«Tan a destiempo llega el que va demasiado deprisa como el que se retrasa demasiado»
» William Shakespeare

Es un defecto que sinceramente no sé cómo ni cuando lo adquirí, pero siempre llego demasiado pronto y como me dijo una vez un amigo: «vas demasiado por delante de tus tiempos». Era un buen amigo y me quería adular, pero claro, yo no lo he olvidado. Es casi imposible que llegue tarde a una cita, porque siempre salgo mucho antes de lo que necesito, y no puedo evitarlo. Prefiero esperar, aunque tampoco me gusta que me hagan esperar por encima de la hora prevista. Eso de llegar tarde no se ha hecho para mí, y soy exigente cuando son ellas/ellos los que llegan impuntuales. Y menos soporto las disculpas, sobre todo, las clásicas de «estaba muy mal el tráfico» o «me llamaron a última hora y no pude ……». Salgo siempre con tiempo. Tendría que ocurrir una gran desgracia para que yo no llegara a la hora prevista, o mejor dicho, entre quince y cinco minutos antes de la hora de la cita.

Lo mismo me pasa con mi actualidad en cuanto a temas ….. en cuanto hay algo que se me ha escapado ….. tiendo a cubrir el hueco lo más pronto posible, pero me precio de buscar y encontrar cosas y aspectos que resultan mínimamente innovadores. Me gusta adelantarme al mundo, hasta cierto punto, decirle que por ahí hay un camino que a lo mejor todavía desconocen. Disfruto cuando veo que puedo ayudar asi a alguien a incorporarse al día….. Sin embargo, no soy igual con las noticias ….. las noticias no me enganchan …. como recuerdo a uno de mis compañeros de facultad, que siempre las traía super-fresquitas y de esas que venían de «buena fuente». En noticias, me gusta saber, pero no me obsesiono con estar al día. En el fondo es que creo que las noticias no son lo que ocurre, sino algo que sirve para mantener y provocar el miedo social. Casi siempre seguir las noticias es vivir en un estado de total alarma. No me van las alarmas, sino su crítica.

Tal vez me vendría bien llegar algo menos pronto …… o adelantarme menos a lo que ocurra …. así tal vez se me comprendería mejor y no tendría que enfadarme tanto con los que llegan tarde o con los países que, como el nuestro, parece que les importa tan poco la innovación.

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