La felicidad, la tienes y se te escapa. Es escurridiza, es provisional, son instantes tal vez irrepetibles, aunque renovables. Pareciera que nos cansamos de ser felices cuando lo somos, y encontramos alguna rendija por donde sorprendernos a nosotros mismos, rescatando nuestro estado más natural de problemas, incertidumbre, dudas, …. Lo que era hace un momento, deja de serlo por una nimiez o por una exigencia.

Mi felicidad dura poco en cuestiones profesionales. Es cierto que disfruto razonablemente de las cosas bien hechas que vivo con los participantes en mis experiencias innovadoras. Pero también es cierto que sigo preocupado por pequeñas incidencias que se producen inevitablemente en el contexto de una situación compleja. Nunca eres feliz del todo, siempre algo falla por algún lado. Pero cuando noto más esa pérdida o esa sensación de pérdida es cuando los efectos inmediatos expresados de haber sido una buena experiencia, se van diluyendo, al tiempo que intento recuperar mentalmente lo que quedó de bueno. Poco a poco, todo se va diluyendo y la memoria nos juega malas pasadas, y sin descanso va perdiéndose y también los recuerdos, que quedan como algo que llega un momento en que no sabes bien si has vivido o si nunca ha ocurrido. Por otra parte, si algo ha ido bien, buscas pronto nuevas sensaciones, nuevos proyectos, y esos proyectos no siempre son comprendidos por aquellos a quienes los diriges, o tú mismo te inhibes parcialmente «temiendo perder» lo que has ganado, porque en el fondo, ahora, después de que las cosas hayan ido bien, temes perder lo que realmente ya has perdido, porque es inevitable que la memoria vaya fallando y lo que has vivido no vuelva a repetirse de la misma forma. Pero hay algo en tu cabeza que te dice algo así como refúgiate en lo que tienes, consérvalo, intenta recordarlo ……. y paso a paso, vas perdiendo lo poco que habías conseguido.

La felicidad son instantes, instantes irrepetibles.

Entradas relacionadas

5 comentarios en «Ser feliz»

  1. La felicidad es un idealismo más …. otra idea tal vez nacida o renacida en el romanticismo ….. una idea imposible, pero que podemos vivir …. aunque muchos de esos momentos no sabemos vivirlos o verlos cuando se producen … y quedan en …. lo que quedan.

  2. Tal vez la felicidad sentida nos llevaría a la abundancia, y la abundancia a querer quedarnos como estamos …. sin buscar o seguir buscando lo que pensamos que podemos conseguir y todavía no tenemos. Hay pueblos que se sienten felices, aún sin serlo tanto como ellos aprecian; y otros que son infelices aún viviendo bien y viéndose por otros con envidia de vivir así. Lo mismo con las personas ……

  3. La felicidad no sólo es parte de una forma de vivir idealista, sino que es también una búsqueda continua, que no se manifiesta más que en instantes. Si estuviéramos en un supuesto paraíso que buscamos, tal vez ni siquiera disfrutaríamos de nuestra felicidad total …. la búsqueda quedaría relegada, la investigación también, las necesidades igualmente, /qué haríamos? que podríamos hacer?

  4. Tal vez la idea de la felicidad derive de una tendencia al placer entendido como «no hacer nada», «que me quede como estoy» …. o hasta de «todo tiempo pasado fue mejor» …. No me gusta la idea de felicidad sino la de buscar instantes de felicidad … instantes que sólo son eso, instantes, momentos, circunstancias, la mayoría de las veces imprevistos, imprevisibles, indeterminados, que ocurren pero no porque se busquen, sino porque están ahí …. y tenemos que estar preparados para disfrutar de ellos y seguir, seguir buscando y caminando …. por ese camino que es un sentido en si mismo.

Responder a roberto carballo Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *