Muchas veces decimos que con leer una novela de un autor, lo leemos todo. Sin duda, es una frase excesiva, porque hay indudables variaciones y mejoras, pero si es cierto que una obra identifica normalmente a un autor, al menos aquella que ha sido o es más relevante por su aceptación o por haber sido la primera. Y es cierto también que los autores nos repetimos. Si eso es casi cierto para los artistas, no digamos lo que puede llegar a serlo para las personas que nos dedicamos a la investigación científica. Nos repetimos para formular las mismas ideas desde lo que creemos diferentes perspectivas, pero tal vez no lo sean tanto como creemos, al menos para el lector que no está totalmente en el ajo.

Es una reflexión que me surge ahora que estoy en la parte peor de mi ciclo anual, en el otoño, y remiro lo que es este blog. Son más de tres años intentando mostrar lo que es la innovación o hacer pasar por ese aro a noticias, a frases, a reflexiones, a mi propia forma de entenderla …. muchos años tal vez repitiéndome, en parte sin darme cuenta. La ventaja de los blogs para esta repetición es que las personas que van acudiendo a participar o a leer sus textos varían, varían mucho y hasta a los nuevos les puede parecer que lo que se está diciendo es original. Aspecto que me resguarda. Pero no me protege mi propia inteligencia, y me doy cuenta de lo difícil que es, sobre todo, cuando uno no está expansivo, encontrar material para contar, para relatar, para proponer, para comentar …… y casi todos los días o más, porque desde el comienzo del verano, el ritmo de este blog es de una media de dos entradas por día …… menos en las últimas semanas que según ha ido haciéndose más potente el otoño he ido bajando a una diaría, y costándome mucho. Llevo una semana en que me cuesta mucho más.

Cuando esto ocurre, uno piensa que ya no tiene leña para seguir haciendo hoguera. Es probable que sea sencillamente algo de una etapa, de la pérdida de luz solar, pero ya en mi edad uno empieza a pensar que tal vez sea tu mente que no está lo suficientemente flexible como para seguir un ritmo como el precedente. Sea lo que fuere, lo cierto es que ahora me cuesta mucho más trabajo escribir ….. y más todavía sobre innovación.

Y me cuesta escribir sobre innovación también porque en esta sociedad hay poca receptividad para lo innovador, excepto que sea un cachibache. Si lo que propones es esfuerzo, es trabajo, es constancia, es enfrentar las necesidades, es participación, es intercomunicación ….. es como ir contracorriente, y contra lo que necesita el sistema capitalista tal cual.

Al esfuerzo o al trabajo nos obliga para vivir y en condiciones poco favorables, por lo que produce un importante rechazo social al mismo, porque los frutos del trabajo no se materializan en mejores condiciones de vida, o al menos, no son relevantes, y sobre todo si las comparamos con las que vemos en los periódicos de ejecutivos o de artistas o de futbolistas. La constancia, en principio, no está entre nuestras virtudes naturales. Más bien tendemos a lo contrario. Enfrentar las necesidades sociales solo lo hacemos cuando casi no tiene remedio, como está pasando y seguirá pasando con el tema del cambio climático u otras que se convertirán de necesidades reales en problemas todavía en mucho tiempo. Y cuando sean problema, serán problemazas, problemas casi insolubles, si es que no lo son ya y no nos damos cuenta de su importancia. Participación está muy bien como propuesta, está muy bien como programa, queda bien, pero luego hay que currárselo, y eso significa finalmente compromiso, y también responsabilidad, y también actividad, y nos cansamos hasta de participar …… en muchos casos, y más bien buscamos «que otros lo hagan por nosotros».

Y la intercomunicación la dejamos para nuestras siempre difíciles relaciones interpersonales. Hay muchas asignaturas pendientes siempre y a lo largo de la vida de las personas, como para además tener que tejer redes sociales derivadas de problemas concretos, de necesidades.

Muchas personas renuncian sin entrar en el tema; otros entran, pero pronto se dan cuenta de que es difícil seguir, porque exige mucha constancia, trabajo y esfuerzo y ….. no le ven los frutos a corto plazo. Les queda, a la mayoría, como algo que es posible, que ya sabían, que se les ha recordado, pero que es realmente complicado aplicar.

Dedicarse a innovación, con un componente implícito de cambio o innovación social, buscando que las personas se comprometan en su propio futuro y que lo hagan mejor, que resuelvan sus necesidades, una vez transformadas en problemas y estos en proyectos, y estos en acciones que finalmente mejoran las condiciones de vida, no es fácil. No, no es fácil, porque además, el que lo intenta, se encuentra muchas veces demasiado solo, demasiado adelantado sobre las demandas sociales, y es dificil también mantener el nivel de esfuerzo, el nivel de trabajo, y el nivel de compromiso a que obliga esto, porque además, se supone que has de estar en la avanzadilla, diez o más años por delante de aquellos a quienes tienes que ayudar. No es fácil. …. por eso hay momentos de debilidad ….. que si coinciden con el otoño …. notamos más claramente como se nos van cayendo las hojas, sin percibir que dentro de dos meses los brotes nuevos renacerán en esos árboles que ahora empiezan a estar desnudos.

Entradas relacionadas

4 comentarios en «Repetirse»

  1. Mantener una línea de trabajo continua como la tuya en el blog realmente requiere un gran esfuerzo y más en otoño que siempre es mucho más costoso por la pérdida de energía, pero hay que tener constancia y procurar “echarle ganas’.
    Sería más fácil con el apoyo de un equipo de personas que tengan la ilusión, destreza y empuje para hacer cosas. Es importantísimo trabajar con ilusión y gozar con lo que uno hace y sabe hacer.

    Platón afirma: «Las cosas difíciles son las más hermosas» Estoy convencida que estas cosas son las que nos dan más oportunidades de tener una vida con sentido.
    No es fácil….como tú dices, pero en esos momentos de debilidad, no importa las veces que caigamos, siempre que seamos capaces de alzarnos nuevamente y reanudar la marcha. Utilizando el símil del blog: «los brotes de los árboles renacerán dentro de dos meses».

  2. Hay quién me dice, con muy buena voluntad y con ganas de ayudarme, que el reconocimiento de dedicarme a esto de la innovación está en la satisfacción interna, en saber que haces algo por los demás. Por supuesto, son personas que me conocen bien y que saben lo que sufro por la incomprensión o por la urgencia de la vida. Tienen razón, pero a mi no acaba de satisfacerme esa explicación, necesitaría ver más como la sociedad va asimilando algo de lo que no sólo yo -por supuesto- sino otras muchas personas sabemos que es preciso hacer y sigue sin hacerse ….. pero está claro, «las cosas de palacio van despacio» y las de innovación mucho más. ¿Queda tal vez esa satisfacción interna? Pues si, pero es una satisfacción finalmente vana, porque en el fondo lo que nos satisface es ver nuestras aportaciones o reparaciones en boca o en hechos de otros. Cuando ocurre que te lo reconocen explícita o implícitamente, la satisfacción si que es comprensible y se manifiesta en toda su magnificencia, y ahí te das cuenta de que vale la pena lo que estás intentando.

  3. Siempre he tenido un defecto, un gran defecto, un defecto estructural: nunca me he sentido conforme con lo que hacemos o hago. Esa insatisfacción, inconformidad, me lleva más de una vez a posiciones críticas hasta extremadas, y también a sentir lo que no hacemos y podíamos hacer como si lo sintiera a flor de piel. Por supuesto, muchas veces me lo callo, me lo digo a mí mismo, otras me atrevo a publicarlo y criticar públicamente. Callo muchas más veces de las que me atrevo, porque en el fondo no quiero molestar, pero no puedo evitar molestar con mis críticas. Muchas personas se sienten mal porque piensan que mi crítica es destructiva, pero no, no lo es, es sólo algo que siento, que nace como una indignación en mi interior, y que cuando ya no puedo más, lo digo. Una parte de este blog son críticas explícitas o implícitas. Me gustaría saber usar mejor la retranca, esa forma indirecta de crítica que nos evita el enfrentamiento y que tan bien se practica en mi tierra. Muchas veces, el aprendizaje cultural del conflicto-enfrentamiento me gana y expongo radicalmente mis posiciones y critico otras que no avanzan desde tiempo inmemorial.

  4. Repetirse no es negativo, pensándolo bien, uno recuerda otra vez lo que ya sabe, y como dice Nietzsche, el tener mala memoria es bueno en el sentido de disfrutar otra vez de lo mismo que ya se ha olvidado. Tenemos que repetirnos muchas veces para alguna vez saber comprendernos, y hasta entender muchas de las cosas que hemos experimentado o vivido, pero no siempre comprendemos a la primera o segunda vez.

Responder a Sagrario Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *