Mi barrio se está civilizando ….. hace unos días me dí cuenta de que unos chinos habían abierto un puesto de fruta y verduras …..no sé si las traerán directamente …. del productor al consumidor … pero también parece que pueden abastecer las litronas locales. Me compré unas mandarinas ….. y dudé si habrían crecido aquí o vendrían desde los campos regados de los valles chinos. Lo cierto es que estaban algo secas …… pero también puede ser el transporte o el clima que no les gusta.

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Estaba yo preocupado porque sólo teníamos el opencort y poco más, aparte de los bares consiguientes ….. y ya clamaba por los monopolios nacionales que nos imponen mercancias, calidades y precios …. ahora los únicos competidores son los chinos, y creo que una carnicería, pero que está relativamente lejos del «centro de comercio».

En los barrios nuevos ya no saben de lo que es el pequeño comercio, sobre todo, en los barrios de las periferias, excepto si estos se han construido sobre poblaciones más viejas y ahora ocupadas o transformadas en barrios residenciales. El hecho de que se abra un comercio de frutas, verduras, chuches y bebidas es no sólo un acontecimiento, sino una forma de abaratar nuestra cesta de la compra. Porque en estos barrios, sin tradición comercial, los pequeños comercios difícilmente se instalan, ha desaparecido su posibilidad real de inversión. Los supermercados y los opencor -nunca sé si se escribe con t o sin t al final- ocupan todo el espacio de la oferta y tienes que pasar, quieras o no, por ellos, para las cuestiones cotidianas o aquellas que uno se ha olvidado. Todo se vende ahí, pero mucho más caro. Por ejemplo, una baguette que ayer en Carrefour la vendían a 0,39 cuesta aquí 0,95 -¿será que se han equivocado y querían decir 0,59?-, unas patatas cuestan un 40-50% más caras …. bueno, todo es más caro, menos el periódico y no sé si habrá algo más. Es una forma de presionar sobre nuestra capacidad adquisitiva y romper nuevos malos equilibrios económicos familiares.

Por tanto, me alegro de que unos chinos se hayan atrevido con los Cortes Ingleses en su versión barrio residencial y compitan … sin necesidad de tener que pillar el coche e irse a 10 kilómetros de distancia.

Recuerdo ahora que mi barrio en mi ciudad de nacimiento también era de los nuevos, pero estaba lleno de ofertas diferentes y muy cercanas todas ….. recuerdo sólo que en la calle Mariscal Pardo de Cela, al lado mismo de la casa donde vivía …. había tres «ultramarinos» …. donde había de todo, una farmacia, un puesto muy afamado, por cierto, de pipas y otros chuches, una barbería -antes se llamaban barberías …. ahora la barba se corta en casa-, dos solares sin edificar, que mientras yo viví allí no se edificaron, casi ningún coche, una tienda de perfumería, una frutería …… en fin, de todo, «como en botica», como se solía decir. Un poquito más abajo, al cruzarse con la calle del trolebús, también había un puesto de periódicos y en Monforte una panadería ……. Sólo teníamos que andar cinco minutos para llegar a la Plaza de Santa Lucía …. donde no sólo había puestos de todos los tipos, carnes, pescados, verduras, etc., sino que llegaba una oferta de productores en directo, que mostraban en grandes cestas de mimbre sus mercancías …… De todas formas, es indudable que ahí se forjaron las condiciones para los monopolios actuales …. o ¿tal vez ninguno de los oferentes de aquella época ha sobrevivido a la competencia de las grandes superficies? Creo que sólo los chinos mantienen el pulso ….. y hasta con cierta ventaja …. será que nos llevan cuatro mil años de civilización ….. los años enseñan mucho.

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4 comentarios en «Chinos»

  1. Ah, voy recordando y también había una peluquería de señoras …. un poco más abajo, hacia la fábrica de cerillas, y una escuela que llevaba doña Merceditas, donde yo aprendí a leer.

    Si ahora repaso ese tramo de la calle, seguro que no tiene más de cien metros o poco más de larga …. y me resulta sorprendente que hubiera tantas cosas …..

  2. Debajo de mi casa -yo vivía en un cuarto piso- había una mercería, con ropitas de niño y alguna de señora ….. es decir no sólo había cenefas y bordados y bragas, sino más cosas …. y en la esquina, un bar casi multinacional, porque se entraba en la intersección de Vizcaya con la Sexta del Ensanche, que me reconoceréis tenía nombre de calle neoyorquina o barcelonesa. Enfrente mismo, había otro «ultramarinos», muy visitado por cierto …. y así ….. ¿qué hemos hecho con nuestro pequeño comercio? Nos lo hemos cargado … y punto. Ya sólo queda espacio para las franquicias -donde es imprescindible disponer de buenos dineritos para invertir, estar bien ubicado y depender de cualquier monopolio multinacional o nacional- o para los chinos.

  3. Me asombran los chinos, su paciencia, su cultura comercial, su esfuerzo ….. que siempre es sorprendente, su apoyo mutuo ….. son un pueblo interesantísimo. No sé porqué los americanos se han empeñado en hablarnos de «el peligro amarillo».

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