Un desfase generalizado ….. las aulas … El formato tradicional ha condicionado la forma de las aulas … con sus tarimas … sus bancos o meses fijas o casi fijas, sus espacios normalmente más amplios de lo ahora necesario. Me estoy refiriendo a la universidad.

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Antes de Bolonia, los que trabajábamos en grupo o con grupos no tenìamos ninguna opción, o nos instalábamos en un aula de esas o no dábamos clases.

Desde hace un tiempo, algo, pero poco, ha mejorado. Ahora con los grados de Bolonia la demanda de aulas más interactivas es muy superior a la oferta disponible, y los que venimos trabajando años con grupos, aún lo tenemos mas difícil, no porque hayan cambiado las formas de enseñanza, que no mucho, sino porque la demanda de aulas supuestamente «prácticas» y mas interactivas se ha convertido en masiva, por no decir mayoritaria.

En definitiva, este año tengo un aula de las tradicionales-tradicionales … en la que no sé como podré trabajar. También tengo otra, esta más guapa, con una capacidad para unas treinta personas … y que parece ser que mi grupo tiene unas 80 ó 90 …. habrá tortas para ocupar los sitios …. según me indican no hay muchas otras posibilidades …… Un reto curioso.

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8 comentarios en «Desfase»

  1. Tendré que hablar mucho y relativamente mal sobre la aplicación de Bolonia en esta universidad. Cuando no es una improvisación, es una distorsión, y cuando no es una desviación, es una carallada. Nunca me preocuparon, en un país como el nuestro, las leyes, sino los reglamentos … uno puede predecir los «reglamentos» y las acciones consiguientes a través de las orientaciones de las leyes, pero casi siempre te acaban sorprendiendo, porque los hechos son todavía peor de lo que esperabas … aún siendo realista o hasta algo pesimista en tus predicciones.

  2. Lo primero es como se han reelaborado los planes de estudio …. y sus perversiones. Solo me quiero parar en una de gran importancia para un estudio universitario: como hubo que reducir en un 20% las materias, se han desplazado a las materias que daban consistencia, complementariedad, sentido de conjunto y enriquecimiento a la materia principal. Con ello se «especializa» más al alumno, y se le hace perder -todavía más- perspectiva de conjunto, de lo que está estudiando.

  3. Y eso ha sido consecuencia de lo que más se vive en un mundo de poder, justamente el poder de cada uno en la negociación ….. los que tenían menos, que solían ser los más marginales dentro de esos estudios, han sufrido una ampliación de su marginación ….. con consecuencias a veces lamentables para las materias impartidas y su sentido global.

  4. Otra perversión ha sido convertir el tiempo disponible para el alumno y su importancia para dedicarlo a un estudio más autónomo, en unas materias mucho más comprimidas y que no dan tiempo alguno al alumno a prepararse «más por su cuenta», como estaba en las líneas básicas de Bolonia. Materias más comprimidas significa más atención y más asistencia y las mismas horas o más de clases, lo que redunda en que el alumno que tenía, supuestamente, que ser más libre, más autónomo, «estudiar más por su cuenta», aprender a partir de su propia búsqueda, ahora va a ser mucho más «atado» por el sistema.

  5. Pero no sólo eso, sino que en su aplicación se está confundiendo en muchos casos la aplicabilidad de la teoría aprendida, con la realización de ejercicios o clases complementarias «como de segundo nivel», llamadas prácticas, las cuales además han organizado de manera totalmente obligatoria para los profesores. Estos, tienen que adaptarse a dos horas de clases teóricas y una de clase práctica a la semana, y ya está, inflexibilidad total en la aplicación y además, amplia, por no decir total, desorientación respecto a los objetivos perseguidos en la mayoría de los casos.

  6. Por supuesto, se sigue confundiendo hacer un trabajo en grupo, con que los alumnos se aglutinen entre ellos y presenten un trabajo fragmentado en el que cada uno haga una parte del trabajo y no tenga ni idea de lo que han puesto los otros. Nadie se ha propuesto enseñar a los profesores a trabajar en grupo con sus alumnos.

  7. Es, como siempre, que cada cual se la monte como pueda. Con ello se produce una fuerte desorientación en el alumnado y hasta en los mismos profesores, porque no hablamos ni por aproximación el mismo lenguaje, o al menos, que fuera un poco parecido.

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