Me digan lo que me digan los interesados en demostrar lo indemostrable, el urbanismo en general en nuestro país es lamentable. No se necesitan ni adjetivos ni adverbios para resaltar los nombres: lamentable es suficiente. Lamentable y depresivo. Por supuesto, hay alguna excepción, en acciones bien planificadas, y sobre todo, algunas de las que quieren remediar algo de lo lamentable del primer intento, pero la mayoría de las veces es tan lamentable, que difícilmente se puede recomponer o mejorar más que muy insuficientemente. Es la expresión más impresentable de hacer las cosas sin pensar, o solo pensando en ganar dinero, que a veces viene a ser lo mismo. Vaya adonde vaya, me encuentro con monstruosidades que ni siquiera he llegado a ver en muchos de los países supuestamente menos adelantados que el nuestro. Lamentable, sí, lamentable. Quédense con esa expresión, es la que más se adapta a los desaguisados en que se han convertido ciudades, pequeñas ciudades, villas y hasta pueblos. La arquitectura -¿arquitectura?- sigue al paisaje general y al general desatendimiento de los demás y muchas veces a la basura esparcida por nuestros suelos de forma totalmente indiscriminada, pero continua. Lamentable, muy lamentable. Pura especulación. Los pueblos crecen como si no tuvieran -que muchas veces no tienen- u n plan de ordenación urbano, los pueblos tiran lo que les sobra donde les da la gana y hasta la universidad está llena de mierda que cuando la haces evidente a ojos de cualquiera te suele responder que es que los servicios de limpieza no hacen bien su trabajo. Un esperpento valleinclanesco, sin enmienda. Ahora diremos que la crisis nos ha llevado a esto, pero no es cierto. Nosotros somos los impresentables, los que somos incapaces de resguardar nuestras bellezas naturales, también nuestros espacios históricos, en fin, de pena.

Sólo un ejemplo. Una vía del tren, vista desde arriba, debajo de un puente, cerca o en una población pequeña. Paisaje: todo lleno de desperdicios, hasta una lavadora ….. destrozada, y todo tipo de basura. De pena. Y no hablemos del urbanismo, ¿como es posible hacerlo tan mal? ¿Es que no hay nadie que proteste ante los desafueros urbanísticos de cualquier pueblo o ciudad? Pues parece que no. O las protestas son enseguida acalladas. Como esta misma, que aún habrá quien piense que es que yo veo siempre la botella medio vacía. No es cierto, lo que deprime es el paisaje, no es que yo esté deprimido o quiera deprimir, sino que los que han participado en la destrucción de lo que es de todos, son los que acaban indignando y deprimiendo.

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3 comentarios en «Urbanismo»

  1. Supongamos que se ha permitido construir, como en la costa de Almería, un hotel en una zona natural protegida. Se ha permitido y nadie ha dicho nada o ha pasado desapercibido. El hotel se construye y corre a lo largo de la ladera …… se ha apropiado de la ladera. En un momento determinado, alguien se da cuenta y pone el grito en el cielo ….. y el resultado es: ¿y ahora que hacemos? ¿dejamos que el hotel se termine y acabe destrozando aún más la zona con la presencia de los turistas adecuados o tiramos abajo el hotel y todos los restos quedan esparcidos durante años y años en las orillas de esa playa ….. ? ¿Es que se puede hacer algo frente a la destrucción? Sin duda, prever, planificar y tener un sentido social que parece ser que no se tiene en muchos sitios, viendo los resultados urbanísticos de tantas ciudades.

    Les digo que en mi ciudad de nacimiento, antes se veía la Torre de Hércules desde todos los sitios, y su luz se sentía en casi toda la ciudad. Ahora está escondida, por bloques de apartamentos, por cierto, feísimos, tanto desde un sitio como desde otro. Para ver la torre de hércules, que por cierto han hecho patrimonio de la humanidad hay que acercarse a su base o verla desde el mar, porque ya no es nada para los hombres, como era para todos los coruñeses un faro de referencia, algo que dignificaba y amparaba nuestras vidas. Sabíamos que estaba allí, porque la veíamos. Ahora sólo se sabe que está allí y se hacen excursiones para verla. Lamentable, muy lamentable.

  2. Recuerdo la primera vez que llegué a Santiago. Tenía yo diez años e iba al médico. Los médicos buenos estaban por aquél entonces, en Santiago. Mi padre consiguió que fuéramos en la parte interior de un pegaso, que llevaba un camionero amigo y de esa forma el viaje debió de salirle muy barato o gratis a mi padre, que falta le hacía al pobre. Ya bastante tendría que pagar por mi médico. Llegamos al último alto antes de Santiago, por la carretera de la Coruña, y vimos de pronto una ciudad maravillosa, una ciudad donde destacaba la piedra y dentro de ella, la catedral emergía y se daba a ver y a estandardizar la ciudad y mostrarla. Vayan hoy por la antigua carretera de la coruña a entrar en Santiago y verán lo que ven …… otra masa de hormigón armado. Todavía no han sido capaces de «sepultar» la catedral, pero poco falta. Desde otros ángulos ya está sepultada.

  3. completamente de acuerdo en cuanto a la Torre de Hercules, y el «feismo» con el que han crecido, nuestra ciudad La Coruña, y tantos pequeños pueblos de la costa, desde los que ya no se ve ni el mar.
    Soy una compañera de la Escuela de comercio, que por estar ausente de la ciudad el día 14 no me fué posible acudir a la cena del 50 aniversario.
    Hoy nos hemos reunido para ver el video y las fotos e identificando caras salió tu nombre.
    Siento mucho no haber podido saludaros a los que estais fuera de Coruña, otra vez será!!
    Un afectuoso saludo y enhorabuena por tu blog

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