“El que por la mañana ha conseguido conocer la verdad, ya puede dormir por la tarde.”
“Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar al otro, eres un tramposo… y si no lo sabes, eres un tonto.”
“Quien pretenda una felicidad y sabiduría constantes deberá acomodarse a frecuentes cambios.”
¿Se imaginan a quién tienen por autor? Bueno, no es difícil. Pero podemos abrir un concurso, aunque mejor es que …….
Olvidemos el autor. Son ya parte del patrimonio de la humanidad.
Primero, empezar pronto, es cuando nuestra mente está mejor, cuando nuestro cuerpo está más descansado. ¿Por qué no hacer las cosas importantes a primera hora? Y dejar las menos importantes para después …. cuando ya no somos “lo mejor de nosotros mismos”.
Segundo, para qué jugar ….. no tiene sentido. Hace años que no juego a nada, ¿para qué? la probabilidad de perder es más alta que la de ganar. Es más, la probabilidad de ganar es bajísima, por no decir nula, no tiene sentido hacerlo y sufrir porque no te ha tocado. Pero es que además, ¿que pasaría si te tocara? ¿cambiarías de vida? y si, cambiaras de vida, ¿no sería o podría ser una desgracia que tu trayectoria cambiase tanto que no te pudieras reconocer ni a ti mismo? La decisión adecuada es no “tentar la suerte”, no jugar y así ni pierdes ni ganas.
Tercero, la felicidad y la sabiduría no son estados, sino dinámicas. ¡Qué cierto! Si no haces nada por mantenerlas, se marchitan o desaparecen. ¡Nunca hemos llegado!, ¡¡¡¡NUNCA!!!!