No, no queremos darnos cuenta de donde estamos. Ni las cifras estadísticas, ni las interpretaciones que se dan de ellas, nos muestran ni siquiera un ápice de lo que está ocurriendo delante de nuestras narices. Voy a dar un ejemplo más.

Se dice que las cosas van mejor porque no seguimos cayendo al 20-30% anual o el paro ha dejado -lo cual no es cierto- de crecer. Vamos a ver. Hace año y medio empezaron las estadísticas a mostrar que las cosas iban mal. Era más o menos por el tiempo de las elecciones generales. Lo cierto es quien quisiera verlo, podía ver signos clarísimos de que las cosas ya venían empezando a estar mal desde hacía tiempo, pero casi nadie, y menos el poder, se quería dar por aludido al respecto. Bueno, cayeron las ventas de todo …. hasta niveles impresionantes. Las de coches, por ejemplo, en más de un 40% de media en un año. Pero igual casi todos los bienes intermedios, esos que no son meramente para consumir en la misma semana o mes, sino que duran un poco más. Bien, si el decrecimiento siguiera a ese ritmo, significaría que en dos años, bajando al 40% anual estaríamos produciendo y vendiendo aproximadamente la tercera parte de lo que hacíamos dos años antes (un 36%). Es decir, si la proporción se hubiera mantenido estaríamos aún más bajo mínimos de lo que estamos. Por supuesto, en el segundo año ya no hay nada que decrecer, o muy poco, y con algunas medidas de parche se puede conseguir que las cosas no vayan tan horriblemente mal como podían ir, pero lo cierto es que bajar de 100 a 60 ó a 50 la venta y la producción es una animalada, y en esas estamos en muchos sectores. En otros, hemos tenido que seguir consumiendo, pero al menor precio posible, y hemos cambiado unos productos por otros -llamados blancos- que hacen más barata y posible nuestra cesta de la compra, pero en cualquier caso, el nivel de vida ha bajado y mucho.

Lo mismo ocurre con el desempleo. Se ha duplicado en un año, duplicado. Y sigue subiendo, aunque a menor ritmo. Claro, es que siguiéramos a ese ritmo, en dos años alcanzaríamos los 6 millones de parados, que para una población activa de menos de veinte, es casi un 30%. Nos hemos estabilizado (sic) por encima de los 4 millones. Tenemos más del doble de la tasa de paro que en Europa, y más del doble de la que teníamos hace un año y algo más. Si sigue creciendo es una depresión mayor que la de Estados Unidos en los años treinta. En ese asunto nos vamos refugiando y defendiéndonos con medidas que son sin duda antidemocráticas y anti derechos humanos, como es el cierre de fronteras, echar a los emigrantes que habíamos que habíamos traído de una u otra forma, legal o ilegalmente, y dando prioridad a los nacionales en todo tipo de empleos. Pero las cosas van mal, y parece que nadie quiere enfrentarse a ellas. No es que el crecimiento del desempleo se haya reducido, es que ya han salido prácticamente todos los que podían quedarse en paro, y si queremos seguir tendremos que cambiar los formatos de los funcionarios y empezar también a echar gente. Parece que nadie quiere darse cuenta de que estamos «bajo mínimos», que las cuentas del Estado no van a poder responder a esas demandas, que son ya muchas, tal vez demasiadas en términos de nuestra potencialidad. Nuestra competencia o inter-competencia está por los suelos y bajando. La productividad del sistema es baja, muy inferior a los cánones básicos medios de los paises donde nos desenvolvemos. Nuestra educación es un desastre, del que nadie quiere hablar. Nuestro I+D es casi para reir ….. casi una gran aventura.

Se necesita un proyecto, un proyecto social, que sinceramente estoy seguro nadie va a saber diseñar ni tampoco intentar consensuar y conciliar a la sociedad para enfrentarnos a los próximos cinco o seis años, que pueden ser más si no tenemos un buen proyecto. No sé si algunas empresas, sobre todo las monopolistas van a seguir acumulando capital, pero sí sé que el empleo va a entrar en una etapa donde la ilusión de trabajar va a ir dejando paso al miedo a tener que entrar en un mercado de trabajo donde la oferta de empleo es cualitativamente lamentable y sólo nos ofrecerán mala calidad de puestos de trabajo para una formación que no se corresponde. Y esto es ya lo que está pasando. Quiero aclarar que no estoy poniéndome enfrente del gobierno, aunque lo estoy, sobre todo por su falta de proyecto y de claridad, y sus tumbos constantes. No estoy a favor de la oposición, cuya postura me parece lamentable y carroñera. Y sólo intenta aprovechar la debilidad del ejecutivo para «ganar posiciones». Estoy a favor de que nos hagamos cargo de la realidad. De que analicemos lo que ocurre, de que seamos capaces de enfrentar la gravedad del problema, y que no vamos a poder resolver los problemas solo discutiendo, sino sobre todo teniendo tiempo para diseñar un buen proyecto.

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9 comentarios en «No queremos darnos cuenta»

  1. Totalmente de acuerdo con la forma, el fondo y hasta el ancho de este artº. Lúcido toque de atención, que compartimos en FTF y que nosotros también venimos diciendo y clamando tiempo ha. Nada, la política, los políticos, erre que erre. Seguirán sin ponerse manos a la obra, mínimamente unidos, aunque sólo queden los escombros de nuestra sociedad. Qué grave irresponsabilidad. Pacto de Estado: NO; gobierno de salvación o concentración: TAMPOCO; convocatoria de elecciones: MENOS.
    ¿Qué, entonces?
    Deus meus, deus meus ….
    Un saludo a todos
    FTF, Foro del Transporte y el Ferrocarril

  2. Sin duda, la situación es muy difícil y en cierto modo parecida a la que pasamos en la primera transición. Un pacto de Gobierno o algo parecido no vendría mal …. porque es preciso responsabilizarnos todos de lo que está ocurriendo, y no tanto encontrar culpables -que sin duda, si se buscan, los hay- sino más bien mirar desde el presente que es oscuro, hacia el futuro que tampoco es demasiado halagüeño, pero esperemos que algo mejor.

  3. Pero lo peor del asunto es que no queremos mirar la realidad. Unos la ponen de rosas, los otros de mierda. Unos dicen que ya salimos, y los otros, que la mierda nos llega hasta las orejas. Unos que somos muy buenos, y los otros, que son muy malos. Más bien, podríamos decir que ambos bandos están fuera de la realidad, sólo están en sus intereses particularísimos, y nada más interesados en que el otro se hunda. Pues así, con ese emparejamiento -se llama así en metodología grupal- no vamos a ninguna parte, porque lo cierto es que las mentes más claras se van, porque no tienen nada que hacer, y quieren al menos libertad para decir alguna cosa diferente, y los que están detrás del bunker solo quieren defenderse …. y eso pasa en los dos sitios y también en casi todos los minoritarios.

  4. «La verdad es siempre revolucionaria» repito una vez más que decía Gramsci, desde su cárcel de toda la vida. ¿Por qué no analizar donde estamos? ¿Por qué no mirar con detenimiento que es lo más importante y cuales son los problemas prioritarios? ¿Es que ya nadie sabe pensar más que en términos de líder o ideológicos? ….. El análisis de la realidad es lo que nos da impulso. Al principio, será duro, pero luego, aparece una energía interior que intenta al menos solventar algunos de los problemas. Mirar hacia adentro, mirar hacia los lados, interpretar lo que ocurre, es el principio del cambio.

  5. No tenemos un problema, tenemos un PROBLEMÓN, un grandísimo problema que llega ya a más de cuatro millones de personas. ¿Es que no nos damos cuenta de la dimensión del problema? ¿Es que no nos damos cuenta de lo que significa que estas personas vayan poco a poco encontrándose desesperadas con su situación personal? ¿Es que no nos damos cuenta de que más de un millón de todas esas son personas que hemos traído o dejado venir aquí para poder vivir y que ahora sonlos primeros que han pagado losplatos rotos? ¿Es que no tenemos ninguna responsabilidad con todos y con estos también? Hay que dejarse de coñas, y hacerse cargo de lo que ocurre. La dimensión de la crisis de la economía española es muchísimo más amplia que la de la economía más desarrollada europea o hasta Usamericana.

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