Desde que estudiaba en la facultad, me sorprendia la catalogacion de discentes o sin ciencia para referirse a los estudiantes, como oposicion a docentes, para los profesores.

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Estos dias estoy recibiendo y leyendo los primeros aportes de mis estudiantes de este año, que publican en un blog y que rezuman profundidad, conocimiento y hasta poesia. Si no «les tentamos» con autonomia, con libertad y con un cierto estimulo por imitacion, tal vez todo eso tan bueno que son capaces de hacer, quedaria en el tintero o en su cabeza, pero pocas veces se plasmaria en escritos como el que sigue. Solo lo pongo como un ejemplo, que podria ser cualquier otro de los que he recibido en esta ultima semana, solo un ejemplo, aunque tal vez otro dia reproduzca otro, porque es dificil no reproducir aquello que se esconde con sistemas de aprendizaje que solo permiten la reproduccion de lo que se «tiene» (sic) que aprender, cosas en su mayor parte aburridas y que no inspiran a nadie, y siguen haciendo de nuestros alumnos unos «discentes».

Ahi va lo que escribe Aitor C. en su blog, se titula «Primera semana»:

Primera semana… primer paso.
O primera piedra.
Son muchas las formas de las que podemos llamar al proceso de construcción: a ese momento cero del que conoces una pronta formación en horas, días y meses. Porque lo marca una matrícula, unos papeles y un horario. Porque tu mismo lo rellenaste paso a paso esperando completar unos números marcados a principio de año. Números, créditos, notas. Completar un ciclo, un curso, una asignatura.
Y de repente son las seis y media de la tarde, el día se agolpa encima de la espalda. No tan largo como el sol sino pesado en la constancia y el repiquetear de las horas de un reloj (de marca o no, qué mas dará cuando señalen lo mismo).
Sistema económico mundial. Si bien en un inicio mi cabeza guarda dos términos con retención precisa «Economía-Mundial» esperando encontrar esa lucha de bloques, de situaciones de poder. De por qué estamos aquí y ahora, de esta forma, no tengo que negar mi rechazo a las palabras técnicas económicas las cuáles muchas de ellas, hoy en día, sigo sin ubicar en un significado concreto. Claro que percibo que muchos de los que las usan tampoco.

Y sí, me encuentro en una clase fundamentada en el trabajo codo a codo. El programa no se encuadraba en un temario. No existían temas, ni bibliografía. No había apartados ni secciones a las fases teóricas de la asignatura sino días de trabajo. Dejo de ojear, veo conceptos como:

· Proyecto
· Grupos
· Necesidades
· Actualidad
· Reuniones
· Presentación
Observo entonces un apunte fundamental: agilidad y trabajo en grupo. Apoyarse en los compañeros para formar el mismo programa. Aprender individualmente algo que de forma posterior debemos afrontar en el contacto humano. No hay temas, porque no todos serán impartidos. No hay secciones, porque cada una será un todo: la clase.
Nosotros mismos debemos apreciar nuestra información y saber utilizar (y saber recibir, prácticamente más importante y poco acostumbrada en la razón humana) la del compañero de al lado. Lo suyo será mi único camino a la comprensión final. Porque si bien no olvidamos el aspecto estadístico y numérico de la educación, no deja de ser esta una nueva forma (y quién sabe si más fácil) de aprendizaje. De acercamiento al programa no por su conocimiento teórico exacto sino por formar parte de una labor empírica.

«Enseñar aprendiendo» – «Aprender enseñando»: El esfuerzo individual con el esfuerzo colectivo. La confianza, el respeto y nuevas formas de apreciar el material didáctico.
De manera un tanto disipada me doy cuenta como se agolpan en mí las sensación de la buena y la mala educación. Cómo los momentos de inmiscuirse en la materia no forman sino un recuerdo en la memoria por formar parte de un proceso vivido. Discutirla, percibirla, verla. Sin embargo la mera propagación teórica forma una base que seguramente con el tiempo se termine perdiendo.
Quién sabe si son esos números, engañosos, los que nos animan finalmente a pasar el trámite en muchas ocasiones desnaturalizando la verdadera esencia del por qué del yo en este lugar.

Caigo del árbol, miro alrededor (he walks on home tired from work, the letter falls from his hand, he reaches out only to catch the sky, Its gone with the wind). Siempre hay aspectos que mejorar. Es muy difícil encontrar la verdadera plenitud de un trabajo gratificante cuando cuantificas tus objetivos en euros, en horarios, clases y créditos. Se agolpan los objetivos, se llenan tus horas. Y quizá el desempeño que pretendes se vea coartado por la coexistencia de clases en el mismo radio de acción. Mismos objetivos en bastantes partidos. No poder concretar resta concentración, pero se acepta como una parte del juego.

Y nosotros intentaremos partir con esas reglas. Desde la primera semana… y desde el primer paso.
Publicado por Aitor C.

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2 comentarios en «¿Discentes?»

  1. Lo cierto es que todo esto no es una sorpresa, sino parte de mi horizonte de aprendizaje ……. pero siempre es sorpresa verlo otra vez …. reflejarlo. Parece que la cultura esta tan inserta en nosotros, que necesitamos ver nuevamente para seguir sabiendo.

  2. Llego a la facultad y el parking esta a menos de la mitad …… no hay casi nadie por los pasillos …. salvo parece algun despistado…. llego a mi despacho y pienso en un plan B para mi clase …. si es que no viene casi nadie …. Al final llegan aproximadamente el 70% …. muchos para ser un dia como hoy … yo creo que les empieza a gustar …

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