Solsticio de verano. Hoy o tal vez mañana entramos en la inflexión de la duración de los días y las noches. Hoy es el máximo, a partir de ahora y primero poco a poco irá decayendo el día por la noche y por la madrugada …… hasta que lleguemos al mínimo del solsticio de invierno, allá por el mes de diciembre, casi en navidad.

Empieza la parte del ciclo solar donde irá decayendo primero suavemente, y luego más rápidamente, para terminar otra vez suavemente, la duración de los días, pero no lo olvidemos ahora estamos en el máximo. Lo contrario ocurrirá en el hemisferio Sur.

Ahora, en el Norte, empezamos un periodo de consolidación, de síntesis, imprescindible para seguir avanzando; sin embargo, en el Sur se irán adentrando en un momento de eclosión y de ánimo, parecido al que tuvimos nosotros durante el periodo de seis meses que ha precedido a hoy. Para nosotros lo que viene es algo cansado y hasta cierto punto deprimente, algo que nos resultará difícil acostumbrarnos, perdiendo muchos de nuestros atributos y sintiendo como esos atributos reducen el color y la vida, y por contra, hemos de refugiarnos en nuestras casas, reducir nuestra actividad, hacernos más sedentarios, sentirnos en cierto modo más cansados …. y esto no al principio, donde tenemos la máxima insolación, sino poco a poco, y sobre todo ese septiembre que al final «nos mata». Todavía nos vamos a proponer muchas cosas que queremos hacer en el verano, pero que luego no haremos en su gran mayoría ….. leer más y todo lo pendiente, hacer un libro o desarrollar un proyecto, …. cosas que luego iremos dejando según el estío se institucionalice en nosotros mismos. Es cierto, nos divertiremos viajando y moviéndonos, abandonaremos nuestros espacios, y veremos otros mundos o los mismos ya repetidos, tendremos muchas fiestas, desproporcionadamente, en cierto modo excesivamente, y perderemos en gran medida los referentes que constituyen la base de nuestro equilibrio personal y social. La primera gran fiesta es San Juan, para quemar lo que nos sobra, para quemar los seis meses anteriores, y hasta cierto y a través del fuego, olvidar buena parte de lo aprendido. Es una etapa para enamorarse o reenamorarse, y también para quedarse «a dos velas» con tu pareja. En fin, no voy a hacer de profeta …….

Los seis meses precedentes sí que han sido importantes en los procesos de nuestras innovaciones interiores, de lo que hemos avanzado. Si los hemos aprovechado, hemos hecho muchas cosas que no habíamos hecho antes. Ahora consolidaremos, después de un tiempo para enloquecer nuestro espíritu ….. Eso es lo que nos pasará en Septiembre ….. tendremos que volver a empezar con muy pocas ganas …. hasta que en diciembre la naturaleza solar voltee nuevamente el ciclo y nos ponga en disposición de hacer otra vez cosas interesantes.

El Solsticio marca el camino para desmadrarnos, para romper con las rutinas, pero también con parte de nuestros aprendizajes. Es un momento donde nuestro equilibrio personal sufre y nos obliga a escaparnos del ritmo ya conseguido. También es bueno tener momentos para reflexionar, para pensar y para disfrutar.

Igual que diciembre-enero marca el comienzo del ciclo lunar y del año, en sí mismo. Ahora que estamos a mitad ….. tenemos que descansar, lo mismo que hacemos en el día, comamos si puede ser lo necesario o hasta un poquito menos, y que nuestra siesta no se prolongue tanto que cuando recomencemos en septiembre, tengamos que hacer un gran esfuerzo para actualizar nuestros conocimientos ya adquiridos.

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5 comentarios en «Solsticio»

  1. Muchos investigadores nos cuentan que Coamhain (nombre en druida que significa mitad del verano) era la fiesta más importante de los celtas y también la de más derroche, puesto que se festejaba en una época de abundancia. La Diosa Madre, Reina de la Abundancia se encuentra simbólicamente embarazada de una exuberante cosecha, mientras que el Dios Bel o Belenos, su esposo y fecundador, está en el ápice de su virilidad y se muestra en el aspecto de Sol Supremo.
    Siendo los celtas, observadores de los cambios climáticos y de su entorno que afecta tanto a los aspectos físicos como psíquicos de los humanos, se puede señalar la importancia de la mitad del verano celta como el punto álgido de Samos, el triunfo de la Luz y de su energía.

    Una faceta importante del solsticio de verano en diversas comunidades celtas era la construcción de fogatas circulares en algún punto que tuviera alguna importancia ritual, como un pozo sagrado, un cruce de caminos etc., y se encendía en el momento del ocaso y se la bendecía para consagrar sus poderes para la protección de los cultivos que estaban creciendo.
    Seguimos celebrando el solsticio con fogatas, igual que antaño, siendo la atracción y el ritual central de la Fiesta. Podemos bailar alrededor de la hoguera, con nuestra antorcha, acercándonos tanto al fuego central como nos permita nuestra piel, para recibir el calor mágico de la hoguera en esta noche ancestral. Una vez que la hoguera se haya extinguido y sólo resten brasas y cenizas aún ardientes, es el adecuado momento de saltar por encima, incluso este salto ritual podemos hacerlo con nuestra pareja como un modo de afirmar que nos sentimos enlazados a su corazón y a sus proyectos y sendero en la vida.

  2. ¿Por qué el solsticio es más atractivo? Porque es un punto de inflexión, sencillamente. Íbamos por un camino, y empezamos a romper con esa dirección. Me gusta por eso más el solsticio de invierno que el de verano, porque el primero nos pasa del punto más bajo de luz a su inflexión. Una buena época para empezar a innovar o a cambiar, aunque sea mínimamente. Tal vez ahí está su magia.

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