Alberto Alonso Fradejas titula su artículo: «¿Agrocombustibles? No, gracias» y afirma entre otras cosas:

«El veredicto es claro en el caso de la producción de etanol a partir de granos básicos. Academia, movimientos campesinos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), numerosos Estados del Sur (incluyendo a los mesoamericanos y a Brasil) e incluso el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial, coinciden excepcionalmente en culpabilizar al etanol de maíz de ser un importante factor (aunque no el único) tras el incremento de los precios de los básicos, sin mayores aportes netos a la reducción de emisiones contaminantes».

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2 comentarios en «Etanol»

  1. Lo peor de este tipo de combustibles es el sistema de producción. Casi todos están vinculados a productos cuyas formas de producción son casi esclavistas, por no afirmarlo de manera rotunda. Por ejemplo, la caña de azúcar, no lo olvidemos, fue una de las grandes razones para forjar una trama de esclavitud en las Américas, tanto en las de Sur como en las del Norte. Por otra parte, el cultivo de caña de azúcar ha destrozado grandes cantidades de superficies cultivables, que ahora tienen difícil remedio. Es decir, la caña de azúcar es en sí misma lamentable. Y cuando se vuelve a ella, ahora que los pueblos dejaban en buena medida de consumir su producto, el azúcar, y su mercado estaba para disminuir, se vuelve a formas prácticamente esclavistas de producción, donde los salarios son mínimos, las jornadas altas, y la precariedad laboral la consigna. Otros productos origen de este tipo de combustibles tienen unas características similares para las personas y para la regeneración natural.

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