruña con Vigo, pasando por Santiago, y así …. hasta no sé donde. Es cierto que la Esperanza ha fomentado la creación de autopistas paralelas de peaje para los privilegiados que pueden pagando sortear los atascos de las nacionales, pero de esto hace bien poco. Y realmente sólo pagan los mejor situados. Resulta sorprendente el privilegio que supone la red de carreteras del Estado para Madrid desde ese punto de vista. Claro que eso siempre se puede ver como una ventaja también para las Comunidades que acceden a Madrid y no pagan, pero lo cierto es que de esa forma, ir a Madrid no es lo mismo que ir a Barcelona, por ejemplo. Si vas a Madrid no tienes que contar con el pago del peaje; si vas a Barcelona, y eso se supone que retraerá algo la atracción de Barcelona, si tienes que contar con él … y en unas cantidades importantes, casi la mitad del coste de la gasolina. Privilegios reales.

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10 comentarios en «Madrid y los privilegios»

  1. privilegio.
    (Del lat. privilegĭum).
    1. m. Exención de una obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por determinada circunstancia propia.
    2. m. Documento en que consta la concesión de un privilegio.
    ~ convencional.
    1. m. privilegio que se da o concede mediante un pacto o convenio con el privilegiado.
    ~ de introducción.
    1. m. Derecho de goce exclusivo durante plazo fijo de un procedimiento industrial o de una fabricación que se implanta de nuevo en un país.
    ~ de invención.
    1. m. Derecho de aprovechar exclusivamente, por tiempo determinado, una producción o un procedimiento industrial hasta entonces no conocidos o no usados.
    ~ del canon.
    1. m. privilegio que gozaban las personas del estado clerical y religioso, de que quien injuriase o pegase a alguna de ellas incurría inmediatamente en penas canónicas.
    ~ del fuero.
    1. m. privilegio que tenían los eclesiásticos para ser juzgados por sus tribunales.
    ~ favorable.
    1. m. privilegio que favorece al privilegiado y no perjudica a nadie, como el de comer carne o lacticinios en Cuaresma.
    ~ gracioso.
    1. m. privilegio que se da o concede sin atención a los méritos del privilegiado, sino solo por gracia, beneficencia o parcialidad del superior.
    ~ local.
    1. m. privilegio que se concede a un lugar determinado, fuera de cuyos límites no se extiende.
    ~ odioso.
    1. m. privilegio que perjudica a tercero.
    ~ personal.
    1. m. privilegio que se concede a una persona y no pasa a los sucesores.
    ~ real.
    1. m. privilegio que está unido a la posesión de una cosa o al ejercicio de un cargo.
    ~ remuneratorio.
    1. m. privilegio que se concede en premio de una acción meritoria.
    ~ rodado.
    1. m. privilegio que se expedía con el signo rodado.

  2. Como se puede ver … cuando miramos en el diccionario de la Real Academia de la Lengua nunca, y repito, nunca, encontraremos tantas acepciones y pormenorizaciones, que con la palabra privilegio ….. por algo será, ¿no creeis?

  3. Hay que reconocer, sin embargo lo dicho, que son pocas las personas realmente privilegiadas en Madrid, aunque son una buena cantidad, y sobre eso, no se suelen hacer estadísticas. Como ciudad grande, hay muchas personas nada privilegiadas … y hasta con la pesadumbre de vivir en una ciudad tan inhóspita para el indigente o marginal.

  4. Y hasta he sentido más de una vez también los privilegios dentro de la universidad. Esta universidad, aunque pueda parecer lo contrario, es profundamente elitista, privilegiadora y conservadora. Elitista porque la mayoría de sus profesores y aún alumnos proceden de clases acomodadas o medias acomodadas; privilegiadora porque es un sistema jerárquizado radical donde «llevar la cartera» es una obligación para los que aspiran a que alguna vez «les lleven la cartera» y conservadora, porque funciona fuertemente el «el que fue a Sevilla, perdió su silla» y hay que conservar como sea el puesto ….. y todo en ella de tan conservador se hace «provinciano», es decir, «vencido de antemano».

  5. Los privilegios están implícitos en los grupos cerrados y ya formados, donde acceder a ellos es a cambio de libertad de acción y de pensamiento, y de dependencia real en todas sus formas. No me excedería si dijera subordinación. Por supuesto, la subordinación «sirve» para ubicarse adecuadamente en la espera de un hueco donde situarse. Los grupos son muy personalistas y/o muy ideológicos, porque muchas veces son personalistas e ideológicos, y aunque hay excepciones, y todos los que lean esto, verán en su propio ejemplo una excepción, poca gente está exenta de todo este entramado de poder …. un poder de pocos grados, pero un poder a fín de cuentas. De todas formas, es un poder que depende muy mucho de las instancias de poder,y por tanto, de su arbitrariedad, con lo que cada cabecilla o grupo de cabecillas estará más solicitado en la medida en que esté más cerca del poder siguiente o establecido.

  6. Y, en un país como el nuestro, donde el conocimiento tiene tan poca presencia en la sociedad y en la cultura, cada cabecilla ha de ceder lo que sea para hacer posible que su grupo crezca, con el beneplácito y la aquiescencia -que no la ciencia- de los que están más arriba en la escala social. Normalmente, las relaciones con el poder político, sobre todo, con ministerios o secretarías, es central para conseguir mantener la pauta de poder y la posición en la pajarera. Conseguir proyectos-privilegios para sus huestes es decisivo para conservar un equipo amplio y hasta motivado.

  7. Quién no es suficientemente ambicioso o no está suficientemente posicionado, va dejando el campo libre para otros líderes que luchan encarnizadamente por las «tajadas» del poder posible. De ese modo, y según se va recorriendo la llamada «carrera universitaria», hay muchos que se quedan en las cunetas antes de tiempo, y algunos que siguen intentándolo, pero ya están fuera de juego. Es tal vez una de las competencias más desleales que se puede observar, y lo es más porque no es anónima, sino que muchos nombres son conocidos e inmediatamente se difunden tácita o explícitamente por los pasillos y cenobios universitarios. Los más avisados, igual que ocurre en otras muchas profesiones, son los que aprovechan mejor su posicionamiento, por lo que la información no-profesional es muy importante, mucho más que la profesional. A quién le gusta su trabajo, sea docente o investigador o ambos … tiene pocas posibilidades de estar en «el tarro de miel».

  8. Todo esto no es sólo característico de Madrid, sino que se ha ido extendiendo de norte a sur y de este a oeste por todo el país ….. y como decía Lucas Mallada, la moralidad y, añado yo, el oportunismo, están al orden del día. Para eso hoy hemos creado más de una universidad por provincia, y una autonomía por cada tres provincias. Menudo banquete que se está dando todo el oportunismo.

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