Cuando terminé el curso tenía el doble propósito de iniciar dos publicaciones: una sobre mi experiencia sobre la aplicación de los blogs en la enseñanza que practico, y otra sobre la gran experiencia que llevo viviendo todos los años con mis alumnos que denomino «Música y Realidad Social», y que la verdad todavía no soy capaz de percibir más que algunos de los efectos beneficiosos que tiene sobre el curso, sobre el aprendizaje y sobre el ambiente en que se desenvuelve, es decir, el espacio social de aprendizaje que pretendo crear a partir de los alumnos mismos, como si fuera un proceso de auto-aprendizaje. Al principio, no tuve inconveniente en lanzarme al vacío de recopilar información sobre ambos propósitos, pero debió ser que la tarea era más grande de lo que yo podía abordar …. y me fuí empeñeciendo y hasta defraudando a algunos de los alumnos que me acompañaron en la segunda empresa. Lo peor es que cuando me encuentre Septiembre, las prioridades serán otras, como reacondicionar el programa para el próximo curso o difundir las experiencias vividas en este entre otros profesores, y los dos proyectos tendrán que sufrir un pequeño retraso, o tal vez no, igual se me ocurra alguna forma en que los nuevos alumnos se incorporen desde el principio a alguno de los dos proyectos y hagamos el trabajo según vayamos experimentando. Pienso que hay que investigar según se hace, es más útil y es más serio científicamente. Tendemos a dividir entre hacer e investigar, y eso a la larga produce un vacío entre ambas tareas que, en el fondo, son no sólo paralelas, sino motivantes mutuamente.

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5 comentarios en «Propósitos»

  1. Los propósitos, igual que las planificaciones, son para tenerlas, para saber que se tienen; y no, como suelen pensar los mecanicistas, para que se cumplan ….. sin propósitos, nuestra vida puede ser un despropósito, pero convertir un objetivo en algo rígido que hay cumplir es una barbaridad …. por cierto, una barbaridad muy común.

  2. Mi recomendación es que siempre tengamos al menos dos propósitos, y no más de cuatro. Dos, para poder alternarnos en ellos, y no agotarnos demasiado buscando salidas a uno, que nos acabará monopolizando la mente y disminuyendo su capacidad. El otro sirve hasta para «competir» con el primero, y puede llegar a avanzar más rápidamente, lo que puede dar ideas entrelazadas que pueden generar hasta un tercer propósito en discordia o en concordia, por qué no?. Hasta podíamos llegar a un cuarto, aunque mejor mantenerse en dos o en tres. El quinto duplicaría nuestros esfuerzos y acabaría haciéndolos futiles y llegaríamos a desesperarnos. No, no es cierto de que no hay quinto malo, el quinto se puede cargar todo el estado de ánimo. Sigo recomendando que, si es posible, nos forjemos dos proyectitos y los vayamos trabajando alternativamente, aunque sin horarios preestablecidos.

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