Nietzsche da para mucho. Sus aforismos, esas frases sintéticas y casi cerradas que resuenan en nuestro pensamiento una vez leídas …. son especiales. El otro día lo saqué en clase en mis píldoras cotidianas. Una alumna, Nuria, hizo una investigación por la red y encontró un buen link. Del mismo he sacado algunas frasecitas para reflexionar.

«Se olvida la arrogancia cuando se está entre hombres de mérito; estar solo hace orgulloso. Los jóvenes son muy arrogantes, pues frecuentan sus semejantes, todos los cuales, no siendo nada, quieren pasar por mucho».

«El que nos encontremos tan a gusto en plena naturaleza proviene de que ésta no tiene opinión sobre nosotros».

«Un alma delicada se siente molesta al saber que hay que darle las gracias; un alma grosera, al saber que tiene que darlas».

«El que sabe que es profundo se esfuerza por ser claro; el que quiere parecer profundo se esfuerza por ser oscuro».

«Para que el hombre pueda tenerse respeto a sí mismo es necesario que sea capaz también de ser malo».

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13 comentarios en «Nietzsche»

  1. La madurez te va llevando a un lenguaje llano, claro y hasta sintético. Sin experiencia y conocimiento nos refugiamos en los palabros, en los conceptos y en los inabordables caminos de la palabrería.

  2. Siempre tengo como ejemplo a José Luis Sampedro. Desde los años setenta es clarísimo en su forma de escribir. No lo era tanto antes. Recuerdo su tesis doctoral:»Realidad económica y análisis estructural» que había que desentrañarla o su capítulo cuarto del libro «Estructura Económica». Pero desde «Las fuerzas económicas de nuestro tiempo» aparece el Sampedro cercano, que escribe para ser entendido, que escribe casi como habla y que logra unos efectos no sólo de divulgación, sino de profundidad que probablemente no tenía antes ….. Es un ejemplo … al menos para mi. Hay que decir además, que José Luis siempre habló para ser entendido, y de ahí el aplauso que siempre le acompaña en sus intervenciones públicas. Siempre ha dado gusto estar con él, o comer con él, o departir con él, o escucharlo, donde sea.

  3. También mi tesis doctoral era profundamente conceptual y compleja, difícil de leer, pretenciosa, aunque si es cierto que fue una buena tesis. Mi primer libro tuvo algo también de todo esto, pero hasta los artículos de divulgación de la tesis ya fueron encontrando esa frescura en el lenguaje que permite acercar los problemas a la realidad y a su entendimiento. Mi artículo: «Salarios» empieza a comprender claramente lo que se quería decir y decirlo para ser entendido. Por supuesto, mi última etapa de libros, desde «Innovando en la empresa», están escritos para ser compartidos. Y el mejor elogio que he recibido de un lector ha sido que escribo como hablo o hablo como escribo.

    He pensado si también ponerme como ejemplo, pero por qué no. No es una arrogancia, es real, y puede servir de ejemplo. A fin de cuentas, ya tengo edad para empezar a comprender las cosas y a saber explicarlas y hacerlas llegar a otros. Es mi obligación y me gusta hacerla.

  4. Tenemos que aprender a dar las gracias. Agradecer no nos empeñece, sino que refuerza nuestra entidad, nuestra identidad. Nos sentimos bien con nosotros mismos. Decía mi abuela: agradecer es de bien nacidos.

  5. Pa cabrearme no me voy a meter en tu blog, hombre. Gracias por la visita. Últimamente estoy un poco liadillo, profundizando en Moodle y leyendo como un poseso sobre la nueva mentalidad de la enseñanza online. De todas formas, sigo pensando que todavía mi edad es más de oír que de hablar.

  6. Cuando me explicaron a Nietzsche en el Instituto me lo demonizaron: era el precursor del pensamiento de Hitler (por lo del superhombre) y abolía toda moral. Han tenido que pasar muchos años, y encontrarme con el ilusionante ilusionado nietzscheriano Sabater, para volver a él.

    De todas las frases, me ha gustado una en la línea de los nuevos estilos de dirección: El desilusionado habla: «Yo esperaba ecos, y no he encontrado más que elogios». Cuánto potencial desaprovechado en los aduladores, cuánta opinión oculta tras la mal entendida modestia. Qué falta hacen directivos que hagan surgir el eco.

  7. Gracias por la intención del cumplido, Roberto, pero creo que estás viendo, en una pequeña semilla, la posible futura rama que pudiere dar la vara que habría de necesitar Arquímedes para su famoso movimiento del mundo.
    Dejemos a don Gregorio en su lugar, aunque en demasiado poco se le aprecia, y al pringaillo en el suyo, para no manchar memorias que deban conservarse. De todos modos, gracias de nuevo, y un abrazo.

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