La tarea, la tarea conjunta, la tarea compartida, grupal, es un fundamento de desarrollo de la identidad, del yo, de mis competencias y las de los otros con los que la hago, del grupo -”cuando se ha trabajado durante un tiempo sobre un tema, tienes muchas cosas que decir”-. Muchos, antes de la tarea grupal, tienen “miedo a decir”, no tienen seguridad en decir lo que piensan. El saber compartido permite contrastar lo que se sabe y así es más fácil avanzar y como dice el autor, ahora “tienes muchas cosas que decir” -y añado yo- que antes no se atrevía. Con ello irrumpe un espacio virtual que acentúa la calidad de la intercomunicación y favorece el desarrollo individual.
La tarea es la gran estrategia para el cambio. A mis alumnos no les explico mucho sobre lo que tienen que hacer, sino que los pongo a trabajar. Casi inmediatamente encuentran caminos, se ven a sí mismos trabajando, y encuentran oportuna la acción, la reflexión y su tarea. La tarea es decisiva, lo cual es parecido a decir, el esfuerzo, el trabajo. Si no nos vale, no la haremos, o la haremos con desgana, pero si sabemos centrarla, si tiene sentido hacerla, disfrutaremos, y reduciremos muchísimo los ruidos individuales y grupales, y además, nos sentiremos motivados y productivos. ¡Qué gran paradoja!
Sin tarea, sin proyecto, no hay grupo.
Tampoco es posible el holding …. a no ser que sea un grupo ideológico.
Dar sentido a lo que se hace, tener sentido para uno mismo, verle el sentido, eso es lo que se trata.
Y lo más importante, según dedicamos nuestros esfuerzos en una dirección y con otros, compartiendo sus esfuerzos, nos vamos conociendo …. porque uno no se conoce por las chapas que lleve colgadas, sino por lo que vivimos trabajando juntos.
Cuando hay tarea, siempre hay algo nuevo que decir ……
La timidez se reduce con la tarea …. en la tarea nos hacemos conocidos y compañeros …. y nos salimos de nosotros mismos.