¿Por qué no empezamos cuando hay que empezar?
¿Por qué nos vamos cuando sería conveniente estar?
¿Por qué aceptamos tan mal las cosas nuevas?
¿Por qué nadie sale voluntario cuando se sugiere?
¿Por qué somos tan desconfiados?
…………………
Todo eso afecta a nuestra capacidad de innovar …… no saber o no encontrar nunca el momento de empezar, es como no saber cuando hay que decidir …o lo que es lo mismo, dilatar una y otra vez la decisión de empezar…… irse cuando hay que estar …. es una evitación por huída del compromiso …..aceptar mal lo nuevo es ser, en principio, conservador … y temeroso ….. no salir voluntario para nada ….. es evitar el compromiso y la responsabilidad y otras muchas cosas …. aparte del miedo y desconfianza que eso conlleva.
Mientras no sepamos confiar en los demás, no podremos avanzar; mientras no decidamos …. lo mismo; y asi.
Estas preguntas me las ha sugerido el comportamiento pasivo del alumnado, que es parecido al de otros años, es decir, son comportamientos insertos en nuestra cultura.
Y … es un gran problema, para quién quiere romper moldes, ofrecer cosas alternativas, diferentes ….. de hacer las cosas ….. no emociona, como tendría que emocionar, que se nos ofreciese algo diferente a lo que venimos haciendo, máxime cuando lo que normalmente hacemos, aunque nos hayamos acostumbrado a ello, sabemos de lo poco atractivo y eficiente que es.
Dice Epicuro: «Si aquello que produce los placeres de los corruptos les desligara de los miedos de su pensamiento respecto a los fenómenos celestes, la muerte y el dolor, e incluso les enseñara el límite de los deseos, nada tendríamos entonces que censurar a aquéllos, colmados por todas partes de placeres y carentes absolutamente de sufrimiento y pesar, aquello que es realmente el mal»
¡Cuantas oportunidades perdemos por nuestra forma de ser …. tan pasiva!